
La personalidad es un constructo psicológico que ha atraído la atención de numerosos investigadores a lo largo de la historia de la psicología. Ha generado múltiples teorías sobre ella y, aún a día de hoy, no hay un consenso unánime…
Para poder manejar la ansiedad debemos aprender a reconocerla. En el momento en que percibamos los primeros síntomas procuraremos salir a la calle a pasear para despejarnos
Aprender a manejar la ansiedad no es algo sencillo. A pesar de que algunas personas son más resistentes a la presión cotidiana y cuentan con adecuados recursos personales para lidiar con estos estados, por lo general la mayoría de nosotros tenemos serias dificultades.
La ansiedad es un estado emocional que cursa con estados puntuales o crónicos en el tiempo de inquietud, angustia y temor.
Aquellos individuos afectados en su día a día por esta condición, se desesperan ante situaciones en las consideran que no tienen una clara sensación de control.
Los pensamientos poco a poco adquieren un tono negativo y desgastante, actuando como nuestros peores enemigos a la hora de hacer frente a las dificultades o problemas más simples.
Manejar la ansiedad es una herramienta de vida y de supervivencia. A nuestro alcance están sin duda los buenos profesionales, sin embargo no dudemos nunca en empezar a hacer cambios sencillos como los que ahora te proponemos.
Identificar la ansiedad es el primer paso para alzarnos como buenos gestores de esta condición psicológica. La mayoría de nosotros actuamos muy a menudo en piloto automático y no somos conscientes de los indicadores.
Asimismo y como curiosidad, cabe decir que en la actualidad los profesionales de la salud van más allá incluso de la sintomatología a la hora de dar un diagnóstico. Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Stanford, nos indican que ya es posible ver los efectos de la ansiedad mediante neuroimagen.
Veamos no obstante cuáles son los principales indicadores.
Aunque la ansiedad es un estado emocional que nos supera en muchas ocasiones, vale la pena recordar que hay tratamientos. Los enfoques psicológicos basados en la terapia cognitiva-conductual son muy efectivos.
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Veamos a continuación algunas estrategias más para manejar la ansiedad de forma sencilla.
Aparta un momento del día en el que no tengas ninguna actividad o responsabilidad.
Durante este lapso de tiempo asegúrate de que nadie te moleste y comprométete a no tener prisa por terminar. Es importante que te tomes el tiempo necesario para relajarte.
Sigue repitiendo el ejercicio por varios minutos.
Este ejercicio te ayudará a mantener el control de forma constante pero también te permitirá manejar la ansiedad que aparece de repente.
Caminar es la forma más sencilla de manejar la ansiedad. No requiere que vayas al gimnasio, que compres ropa especial ni que contrates a un entrenador.
Se trata de un ejercicio tan completo que si lo haces por la mañana, sus efectos perdurarán durante todo el día.
Ahora bien, tal y como nos explican en un estudio del American Journal of Health Promotion, para manejar la ansiedad de manera efectiva deberíamos meditar mientras caminamos.
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Otro de los ejercicios para manejar la ansiedad más fáciles de practicar es correr. Este deporte te ayuda a perder peso y quemar calorías al tiempo que fomenta la liberación de serotonina.
Esto es bueno porque la serotonina ayuda a mejorar el humor y la salud mental. Si incorporas este deporte a tu vida descubrirás que también mejora la calidad de tu sueño y aumenta las horas de descanso.
Bailar ayuda a tu cuerpo a liberar endorfinas. Es algo genial porque estas te ayudan a manejar la ansiedad y el estrés al tiempo que mejoras tu salud cardiovascular.
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Aunque este no es un ejercicio físico propiamente dicho, sí es clave para manejar la ansiedad. Es importante que aprendas a lidiar con las situaciones para que estas no se hagan con el control de tu vida.
Ten en cuenta que la mayoría de los problemas que nos estresan suelen ser menos graves de lo que realmente creemos y pueden tomar el control cuando ni siquiera son reales.
Acepta que no sirve de nada que entres en ansiedad por una preocupación irreal.
Al sufrir un ataque de ansiedad es muy probable que no sepas qué hacer o cómo reaccionar. En ese caso recuerda:
Aunque puede parecerte muy difícil, poco a poco irás retomando el control y aprenderás a hacerlo cada vez más rápido.
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