El síndrome meníngeo

El síndrome meníngeo es un grupo de síntomas que aparecen cuando están afectadas las meninges del cuerpo humano. Las causas pueden ser variadas y peligrosas para la vida. A continuación veremos cuáles son los signos de alarma y cómo detectarlos.
El síndrome meníngeo
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 06 julio, 2023

El síndrome meníngeo no es una enfermedad en sí misma, sino una combinación de síntomas que indican la existencia de algún proceso patológico en las meninges. Las causas pueden ser variadas, pero por regla general debemos decir que siempre requieren acción inmediata.

En medicina se habla de síndrome cuando un grupo de signos y síntomas se presentan juntos y son capaces de responder a diversas etiologías. Esto quiere decir que un síndrome puede tener como origen enfermedades diversas.

En el síndrome meníngeo el conjunto de síntomas de base se constituye de tres fenómenos:

  • Cefalea: dolor de cabeza
  • Rigidez muscular: a causa de contracturas musculares
  • Fiebre: que puede o no estar presente, dependiendo de si el origen es infeccioso o no

Los síntomas son evidentes en un paciente cuando las meninges ya se hallan inflamadas. Las meninges son tres capas muy finas y delgadas que recubren por dentro del cráneo y de la columna las estructuras del sistema nervioso central. Como si fuesen un papel, las meninges envuelven el encéfalo y la médula espinal.

Las meninges son tres y se llaman: duramadre, piamadre y aracnoides. El síndrome meníngeo responde a la inflamación de las dos últimas, que la anatomía describe como “leptomeninges”. Al inflamarse estas capas irritan el sistema nervioso central.

Causas del síndrome meníngeo

Aunque existen diversas causas que son capaces de originar el síndrome meníngeo, las más importantes se dividen en dos grupos: inflamatorias y no inflamatorias. Esta división general no determina la gravedad del cuadro clínico, como veremos ahora.

Causas inflamatorias

Dentro de las causas inflamatorias podemos nombrar:

  • Bacterias: quizás la más importante y conocida sea el meningococo, un microorganismo para el que existe la vacunación específica capaz de prevenir la meningitis que ocasiona. Una vez instalado la bacteria el síndrome meníngeo suele ser completo, con todos los síntomas. También es capaz de producir brotes o epidemias en poblaciones que mantienen contacto, razón por la cual se extreman las medidas de precaución cuando se detecta y confirma un caso.
  • Virus: las meningoencefalitis virales tienen una presentación clínica más insidiosa e incluyen desde virus relativamente comunes a microorganismos raros que originan enfermedades específicas con nombre y apellido.
  • Hongos: el síndrome meníngeo de causa micótica es raro, pero muy agresivo. Suele aparecer en personas que poseen alguna deficiencia inmunológica y, debido a sus defensas debilitadas, son más propensas a que los hongos aniden en su cuerpo. El tratamiento también es más complicado.
  • Parásitos: la meningitis parasitaria es más infrecuente aún y son apenas tres los microorganismos que se esconden detrás de casi todos los casos. La transmisión sucede de animales hacia personas, por lo que el riesgo es mayor en trabajadores rurales.
Existe vacunación para la causas más frecuentes de meningitis bacterianas.

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Causas no inflamatorias

El otro grupo de causas son las no inflamatorias. Entre ellas:

  • Hemorragias: cuando sucede un accidente cerebrovascular por ruptura de una arteria en el encéfalo, la hemorragia forma una colección de sangre que, si se ubica cerca de las meninges, las inflama. El resultado es el síndrome meníngeo. Al inicio de los síntomas, un accidente cerebrovascular se puede confundir con una meningitis bacteriana, inclusive por la presencia de fiebre.
  • Traumatismos: los traumas de cráneo, por golpes o accidentes, son capaces de inflamar las meninges. Diversos mecanismos traumáticos pueden provocar acumulación de líquido inflamatorio entre el cerebro y las leptomeninges irritándolas.
  • Neoplasias: muchos tumores del cerebro, cerebelo y médula ósea no comienzan con signos más evidentes que los de un síndrome meníngeo. La masa maligna que ocupa lugar empuja a las meninges y las termina irritando, a veces sin apretar otras estructuras.
Los ACV pueden generar un síndrome meníngeo por acumulación de sangre contra las meninges.

¿Cómo reconocer un síndrome meníngeo?

Como la fiebre no está presente siempre en el síndrome meníngeo, hay dos síntomas que se consideran constituyentes del mismo: la cefalea y las contracturas musculares.

La cefalea de estos casos es un dolor que tiende a ser intenso y persistente. No es infrecuente que el paciente tenga que gritar a causa del dolor que se le genera en el cráneo. La ubicación predominante es la frontal y la occipital, es decir, a la altura de la frente o cerca de la nuca.

Esta cefalea suele acompañarse de una intensificación ante los estímulos como la luz o los ruidos. Cuando se intensifica con la luz se llama fotofobia, y la persona se ve obligada a cerrar los ojos. Cuando el dolor es peor con los sonidos se llama algoacusia.

La otra característica son las contracturas musculares. En el síndrome meníngeo se pueden tensar y poner rígidos los músculos de la nuca, los de la espalda y los de los miembros inferiores. La rigidez de la nuca no deja llevar el mentón al pecho, por ejemplo, mientras la de la espalda no permite llevar las rodillas al pecho. Han sido signos históricos y clásicos que la medicina asocia a las meningitis desde hace décadas.

La aparición de estos síntomas no debería demorar la consulta con un médico. El profesional solicitará los estudios necesarios, de sangre y de imágenes del sistema nervioso, llegando a la punción lumbar para estudiar el líquido cefalorraquídeo si es necesario. No es un cuadro para tomar a la ligera debido al riesgo que conlleva.


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