
p>Los nervios de la mano son una muestra del prodigio evolutivo que es esta extremidad. En las puntas de los dedos están algunas de las zonas más inervadas de todo el cuerpo. Por eso son la principal fuente de información…
En Japón, la técnica del vendaje neuromuscular ha sido muy bien recibida. Y aunque aún falta mucho por comprobarse a nivel científico, ha resultado ser muy beneficiosa.
El término vendaje neuromuscular genera extrañeza. Sin embargo, es posible que en alguna ocasión hayamos visto a alguna persona en la calle llevar ciertas vendas de colores en alguna o varias zonas de su cuerpo. ¿Qué son esas tiras?, ¿para qué sirven?, ¿cómo funcionan?, ¿las puedes usar cualquier persona?
Esas tiras de adhesivo acrílico antialérgico se colocan para tratar lesiones y otros trastornos físicos. En conjunto, componen lo que se conoce como la técnica del vendaje neuromuscular, que fue inventada en 1970 y que ha sido muy bien recibida en países como Japón. Veamos a continuación por qué esta técnica ha resultado ser tan útil en varios tratamientos, y no solo para deportistas y atletas profesionales.
El vendaje neuromuscular, también conocido como kinesiotaping, es una técnica que consiste en la colocación de unas vendas de algodón hipoalergénicas, resistentes al agua y elásticas, en ciertas zonas del cuerpo que hayan sido lesionadas. Para poder facilitar el movimiento, las vendas están fabricadas en un tipo de fibra puede llegar a estirarse hasta un 140 % más de su longitud original.
Una vez colocadas pueden pasar varios días sobre la piel. No obstante, es necesario cambiarlas al cabo de un tiempo (por lo general, a partir de los 3-4 días, según el caso). Evidentemente, las vendas no afectan la flexibilidad ni impiden el movimiento. Al contrario, lo favorecen para poder acelerar el proceso de curación. Por ende, son un buen complemento para varios tipos de terapias (como los masajes).
Según el sitio de colocación, el tipo de tracción, la lesión y otros factores, el color de la venda variará. Por ejemplo, las vendas de color azul y negro tienen la función de relajar el músculo (con lo cual tienen cierto efecto analgésico), mientras que las vendas rosas y amarillas son estimulantes. ¿Y cómo funcionan? Pues bien, una vez colocadas las vendas, el calor que genera el movimiento ‘activa’ (por así decirlo) una especie de masaje que elimina las molestias.
Cabe destacar que, si bien su eficacia no se ha podido demostrar en ensayos clínicos, se insiste en que es una técnica que tiene gran utilidad y que ofrece los siguientes beneficios:
Adicionalmente, se considera que el uso de estos vendajes puede ser muy útil a la hora de reducir el consumo de medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, que tiene efectos secundarios en el organismo.
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La venda se aplica en la zona a tratar, con mayor o menor flexibilidad (según el caso), siempre en posición de tensión, para que así, cuando la persona tome su postura normal, la venda tenga un efecto tipo ”acordeón”. El vendaje neuromuscular promueve una ligera elevación de la piel a nivel microscópico, gracias a la flexibilidad y forma ondulada de la propia fibra. De esta manera, disminuye la presión de la lesión y evita los estímulos que puedan resultar dolorosos.
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Lo más recomendable es acudir a un fisioterapeuta para que aplique el vendaje tras una evaluación física. Aunque parezca que su aplicación es sencilla, hay que evitar su aplicación en casa, sin conocimiento alguno, porque esto podría ser contraproducente.