Cómo elegir la almohada perfecta

Un descanso reparador depende en buena medida de la almohada que utilicemos. ¿Sabrías elegir la que necesitas? Te ofrecemos algunos consejos para que tu elección sea la correcta.
Cómo elegir la almohada perfecta
Gilberto Adaulfo Sánchez Abreu

Revisado y aprobado por el médico Gilberto Adaulfo Sánchez Abreu.

Escrito por Yamila Papa Pintor

Última actualización: 06 julio, 2023

Ya que pasamos una gran cantidad de tiempo durmiendo —aproximadamente la tercera parte de nuestra vida— es preciso que tanto el colchón como la almohada, las sábanas y las mantas se adapten a nuestras necesidades. Por esta razón, en el siguiente artículo aprenderás cómo elegir la almohada perfecta para descansar como corresponde.

¿Por qué es preciso tener una almohada cómoda?

Testigo de nuestros llantos y pensamientos, compañera de sueños y protectora cuando tenemos miedo, la almohada es algo tan personal que no podemos tomarnos a la ligera su elección. Teniendo en cuenta que es el apoyo de la cabeza y el cuello mientras dormimos, debes saber que, eligiéndola bien, puedes evitar los siguientes problemas:

  • Dolores de cuello, espalda u hombros.
  • Ronquidos y silbidos.
  • Problemas para respirar.
  • Dolores en las extremidades superiores.
  • Estornudos.
  • Insomnio.
  • Pesadillas.
  • Mala circulación de la sangre.

¿Cuáles son las reglas para elegir la almohada ideal?

Relajarse

La postura que usamos para dormir y la complexión física son dos cuestiones que no debemos dejar de lado en el momento de optar por una almohada y no otra. Es preciso saber que, cuando nos acostamos, la columna vertebral debe quedar recta, al igual que cuando estamos parados. Desde el comienzo de las cervicales hasta la cadera, esta ha de quedar bien alineada.

Es necesario siempre dormir usando almohada para que nuestros músculos descansen y se relajen, según afirma esta información del profesor Cristián Contador, de la Universidad de San Sebastián. Por el contrario, acostarse toda la noche sin ella es igual a pasar la jornada completa con el cuello girado hacia un lateral.

En esta zona, hay una gran cantidad de ligamentos, articulaciones y músculos que se van tensionando durante el día. Por eso, es vital que se relajen durante las horas que dormimos. Si no es así, tendremos dolores al levantarnos y no nos podremos realizar nuestras actividades cotidianas.

Elegir la almohada según el material

Los materiales más recomendados para una almohada son:

  • Fibra: Cómoda, fresca y transpirable. Permite que la circulación del aire favorezca la absorción de la humedad; se puede lavar, eso sirve para mantener la higiene durante el descanso.
  • Viscoelástica: Se adapta a la forma de la cabeza y es termosensible. Es decir, proporciona un apoyo perfecto a la nuca y sirve para descansar por completo la zona cervical.
  • Látex: Suave y agradable, su estructura interna de células abiertas permite más ventilación e higiene.

Elegir la almohada según la postura 

Para poder elegir la almohada adecuada, es necesario tener en cuenta la posición que adoptamos para dormir. Tradicionalmente se suelen recomendar las siguientes almohadas en función de la postura:

  • Boca abajo: Se recomienda que sea blanda y fina, ya que las que son demasiado duras dificultan la respiración o aprietan la garganta. Es preciso que la almohada permita a la cabeza quedar alineada con el cuerpo.
  • Boca arriba: Una almohada con un grosor y una firmeza intermedios es la más adecuada, dado que la parte de la cabeza que se apoya es la nuca y las cervicales necesita reposar sin problemas.
  • De lado: Si elegimos una almohada muy dura, estaremos forzando el cuello y haremos que quede excesivamente levantado. Si es demasiado blanda, en cambio, el cuello “caerá” y no se podrá alcanzar la alineación de la columna recomendada. Por lo tanto, una intermedia es la correcta.
De lado

Existe una especie de “fórmula” empleada popularmente que permite identificar qué medida debe tener la almohada perfecta. Con un metro, fíjate cuánto mide la distancia entre el extremo del hombro hasta la cara (hasta donde está la oreja).

A ese resultado se le deben sumar entre 2 y 4 cm, según la dureza deseada. Por lo tanto, los que tienen hombros más anchos necesitarán una almohada más gruesa que aquellos con hombros más estrechos.

Relación entre almohadas y ronquidos

¿Sabías que existen almohadas que evitan los ronquidos? Como la mejor posición para descansar y no despertar a todo el mundo con la serenata de ruidos es de lado y con la columna derecha, se recomienda tener un apoyo adecuado a estas necesidades.

El síndrome de apnea obstructiva se produce cuando las vías respiratorias se cierran parcial o casi totalmente, según afirma este estudio realizado por la Universidad de Los Andes. Hay pacientes que presentan la llamada “apnea de posición”; es decir que solo roncan cuando duermen boca arriba.

Para evitarlo, es preciso usar una almohada no demasiado alta. De este modo, la cabeza no quedará flexionada hacia adelante y los conductos no se obstruirán. En el mercado podemos encontrar modelos especialmente diseñados para quienes desean adoptar una posición de lateral para no provocar cierres en las vías respiratorias.

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Por otra parte, recuerda que una almohada tiene un tiempo útil de duración. Usualmente, este período es de entre dos y tres años; pasado ese tiempo, es necesario comprar una nueva. Esa vida depende, además, de la cantidad de veces que la lavemos.

En el caso de los niños, muchos padres se preguntan a partir de qué momento pueden comenzar a usar almohada. Ya que los bebés tienen una cabeza más grande en proporción al cuerpo, no precisan utilizarla durante los primeros meses de vida. Cumplido el año, se permite colocarla en la cama; al principio, ha de ser de material hipoalergénico y bien acolchada.

En definitiva, sería bueno que cada persona llevara su almohada a donde vaya. Esto incluye las vacaciones, un viaje de negocios o cuando se duerme en casa de su pareja. ¡En este último caso, puedes tener una de repuesto!


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