Enero y la construcción de sueños

Enero es el mes de los objetivos, las metas y los proyectos. El punto de partida para el cambio y la ilusión. No obstante, ¿cómo podemos llevarlos a cabo? Descúbrelo a continuación.
Enero y la construcción de sueños
Marcelo R. Ceberio

Revisado y aprobado por el psicólogo Marcelo R. Ceberio.

Escrito por Marcelo R. Ceberio

Última actualización: 25 mayo, 2023

Llega enero y, como inicio de una nueva etapa, nuestra mente se activa construyendo una serie de deseos que se traducen en proyectos. ¡Lo que hace nuestro cerebro!

A diciembre llegamos agotados y cuando empieza el nuevo año parece que, mágicamente, recuperamos la energía e iniciamos un periplo por las metas y objetivos que deseamos realizar.

Indudablemente, somos sujetos deseantes: nuestra imaginación prolifera una serie de ideas e imágenes que resultan muy atractivas y tentadoras de llevar a la acción.

Profundicemos.

Deseo y necesidad

Junto a estas ideas motivadoras, como comentábamos, se une la adrenalina anticipatoria de llevar a cabo lo que hasta ahora solo transitaba por terrenos cognitivos. No obstante, es importante destacar que deseo no es necesidad:

  • La necesidad surge en relación a lo que nos resulta imprescindibles para la vida, mientras que el deseo se focaliza en algo que nos gustaría poseer. Así, el deseo hace referencia a todas aquellas cosas que se aspiran a conseguir, pero que no son indispensables para vivir.
  • No nos morimos si no las alcanzamos; es decir, no suponen una necesidad básica.
Mujer pensando en los objetivos de año nuevo en enero

La famosa pirámide no está en Egipto

La famosa pirámide del psicólogo estadounidense Abraham Maslow estructura una jerarquía de necesidades humanas que forma parte de su teoría sobre la motivación.

En la base, se encuentran las necesidades básicas que son primarias e imprescindibles para sobrevivir: beber agua, respirar, ingerir alimentos, dormir (descansar), evitar el dolor, mantener la hemodinamia en el contexto (por ejemplo, la temperatura corporal) y la expulsión de los desechos corporales.

Posteriormente, en la medida que se satisfacen estas necesidades, Maslow hace referencia a aquellas que son necesarias para tener una vida más segura, como la asistencia médica, las vacunas, el trabajo o la vivienda.

Luego, están las necesidades de naturaleza social como las amistades, la pareja y la conformación familiar.

En el nivel inmediato superior, destaca la necesidad de reconocimiento, la aceptación de los otros y la conformación de la autoestima, incluyendo los sentimientos de éxito, confianza y respeto. Este es un punto muy importante, ya que es el forjamiento de la valoración o la desvaloración personal.

Por último, en la cúspide de la pirámide, se encuentra la necesidad más elevada, que es la autorrealización. En este punto, cada uno deberá encontrar lo que le ayudará a autorrealizarse, es decir, a dónde quiere llegar y las metas que quiere cumplir.

El abastecimiento de las necesidades que se encuentran en la base de la pirámide es lo que nos abre y propulsa a la oportunidad de pensar en otros aspectos de la vida como la autoestima, las relaciones sociales o la construcción de un proyecto o metas a corto, medio y largo plazo.

Deseos, proyectos y metas en enero

La gran diferencia que podemos encontrar con las necesidades es que la consecución de un deseo no es algo radical que suponga la vida o la muerte, sino que es diferente según la persona, el valor y la categoría que se le da a una determinada cosa.

Esto quiere decir que nos apartamos de cuestiones generales para entrar en el territorio personal de cada ser humano. Por ejemplo, para alguien a quien le gustan los coches, una de sus aspiraciones puede ser tener el último modelo de una marca determinada; para aquel cuya motivación surja del estudio, su aspiración puede ser conseguir un doctorado.

No obstante, una de las cuestiones más relevantes a la hora de trazar proyectos y metas consecuentes es articularlas coherentemente con la propia vida y las propias posibilidades.

Hay personas que no tienen aseguradas sus necesidades básicas y fantasean con megaproyectos. Se trata de algo tan elemental que mucha gente lo olvida y en este juego confuso, la imaginación puede más.

Los deseos pueden ser ilimitados puesto que nuestra imaginación no tiene límites, pero es importante que los proyectos sean realizables; es decir, lograr bajarlos a la realidad concreta, al territorio de la práctica.

Mujer planificando el año

10 pasos para llevar adelante los sueños

Ahora bien, es posible consolidar los deseos en realidad, sobre todo ahora que enero nos permite proyectarnos en el año. Por ello, cabe sugerir los siguientes pasos:

  • Escribir sin filtros nuestros sueños y deseos.
  • Traducir esas fantasías en proyectos.
  • Encontrar el porqué y el para qué de cada proyecto; es decir, buscar la claridad en los objetivos.
  • Evaluar cuáles podemos llevar a la acción.
  • Seleccionar el orden para ponerlos en juego: el primero, el segundo, etc.
  • Realizar una planificación paso a paso en cada proyecto: construir metas mínimas realizables.
  • Buscar asesoría de expertos y no llenarnos de opinólogos (que nunca faltan).
  • Controlar la ansiedad.
  • Analizar los resultados parciales para pasar al próximo paso: relación entre inversión en tiempo, energía o dinero, en relación a los beneficios.
  • Preguntarnos si somos felices con lo que hacemos

Ser feliz es lo más importante

Si una de tus mayores preocupaciones en enero son tus futuros sueños y metas, lo más importante es que apliques estas fórmulas de manera ordenada y que no olvides que el fundamento principal es la felicidad

Todos los deseos deben estar sostenidos por un suelo firme, sin olvidar que las necesidades básicas nunca pueden ser relegadas. Una vez tengas esto claro, podrás avanzar en tus proyectos.


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