9 enfermedades que provocan sensación de frío

Existen personas que, sin importar la temperatura ambiental que haya, sienten frío a todas horas y en cualquier época del año. Esto puede deberse a algunas condiciones de salud que conviene detectar de forma temprana.
9 enfermedades que provocan sensación de frío
Mariel Mendoza

Revisado y aprobado por la médica Mariel Mendoza.

Última actualización: 06 julio, 2023

La sensación de frío que se produce de forma constante y provoca malestar puede corresponderse con una gran variedad de condiciones. Esto toma especial relevancia cuando se acompaña de otros síntomas como fatiga, intolerancia al ejercicio, palidez, variaciones importantes de peso o inclusive emociones negativas, sirviendo todo esto para orientar el diagnóstico.

En ocasiones se le conoce también como intolerancia o sensibilidad al frío, y desde un punto de vista patológico suele producirse por una combinación de factores que derivan en un menor flujo de sangre a ciertos órganos por vasoconstricción, aterosclerosis o hipotensión, aunque hay otros mecanismos implicados. Te lo explicamos.

9 enfermedades que provocan sensación de frío

Según una investigación publicada en Extreme Physiology & Medicine, las mujeres tienen una tolerancia al frío más baja en comparación con los hombres. Sin embargo, aún se desconocen por completo sus causas. Al parecer, esto se debe a que las mujeres tienen una tasa metabólica en reposo más baja.

Entre tanto, la sensación de frío que se da de forma repentina y prolongada, inclusive en días cálidos, puede esconder un problema de salud subyacente. Por tal razón, tras experimentar esta molestia, sobre todo acompañada con otros síntomas, se debe pedir atención médica.

1. Anemia

La anemia es una condición que se caracteriza por el déficit de hemoglobina en la sangre, que a su vez puede ser causada por falta de hierro, vitamina B12 y otras condiciones. Esta es una proteína que sirve para transportar el oxígeno en el cuerpo y que se encuentra dentro de los glóbulos rojos, lo cual trae como consecuencia una situación de hipoxia en los diferentes tejidos, que es la falta de oxígeno necesario para generar energía.

Cuando esta enfermedad está presente, el organismo pone en marcha una serie de mecanismos compensadores para disminuir las complicaciones en la medida de lo posible. Uno de ellos es la redistribución del flujo sanguíneo, por lo que se benefician órganos vitales como cerebro y corazón, a la vez que se «sacrifican» otros tejidos menos importantes, como la piel.

Así, las personas con anemia pueden sentir las extremidades frías de forma constante, ya que parte del calor se disipa al no tener un adecuado flujo de sangre. De acuerdo con los expertos de la Clínica Mayo, otros síntomas relevantes son fatiga, palidez, palpitaciones, dificultad para respirar (disnea) y mareos.

2. Deshidratación

El agua es el líquido más abundante del cuerpo humano, y por sus características fisicoquímicas participa en el proceso de termorregulación. Es lógico pensar que las situaciones de deshidratación pudiesen relacionarse con una sensación de frío generalizada. Detectar esta alteración lo antes posible es fundamental, ya que puede derivar en complicaciones médicas importantes.

3. Enfermedad arterial periférica

La enfermedad arterial periférica se caracteriza por una obstrucción parcial del flujo sanguíneo a un determinado tejido. Por lo general, se debe a la presencia de una placa de ateroma (aterosclerosis) y predomina en los miembros inferiores, donde puede producir una gran variedad de síntomas.

Uno de los más importantes es la sensación de frío, ya que la sangre no llega de forma adecuada. Es algo similar a lo que ocurre en la anemia, solo que en la enfermedad arterial periférica suele manifestarse de forma localizada. Por ejemplo, un pie puede llegar a sentirse frío en comparación con el otro, si en este último el flujo de sangre es normal.

Las personas con hipertensión arterial, colesterol alto, obesidad y edad avanzada tienen mayor riesgo de desarrollar esta condición, según explica una publicación de la Clínica Mayo. Con el tiempo, pueden aparecer complicaciones graves como infecciones.



4. Fenómeno de Raynaud

Muchas enfermedades reumáticas pueden acompañarse del fenómeno de Raynaud, en especial la esclerodermia y el síndrome de Sjögren. Este consiste en un fenómeno de vasoespasmo (que lleva a una vasoconstricción transitoria) que afecta de forma característica a las manos. Clínicamente, se caracteriza por cambios en la coloración (la piel se torna blanquecina) y dolor.

Como se compromete el flujo sanguíneo, otra de las consecuencias es la sensación de frío. Además, es curioso que uno de sus principales desencadenantes es la exposición a bajas temperaturas, según explica una revisión publicada en Missouri Medicine.

5. Hipotiroidismo

Si se padece de frío y también de fatiga, sequedad en la piel, cabello más delgado o quebradizo y aumento de peso, esto puede ser debido al hipotiroidismo. En líneas generales, las personas con problemas con la tiroides suelen tener una temperatura más baja y una mayor sensibilidad al frío, como se observa en una publicación en Nature Reviews Disease Primers.

Hay que recordar que la hormona tiroidea tiene la función de regular la temperatura del cuerpo, con lo cual, si presenta alguna alteración, puede llegar a producir sensación de frío.

Por otra parte, se debe tener en cuenta que la tiroides regula el metabolismo y las reacciones del cuerpo. Si la tiroides no produce de forma eficiente la hormona tiroidea, esto ocasiona que el metabolismo se vuelva más lento.

6. Disautonomía

Se entiende como disautonomía a un conjunto de alteraciones en la función del sistema nervioso autónomo. Este se encarga del control involuntario de muchas funciones viscerales como la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y la contracción del músculo liso. La combinación de todo esto puede derivar en una sensación de frío generalizada.

Según explica una publicación en la Revista Chilena de Reumatología, los afectados suelen padecer de una mala regulación de la temperatura corporal, ya que la intolerancia al frío se alterna con periodos de calor excesivo. Otros síntomas resaltantes son fatiga y somnolencia.

Esta condición puede manifestarse a forma de «brotes» en respuesta a diversos desencadenantes: emociones muy fuertes, estar mucho tiempo de pie y sin mucho movimiento, caminar despacio o inclusive durante el sangrado menstrual.

7. Diabetes mellitus

Los pacientes con diabetes mellitus tienden a tener más problemas circulatorios, por lo que se compromete el flujo de sangre a muchos tejidos. En ocasiones puede asociarse a sensación de frío, en especial en los pies, una zona en la que se produce la típica complicación conocida como pie diabético. Otros síntomas de esta enfermedad pueden ser los siguientes:

  • Orinar de forma abundante y frecuente (poliuria).
  • Tomar abundantes líquidos (polidipsia) por un aumento en la sensación de sed.
  • Visión borrosa.
  • Cicatrización lenta.
  • Fatiga constante.

8. Anorexia

Para que una persona se sienta a gusto con la temperatura debe tener un índice de masa corporal (IMC) adecuado. Si este disminuye de forma drástica, como en el caso de una persona anoréxica, puede que llegue a experimentar sensación de frío, entre otras incomodidades, producto de las descompensaciones que experimenta el organismo.

Un estudio publicado en International Archives of Occupational and Environmental Health explica que existe una relación inversa entre el índice de masa corporal y la sensibilidad al frío. Entonces, a menor IMC, mayor será la intolerancia al frío. Es posible que se deba a un efecto aislante térmico natural que el tejido adiposo le proporcione al cuerpo.



9. Sensación de soledad

El cuerpo y la mente se relacionan de maneras muy diversas, complejas y todavía no muy bien conocidas. Muestra de ello es un estudio publicado en Psychological Science en el que los autores se propusieron evaluar si la sensación de soledad se asocia a cambios en la percepción de la temperatura corporal, en concreto con una sensación generalizada de frío.

Los resultados indican que, en un contexto de exclusión social marcado, los participantes asociaron la temperatura de la habitación en la que se encontraban con una temperatura menor a la real. También sintieron una mayor necesidad de consumir comidas o bebidas calientes respecto a los participantes que no estuvieron expuestos a la soledad.

Otras razones por las que tienes frío todo el tiempo

En la práctica, la lista de enfermedades que provocan sensación de frío es mucho más larga. Complementamos la sección anterior con otras condiciones que pueden estar detrás. De igual modo, con otras posibles explicaciones paralelas:

  • Saltarse las comidas: como bien señala Harvard Medical School, saltarse las comidas o consumir pocas calorías durante la jornada puede contribuir a una sensación de frío generalizada.
  • Consumo de ciertos medicamentos: como por ejemplo los betabloqueadores, los inmunosupresores, los interferones, los anticonceptivos hormonales y los medicamentos para la quimioterapia.
  • Falta de sueño: existe evidencia de que la privación del sueño interrumpe la coordinación de los gradientes que inciden en los mecanismos termorreguladores de la piel. Si esta es la causa, es más probable que desarrolles fríos en las extremidades.
  • Infecciones virales: como lo son la bronquitis, la neuomonía, los resfriados y las gripes. De hecho, los escalofríos son relativamente comunes en todas ellas.
  • Fibromialgia: en conjunto con otros síntomas, como dolor en todo el cuerpo, problemas de memoria, fatiga y dificultad para conciliar el sueño, la sensibilidad al frío es un síntoma característico de la fibromialgia.

Recomendaciones para aliviar la sensación de frío en el cuerpo

Cuando la sensación de frío aparece en conjunto con otros síntomas, lo mejor es acudir al médico para recibir un diagnóstico y tratamientos oportunos. Sin embargo, existen algunas medidas generales que pueden contribuir al alivio de este síntoma:

  • Seguir una dieta balanceada que incluya todos los micronutrientes asociados a la aparición de anemia (como hierro y vitamina B12).
  • Mantener una hidratación constante, en especial en los días más calurosos del año.
  • Controlar los factores de riesgo cardiovascular mediante actividad física regular de acuerdo al contexto personal y evitar el consumo de tabaco. Ambos, en conjunto con la dieta, se asocian a la aparición de aterosclerosis.
  • Identificar de forma temprana factores estresantes que puedan derivar en emociones negativas y trastornos de la conducta alimentaria, con el objetivo de buscar apoyo psicológico de forma temprana.

La intolerancia al frío es multicausal

Son muchas las condiciones médicas y psicológicas que pueden derivar en una situación de insensibilidad al frío. Si los síntomas se mantienen durante el tiempo y no mejoran a pesar de las medidas generales que hemos mencionado, lo más correcto es acudir al médico de cabecera para valorar las causas más probables y tratarlas de forma oportuna.


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