
Todavía existen mitos en torno a la sexualidad, y uno de los más extendidos es que esta culmina con la vejez. Sin embargo, a decir verdad, ocurre todo lo contrario. Hay mujeres quienes manifiestan que su vida sexual comenzó al…
El tamaño del pene es algo que preocupa a muchos hombres, cuando en realidad lo importante es que este se acople bien a la vagina de la pareja
Cada vez que se hace una encuesta para conocer los atributos que las mujeres buscan en los hombres, el tamaño del pene, simplemente, no figura.
El tamaño importa, pero depende de la anatomía de cada hombre y de cada mujer que se unen en un encuentro sexual. Una vagina pequeña y estrecha puede sufrir con un pene grande.
Si no hay sincronía entre los tamaños de pene y vagina, en vez de placer lo que hay es dolor.
Entonces, ¿porque tantos hombres insisten en buscar soluciones que les garanticen algunos centímetros extras? Esta ansiedad les hace presa fácil de ofertas engañosas y sin escrúpulos. Además, en muchos casos, ponen en riesgo la salud de su apreciado miembro.
La fascinación por un falo grande no es un tema de hoy. Los antiguos egipcios adoraron a Osiris, los griegos a Baco y los romanos a Priapo, representados por órganos viriles turgentes.
Los antiguos samuráis colocaban peso en sus glandes para alargarlos, así como todavía lo hacen tribus africanas.
El mito del pene grande está asociado a la fecundidad y al placer, pero ninguno de los dos tiene que ver con el largo del miembro.
La fecundidad es responsabilidad de los testículos y el placer que el hombre puede dar a la mujer se relaciona más con la habilidad que con el tamaño.
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En 2015, la revista especializada de urología BJU International, publicó un informe sobre 17 estudios realizados en 15 500 hombres. El objetivo era determinar cuál era el promedio estándar de largo y grosor del órgano viril.
Desde un punto de vista médico, solo está justificado intervenir a aquellos pacientes cuyo pene en estado de flacidez es inferior a 8 centímetros. Si tu falo en estado de flacidez está sobre los 9 centímetros, no tienes por qué preocuparte.
Otro dato importante: el punto G de la mujer está a tan solo 5 centímetros de la entrada. Es decir, la mayoría de los hombres tiene lo necesario para llegar hasta allí.
Si la vagina se acopla a las dimensiones del órgano viril de su pareja y hay buena “técnica”, el clímax es posible.
Existen varias técnicas quirúrgicas para alargar y engrosar el pene, pero todas conllevan riesgos importantes. Antes de someterse a una cirugía, cuyos resultados pueden ser irreversibles, evalúe bien si está en manos de un profesional ético y capacitado.
Marco Oderda y Paolo Gontero, urólogos de la Universidad de Turín (Italia), encontraron que una de las técnicas quirúrgicas de alargamiento peneano más comunes, como es la disección del ligamento disensor, ha dejado inconformes a los que se la practicaron.
Esta cirugía ofrece un aumento de longitud de entre 1,3 y 2,5 centímetros.
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No hay mayores investigaciones científicas que respalden los resultados de técnicas no quirúrgicas de alargamiento del pene.
Para obtener algún resultado con el uso de pesas o de bombas de vacío de aire se necesita dedicar mucho tiempo y el pene queda expuesto a sufrir daños en su funcionamiento.
Otra medida, sin duda, más segura, es realizar los ejercicios Jelquing o de Kegel. Con frecuencia se dice que pueden alargar la longitud del pene, pero no hay ninguna evidencia que lo demuestre.
Lo que sí es cierto con este tipo de ejercicios son efectivos para controlar la erección y la eyaculación. Esto puede ser muy placentero tanto para el hombre como para su pareja, pero no tienen ninguna incidencia en el tamaño de su miembro.
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