Estos son los 6 venenos blancos que consumes

La mayoría de empresas no venden leche orgánica. En el momento en que la leche pasa por los procesos de pasteurización se destruyen las bacterias lácticas y hay que añadir químicos
Estos son los 6 venenos blancos que consumes
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 11 julio, 2023

¿Dudas antes de comprar un producto? Por lo general, tratamos de buscar “lo mejor” para nuestra despensa. Y en muchas ocasiones esto lo hacemos basándonos en lo que nos ha vendido la mercadotecnia, sin apreciar que esos productos que compramos pueden ser auténticos venenos.

El mundo está tan industrializado que parece que lo que menos importa es consumir alimentos saludables. Esos que realmente aportan los nutrientes, minerales y proteínas necesarios para el organismo.

Hemos crecido comiendo y bebiendo productos que son tóxicos para el cuerpo. Una especie de venenos que entran en nuestras vidas enmascarados, como si no fueran perjudiciales. Pero, en realidad, pueden causar enfermedades en el futuro como:

  • Hipertensión arterial
  • Diabetes
  • Asma
  • Obesidad
  • Cáncer

Lo curioso es que estos venenos disfrazados tienen algo en común: el color. El combo agresivo que millones de personas consumen en todo el mundo es de color blanco. Tiene la misma potencia que una droga para atacar la salud, y ni siquiera nos damos cuenta.

1. Azúcar blanco

Azúcar blanco, uno de los venenos para el cuerpo

En realidad, el azúcar no está catalogado como un alimento. ¿La razón? No aporta nada que no sea energía momentánea al cuerpo. Es un disacárido obtenido de la mezcla de glucosa y fructosa.

A pesar de que tiene origen vegetal, al ser extraído de la caña de azúcar o remolacha, durante el proceso, pierde la fibra y proteína. Además de cal viva, que elimina las vitaminas, también le ponen dióxido de carbono al refinarlo.

Cada vez que ingieres azúcar de manera desenfrenada lo único que haces es perjudicar a tu organismo. Y no se trata solo del aumento de calorías. Existe una mayor posibilidad de padecer diferentes problemas:

  • Acné
  • Riesgo cardiovascular por los altos triglicéridos
  • Caries

De hecho, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Critical Reviews in Clinical Laboratory Sciences en el año 2016, el consumo de azúcar puede elevar los riesgos de enfermedades metabólicas y sobrepeso. Además, estos mismos efectos se han registrado en estudios previos.

El inconveniente es que muchas de las investigaciones se han visto limitadas por la falta de financiamiento. Además, el tema ha sido muy controversial, pues la industria ha financiado estudios cuyas conclusiones aseguran que no hay efectos adversos por el consumo de esta sustancia.

2. Palomitas de maíz en microondas

¿Cómo hacen para que la grasa no se filtre? A las palomitas se les agrega ácido perfluorooctanoico (PFOA) y sulfonato de perfluorooctano (PFOS).  Las personas los ingerimos en cada bolsa al ser calentadas.

Pero, ¿qué nos provocan? Alteran el sistema endocrino y las hormonas sexuales. Consumir este producto aumenta el riesgo de:

  • Infertilidad
  • Problemas de la tiroides
  • Debilitamiento del sistema inmunitario
  • Colesterol alto
  • Desarrollar tumores cancerígenos.

El problema no es que no te aporten ninguna sustancia buena para el organismo, sino que se adhiere una carga tóxica en la sangre.

3. Venenos blancos: benzoato de sodio y potasio

Sodio y potasio, venenos blancos

El benzoato de sodio es un polvo que se utiliza para preservar los alimentos de forma artificial. Tiene la potencia de un veneno cancerígeno.
Este se mezcla con ácido ascórbico y lo utilizan en productos como la sal de mesa y alimentos bajos en grasa. Su consumo puede desencadenar problemas de hipertensión, asma e hiperactividad.

4. Cloruro de sodio

Los granos que utilizamos en la cocina para darle un toque a las comidas no tienen nada que ver con la sal marina.  En realidad, ingerimos cloruro de sodio y cada vez que agregamos una pizca, las arterias pierden elasticidad. Esto provoca alteraciones en el corazón y en el funcionamiento de los riñones.
Es importante disminuir su ingesta y optar por sazonar con especias o sal marina.  De lo contrario, nos arriesgamos a sufrir problemas respiratorios, riesgo de infarto, retención de líquidos, asma y posible osteoporosis.

5. Leche de origen animal y leche a base de soja

Leche de soja

La leche de origen animal, especialmente la de vaca, puede provocar severas alergias e intolerancias. Además, en el proceso de pasteurización pierden parte de sus propiedades.

Por otra parte, determinados tipos de leche o productos lácteos tienen elevados niveles de grasas saturadas. Estas grasas disparan los niveles de colesterol y son, por tanto, un riesgo para la salud cardiovascular.

Incluso, algunos estudios señalan que el consumo de elevadas cantidades de leche podría provocar envejecimiento prematuro a causa de la galactosa, uno de los azúcares presentes en la leche. Y una de sus proteínas, la caseína, es inflamatoria y podría desencadenar problemas crónicos.

En este caso, las alternativas pasan por las bebidas de origen vegetal, pero también hay que tener cuidado. Una de las más populares es la de soja, pero para que esta sea buena para el organismo es necesario que pase por un proceso de fermentación adecuado.

El problema es que la mayoría de las industrias no venden leche vegetal orgánica, ya que la procesan con productos tóxicos. Entre ellos encontramos el hexanol, que, además de reducir las defensas del sistema inmunitario, puede desencadenar complicaciones como:

  • Cáncer de mama
  • Deficiencia renal
  • Aumento de estrés y ansiedad
  • Descontrol en el sistema nervioso

Lo grave es que no solo sucede con la leche, también afecta a otros sustitutos a base de soja como la carne o el queso. Lo recomendable es beber leche de soja 100% orgánica.

6. Arroz blanco

¿Qué prefieres arroz blanco o integral? Durante años hemos creído que el arroz blanco es más sano y hasta permite que el organismo deseche lo que no necesita.
Sin embargo, no es el mismo de hace un par de siglos. En la actualidad someten el grano integral a un proceso de refinación con fines industriales para quitarle el germen, dejando en su mayoría almidón. Esto provoca el aumento de glucosa en la sangre y riesgo de diabetes.

Para concluir, siempre es aconsejable conocer bien lo que comemos y distinguir esos alimentos que pueden convertirse en auténticos venenos. En tu mano está reducir su consumo o incluso eliminarlos de la dieta. ¡Tú decides!


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