Cómo expresar nuestras emociones

Expresar cada una de las emociones ayuda a liberar tensiones y a sentirse mejor con uno mismo. Eres único, y debes ser capaz de asumir lo que sientes.
Cómo expresar nuestras emociones
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Yamila Papa Pintor

Última actualización: 06 julio, 2023

Manifestar adecuadamente lo que sentimos es sumamente importante. Pues, además de contribuir con nuestra salud mental, esta habilidad nos permite tener un mejor afrontamiento de las situaciones y una mayor calidad en nuestras relaciones personales. Sin embargo, muchas personas no saben expresar sus emociones. De hecho, algunas ni siquiera saben discriminar qué emoción están sintiendo y por qué; impidiéndoles la adecuada manifestación de las mismas.

Es por ello que, en el siguiente artículo, te damos algunos consejos para que puedas conseguirlo.

La importancia de expresar las emociones

Antes que nada, es pertinente tener en cuenta que la adecuada expresión de las emociones pueden evitarnos el padecimiento de afecciones físicas y psicológicas. Pues, se ha comprobado que la propia vida emocional está fuertemente relacionada con la salud general de cada uno.

Y es que la mala gestión de las emociones puede hacerse evidente a través constantes dolores de cabeza, problemas estomacales, trastornos de ansiedad, insomnio, dermatitis, hipertensión, etc.

De allí, la importancia de saber reconocerlas y expresarlas adecuadamente.

Problemas comunes en la expresión de las emociones

Ahora que sabemos la importancia de expresar adecuadamente las emociones, es válido cuestionarse si, en efecto, tenemos un problema para manifestarlas.

Para ello, presentamos los problemas más comunes a la hora de expresarlas:

  • Reaccionar de forma desproporcionada. Este es el típico caso de las personas que tienen estallidos emocionales por situaciones de poca relevancia o que suelen sentirse afectados por los acontecimiento.
  • Bloqueo emocional. Por otro lado, están aquellos que reprimen sus emociones y sienten vergüenza de expresar lo que siente.
  • Pobre vocabulario emocional. En este caso, la persona no sabe identificar y ponerle nombre a la emoción que está sintiendo. Lo que suele general confusión en los demás a la hora de expresarse.

Cabe mencionar que estos problemas no son excluyentes entre sí. De hecho, es bastante común que las personas que tienden a reprimir sus emociones, terminen respondiendo de forma desproporcionada ante un hecho cualquiera, pues la tensión emocional es tal, que necesitan drenar todo aquello que se ha callado.

Antes de expresar las emociones, aprende sobre ellas

Como primera medida, es fundamental identificar las emociones. Y es que éstas, junto a los sentimientos, son una importante fuente de información: guían, asesoran, permiten entender aquello que te sucede y también te relacionan con los demás.

Entonces, es bueno ser capaz de reconocer lo que uno siente, aceptar las emociones, expresarlas y hacerse cargo de las consecuencias (buenas o malas). Para ello, puedes preguntarte: ¿qué estoy sintiendo?, ¿por qué aparece esa emoción en este momento?, ¿cómo puedo manejar los sentimientos?

Para poder expresar las emociones primero debes aprender sobre éstas. Porque si no sabes cuál es el verdadero sentir, entonces no podrás explicarlo. No tengas miedo de decir aquello que te preocupa, te gusta, temes, esperas o no soportas. Y no des por sentado que los demás saben cuánto los quieres, que les has perdonado o que algo no te agrada de su comportamiento.



¿Cómo expresar las emociones?

El repertorio emocional de los seres humanos es diverso y complejo. De hecho, podemos experimentar emociones básicas como la alegría, la tristeza, el enojo o el miedo; así como también, emociones más complejas como el orgullo, la decepción, la culpa, o los celos.

Sin embargo, gran parte de las personas no recibe la educación emocional adecuada para aprender identificarlas y canalizarlas de las mejor manera posible. Lo que suele traerles problemas para relacionarse con los demás y afrontar situaciones complejas.

Afortunadamente nunca es tarde para aprender a expresar las emociones de una forma saludable. Es por ello que, a continuación, te dejamos algunas recomendaciones para lograrlo.

1. Enfrenta la realidad

No te engañes y deja de lado las excusas. Aunque sea difícil expresar las emociones, debes hacerlo como un adulto. Además, si las escondes, te perseguirán y estarán al acecho esperando para salir en la ocasión menos adecuada.

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Por este motivo, aunque se trate de algo complicado, debes hacer lo posible para exteriorizar los miedos, las angustias, las frustraciones, el amor, el perdón y el agradecimiento. Quizás lo veas como algo vergonzoso e intimidante, pero al terminar de hablar te sentirás relajado y en paz contigo mismo.

2. Evita las palabras negativas

Aunque tengas algo “malo” que decir, intenta usar palabras bonitas, tiernas o suaves. En este sentido, un error que se suele cometer es emplear expresiones negativas para echar la culpa a los demás, descalificar al otro, distorsionar la realidad o sentirte una víctima de la situación.

Estas acciones te pueden perjudicar más que beneficiar. Así que presta atención a la manera en que expresas las emociones para evitar conflictos.

3. Ordena las ideas

Cuando quieras o necesites expresarte, a veces quizás te es difícil seguir un plan. Es posible que hables “a borbotones”, y quien está en frente suele decirte que te detengas un poco, tomes aire y empieces de nuevo.

Ten pensamientos realistas

Si tienes dificultades para decir lo que sientes, una buena idea es anotar lo más importante en un papel. De esta manera podrás seguir un orden, y cuando te “vayas por las ramas” podrás regresar al punto de partida o donde te hayas quedado.

4. Emite el mensaje en primera persona

Cuando incluyes a alguien más en el mensaje estás dando por sentado que conoces lo que siente u opina. A veces, este hábito puede ser contraproducente o convertirse en un problema.

Por ello, es mejor hablar desde una propia y única perspectiva que, en definitiva, es la que deberías conocer más a fondo.

5.Usa medios escritos

¿Te resulta difícil expresarte cara a cara? Aunque no es la mejor idea, a veces puedes resguardarte en un mensaje de texto, en una carta, en un correo electrónico o incluso en un audio.

Lo bueno de estos medios es que es posible revisar su contenido antes de enviarlo, y corregir aquello que no consideres adecuado. Pero, por otro lado, puede ser sinónimo de poco interés o falta de valentía.

Escribir

A su vez, ten cuidado porque los mensajes por medios escritos pueden malinterpretarse al no contar con las inflexiones de voz, los gestos corporales ni la opción de preguntar en el momento cuando algo no se entiende. No obstante, para empezar puede servir de ayuda.

6. Presta atención a la comunicación no verbal

Cuando hablas con alguien, comunicas cosas de forma consciente e inconsciente con el cuerpo y el rostro. Sin quererlo, mueves las manos, te tocas la nariz, desvías la mirada, etc. Y eso puede ayudarte o no cuando estás frente a una persona.

En esta línea, para expresar las emociones puedes aprovecharte de ese lenguaje no verbal. ¿Cómo? Usándolos a través de una postura, una voz segura o unos gestos más tranquilos. Incluso, aunque estés nervioso, puedes demostrar otra cosa con prestar más atención a los movimientos corporales.

7. Espera el momento adecuado

Es fundamental ser cuidadosos en cuanto a la elección del momento y el lugar correcto para expresar las emociones. Deja de lado la impulsividad que, a veces, trae varios dolores de cabeza.

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En cambio, analiza qué situación concreta es propicia para hablar y, sobre todo, para conseguir el efecto deseado. No solo para la otra persona, sino también para ti. Lo mejor es estar con la mente fría, sereno, relajado y confiado. Espera hasta que eso suceda, y luego comienza la conversación.

Aprende a expresar las emociones con equilibrio y solemnidad

Aprender a trabajar la manera en la que expresas las emociones te servirá para conseguir paz y alcanzar un mayor grado de madurez para el día e mañana. Este pequeño gesto, sin duda, te será de utilidad; tanto para el propio crecimiento personal como para las relaciones con los demás.

¿Y tú? ¿Te animas a empezar hoy mismo?


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