¿Funcionan las fajas reductoras para reducir la cintura?

Las fajas reductoras son un producto que muchas personas han utilizado con el objetivo de lucir la figura que tanto desean. Ahora bien, ¿funcionan?
¿Funcionan las fajas reductoras para reducir la cintura?
Carlos Fabián Avila

Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila.

Última actualización: 06 julio, 2023

Las fajas reductoras son un producto que muchas personas han considerado utilizar para lucir una figura más esbelta cuanto antes. Durante los años 90 fueron muy populares, tanto así que las había en una gran variedad de formas y materiales.

Algunas personas se las colocaban por un rato, mientras que otras se iban incluso a trabajar con ellas puestas. Ahora bien, vale la pena preguntarse: ¿funcionan las fajas reductoras? Continúa leyendo para conocer la respuesta.

Distintos tipos de fajas reductoras

Las fajas reductoras están elaboradas con materiales variados; el más común es el nylon. Aunque también hay de algodón o de neopreno. De igual modo, pueden tener varillas y broches plásticos.

Por otra parte, en el mercado se comercializan distintos tipos de fajas reductoras. Entre estos tenemos los siguientes:

  • Faja cintura corriente;
  • Tipo camiseta: tiene tiras para sujetarse por los hombros;
  • Faja modelo corsé;
  • Faja completa, que abarca hasta la zona de glúteos y piernas.

¿Funcionan las fajas reductoras? ¿Son un producto útil?

Aunque hay quien afirme que su uso aumenta la sudoración en la zona y apoya la pérdida de peso, en realidad no logran el fin deseado. Dicho de un modo claro y sencillo: las fajas reductoras no sirven para reducir la cintura.

A continuación revisaremos algunos mitos con respecto al funcionamiento de estos dispositivos y qué tan efectivos resultan para eliminar la grasa acumulada en la zona del abdomen.

¿El calor quema la grasa?

La piel de la zona donde está colocada la faja trata de compensar la temperatura de la zona perdiendo líquido, pero ese líquido proviene del sistema circulatorio.

Por lo tanto, estarás sudando y tal vez pierdas unos gramos de sudor; pero no «bajando de peso» mágicamente. Y es que, simplemente, el aumento de la temperatura de la zona no estimula la «destrucción» de las grasas.

Este es uno de los grandes mitos que existen: la grasa acumulada no se derrite por calor, como un pedazo de manteca en una sartén caliente. Lo que se pierde es sudor y se recupera el peso cuando te hidratas.

Moldean la figura

«Si aprietan, es porque están moldeando». Falso, los adipocitos están ubicados en determinadas zonas y no se pueden desplazar mediante la compresión moderada. La grasa no se reduce al compactarla.

Y si se aplica compresión fuerte, lo único que podemos lograr con esto es interferir en la circulación linfática o predisponer a trastornos en la piel, como dermatitis por contacto, por ejemplo. Así que es mentira eso de que «mientras más apretadas, mejor moldeado».

No es necesario hacer ejercicios

Uno de las mayores virtudes que los fabricantes atribuyen a las fajas reductoras para la cintura es que, si la persona no tiene tiempo de ejercitar, la faja estará haciendo todo el trabajo.

Hasta los momentos no se ha presentado una investigación que demuestre, con evidencias sólidas, que se puede quemar calorías, eliminar grasas y reducir peso sin ejercitar y sin hacer dietas.

Mejoran la postura

Muchas mujeres afirmaron que al llevar la faja reductora experimentaron una mejora en cuanto a la postura, ya que les ayuda a estar más erguidas y, por tanto, evitar encorvarse. Sobre todo cuando realizaban trabajos de oficina.

Las fajas reductoras y la postura
Una de las principales excusas de comercialización de las fajas es la aparente mejoría en la postura con su uso prolongado.

Si bien es cierto que las fajas pueden ayudar a lograr una mejor postura, no debemos olvidar que es fundamental apoyarse en todo un conjunto de buenos hábitos, no solo en la colocación de una faja. Para mejorar la postura, es recomendable realizar ejercicios abdominales de manera habitual.

Hay que aclarar que si bien hay pacientes que experimentan una cierta mejoría de la postura al usar fajas reductoras, en determinadas circunstancias, esto no quiere decir que sean el producto ideal para bajar de peso en poco tiempo o para moldear la figura.

Otros mitos

Además de estos, existen muchos otros mitos en torno a la utilidad de las fajas y cómo funcionan, que confunden a las personas y las llevan a hacerse expectativas que no se ajustan a la realidad.

Muchas fajas reductoras han sido promocionadas como productos capaces de combatir la retención de líquidos, «moldear» la grasa y apoyar la actividad física realizada a diario; sin embargo, todo esto viene a ser un mito. Hasta ahora no se han comprobado tales virtudes.

¿Y qué hay de la publicidad?

Además de lo que hemos visto anteriormente, para conseguir ventas, se llegó a afirmar que no todas las fajas reductoras estaban diseñadas para reducir la cintura. De hecho, la mayoría se comercializaban con el único objetivo de «moldear» la figura durante el tiempo que se llevase puesta.

Supuestamente, existían fajas moldeadoras (de diferentes tamaños y adaptadas a diferentes partes del cuerpo, como los muslos, los glúteos, el vientre y el pecho), pero lo cierto es que, por mucho que la publicidad dijera que eran aptas para esto y aquello, al final todas venían a ser lo mismo, con diferente nombre. 

Las fajas reductoras no brindan mejores resultados que el ejercicio.
Algunas personas decidieron utilizar fajas en el gimnasio para favorecer aún más la pérdida de peso.

Hubo quienes utilizaron fajas reductoras por debajo de la ropa para lucir un aspecto más esbelto, mientras que otros las llevaban consigo al gimnasio para sudar más en determinadas zonas y así creer que las estaban «trabajando más».

No está comprobado que las fajas reductoras funcionen. Lo único que está comprobado es que la combinación de una dieta equilibrada, acorde a las necesidades del organismo, en conjunto con la práctica de ejercicio diario puede ayudar a bajar de peso y lucir una figura mucho más saludable, progresivamente.



Reducir la cintura: algo más que usar fajas

En conclusión, cualquier método para estrechar la cintura o perder grasa abdominal debe ir acompañado de una alimentación equilibrada y ejercicio físico al menos 3-4 veces por semana.

Consulta con tu nutricionista cuál es la dieta más adecuada para ti y comienza a practicar alguna actividad que te guste o simplemente sal a caminar todos los días, aunque sea media hora.


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