Fibromialgia y embarazo
Fibromialgia y embarazo es una relación poco explorada y poco tenida en cuenta. Si bien la patología es definida y diagnosticada en mujeres de diversas edades, cuando se presenta durante la gestación tiene sus particularidades.
El problema es que, al tratarse de una enfermedad que depende mucho de cada personalidad en la manifestación de los síntomas, se hace difícil establecer qué es lo esperable y qué lo anormal. Vamos a contarte en este artículo qué se sabe al respecto y cómo se puede abordar el problema.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia se define como una enfermedad reumatológica de origen neurológico. No se han establecido aún las causas orgánicas precisas que la provocan. El 90 % de quienes la padecen son mujeres y puede aparecer a cualquier edad, pero es más común entre los 40 y los 49 años.
La enfermedad se caracteriza por dolores en los músculos, los huesos, los ligamentos y las articulaciones . También por la presencia continua de fatiga, insomnio y dolores de cabeza. La depresión y la ansiedad están presentes en gran medida.
La intensidad de los síntomas varía, teniendo periodos en los que se hacen más leves, y otros en que se muestran más intensos. Hay una correlación entre estrés y severidad de las manifestaciones .
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Fibromialgia y embarazo
Se han realizado algunas revisiones sistemáticas para conocer la relación entre fibromialgia y embarazo. Al respecto, no existen datos concluyentes . Las investigaciones revelan que ambas condiciones dan lugar a muy diversos efectos, a veces potenciándose, y otras veces mejorando una a la otra.
No hay, por lo tanto, un acuerdo pleno entre los científicos en torno a las interrelaciones entre fibromialgia y embarazo. Mientras algunos aseguran que la gestación disminuye los síntomas de la enfermedad, otros creen que los hace más severos.
Muchas veces aparece la duda de si fibromialgia y embarazo son compatibles. La respuesta es que sí lo son. Una mujer con este padecimiento no tiene ningún problema para continuar la gestación ni para culminarla con éxito. No existe ninguna evidencia de que esta enfermedad afecte al bebé.
Quienes sostienen que la severidad de los síntomas de la fibromialgia disminuyen durante el embarazo, se basan en el hecho de que durante la gestación hay disminución de una hormona ovárica llamada relaxina. Esto ayudaría a relajar los músculos y traería como consecuencia una disminución del dolor.
Sin embargo, un estudio llevado a cabo en Noruega en 1997 señaló todo lo contrario. Según esta investigación, las mujeres embarazadas presentan síntomas más severos de la fibromialgia durante la gestación.
El estudio señaló que el dolor se incrementaba de manera notoria durante el último trimestre del embarazo. Así mismo, estas mujeres tenían una tendencia muy marcada a sufrir depresión post-parto. La investigación aclara que la fibromialgia no incide en la salud del bebé.
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Sintomatología
Fibromialgia y embarazo comparten varias manifestaciones en común. En concreto, en ambas condiciones hay mayor fatiga, dolores y alteraciones del sueño, aunque por razones y en intensidades diferentes.
Algunas investigaciones muestran que muchas mujeres experimentan los síntomas de la fibromialgia como si correspondieran al embarazo. A su vez, tras el parto, casi la totalidad de las madres indica que algunos de sus síntomas empeoran.
El mayor riesgo detectado es el de la formación de coágulos sanguíneos, desarrollo de diabetes e incremento del nivel de presión arterial. Las mismas investigaciones estiman en un 35 % el riesgo de parto prematuro, así como hasta un 50 % de incidencia de bebés con bajo peso.
Estas madres tienen mayor riesgo de padecer anemia y obesidad. De todas formas, la asociación no es con certeza derivada de la enfermedad. Se sospecha que la aplicación de los tratamientos inciden bajo la forma de reacciones adversas.
La fibromialgia repercute en el embarazo y el post-parto
Las principales dificultades originadas por la combinación de fibromialgia y embarazo se concentran en el post-parto. Al parecer, un buen número de mujeres experimentan aumento en la intensidad de los síntomas e incrementan la incidencia de depresión.
No todas las gestantes logran darle leche materna a sus hijos, ya que el dolor muscular crónico puede dificultar esta práctica. Así mismo, la depresión post-parto llega a ser muy severa, por lo que se aconseja contar con ayuda complementaria durante los primeros meses de vida del bebé .
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