Fístula anal: todo lo que debes saber

Las fístulas anales son trastornos raros que pueden condicionar la vida del paciente. El único tratamiento eficaz implica cirugía.
Fístula anal: todo lo que debes saber
José Gerardo Rosciano Paganelli

Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

La fístula anal es la formación de un canal anormal entre la piel del ano y el interior del intestino grueso. Por tanto, encontramos dos orificios en los extremos de esta conexión. Asimismo, podemos diferenciar entre distintos subtipos de fístula anal según la localización que presenten:

  • Extraesfintéricas: la fístula no atraviesa ningún esfínter.
  • Supraesfintéricas: aparecen por encima de esta región.
  • Interesfintéricas: atraviesa el esfínter interno.
  • Transesfintéricas: pasa por los dos esfínteres.

Los esfínteres son músculos con forma circular que abren y cierran ciertos conductos del organismo. Los encontramos tanto en el ano como en la pupila o la uretra.

Síntomas de la fístula anal

Tipos de fisura anal

De acuerdo con la literatura científica, los síntomas que presentan los pacientes de manera más frecuente son los siguientes:

  • Dolor o molestia que varía en intensidad. Puede presentarse en la zona abdominal debido a los movimientos peristálticos o en la región anal. Esta molestia se acentúa cuando las lesiones están más cercas del ano y realizando ciertas acciones. Por ejemplo, estar sentado o ir al baño.
  • Irritación de la zona perianal. Como las fístulas conectan al tubo digestivo con el exterior, pueden liberarse mucosa anal y material fecal por sus extremos. Asimismo, pueden formarse acumulaciones de pus en esta región. Cuando estas sustancias se ponen en contacto con la piel sensible de la zona, se irrita y enrojece.
  • Fiebre alta. Se produce en los pacientes que presentan una infección de ese área.

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Causas de la fístula anal

Por otra parte, podemos nombrar una serie de condiciones médicas que propician el desarrollo de este tipo de fístulas:

  • Lesiones o traumatismos.
  • Trastornos vasculares o hematológicos.
  • Enfermedades de transmisión sexual o ETS.
  • Patologías que alteren el sistema inmunitario.
  • Otras enfermedades. Por ejemplo, cáncer, diabetes, tuberculosis, etc.
  • Presencia de abscesos anales que almacenan pus. Se producen ante la infección del área que normalmente se produce en las glándulas que secretan muscosa al tubo digestivo. Cuando se obstruyen, empieza a crearse una acumulación de patógenos en ellas, una infección.
  • Enfermedad de Crohn. En ella el paciente sufre lesiones a lo largo del intestino que producen su inflamación.

Diagnóstico de la fístula anal

Diagnóstico de la fístula anal (2)

Para identificar esta patología y descartar otros trastornos el equipo médico puede llevar a cabo una serie de pruebas:

  • Examen físico. El médico puede observar en la zona perianal un extremo de la fístula anal si conecta con el medio externo. También puede comprobar si existe una acumulación de pus en ella.
  • Endoscopia. Si la fisura no sobresale por fuera del tubo digestivo, el médico no puede observarla desde el exterior. De esta forma, introduce un endoscopio, un cable fino que posee una cámara en un extremo por el ano. A través de ella pueden observar la localización y longitud de la fístula anal.
  • Ecografía abdominal. Gracias a los ultrasonidos se obtiene una imagen del trayecto que sigue la fístula en el interior del tracto intestinal.

Asimismo, se pueden realizar otras pruebas médicas comunes para determinar si existe una enfermedad subyacente. Por ejemplo, análisis de sangre, de orina etc.

Tratamiento de la fístula anal

El equipo médico puede recomendar el uso de ciertos medicamentos o hábitos para aliviar ciertos síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Sin embargo, el tratamiento más eficaz es la realización de una intervención quirúrgica.

En ellas, los cirujanos correspondientes examinarán la profundidad de la fístula y cuál es la mejor técnica a seguir. Tras la operación, el paciente puede recuperar gradualmente su vida cotidiana siguiendo las recomendaciones posoperatorio.

Prevención de la fístula anal

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Por norma general, los abscesos anales se producen a partir de la infección de las fisuras anales. Las fisuras son pequeños cortes que se pueden producir por el estreñimiento o diarrea continuada del paciente. Por tanto, es recomendable:

  • Adoptar una dieta saludable rica en fibra y evitar alimentos que puedan irritar el intestino.
  • Asimismo, debemos mantener una higiene anal adecuada y realizar actividad física de forma moderada. Esto es porque el ejercicio físico favorece los movimientos que se producen en los intestinos (movimientos peristálticos).

Finalmente, cabe destacar que, ante la sospecha de fístula anal o cualquier otra patología, no dudes en consultar al médico. Recuerda que hay enfermedades que se camuflan detrás de otras alteraciones y que es favorable recibir un diagnóstico precoz.


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