Hacer un francés: una práctica sexual para disfrute de ambos

Huye de la monotonía en tu relación de pareja y haz un francés con tu pareja, una técnica sexual para que ambos puedan disfrutar. Te contamos de dónde viene la expresión y cómo realizar esta práctica para tener un momento inolvidable.
Hacer un francés: una práctica sexual para disfrute de ambos
Isbelia Esther Farías López

Revisado y aprobado por la filósofa Isbelia Esther Farías López.

Última actualización: 25 noviembre, 2022

En el sexo no todo se reduce a la penetración. Existen muchas otras prácticas que pueden resultar sumamente placenteras para la pareja, como, por ejemplo el sexo oral. Y, a propósito de esto, ¿has recibido alguna vez un francés?

‘Hacer un francés’ es una forma muy erótica de realizar el famoso cunnilingus. Se trata de una técnica en la cual la lengua y los labios del amante recorren cada rincón de los genitales de su compañero para estimular al máximo sus sentidos y, así, ayudarle a alcanzar el orgasmo. ¿Quieres saber más? No dejes de leer este artículo.

¿De dónde viene la expresión ‘hacer un francés’?

Esta técnica, originaria de Europa, enciende las camas en todo el mundo y la fantasía de muchos. ¿Te has animado a probarla ya? ¿Te gustaría hacerlo próximamente? En ese caso, nunca es tarde para aprender a hacerla y practicarla. Esta es, sin duda, una práctica sexual que puede hacer que tu pareja y tú pasen un rato inolvidable.

Quizás hayas oído la expresión y no sepas a qué se refiere. “Hacer un francés” consiste en practicar sexo oral para el disfrute de ambos amantes. Así, se llega a alcanzar el orgasmo gracias a las sensaciones que las caricias con la boca, la lengua y los labios producen sobre los genitales.

Mapa de Francia.

La técnica tiene sus orígenes en el siglo XIX con el surgimiento de los primeros burdeles en Europa, especialmente en Francia. Las prostitutas alcanzaron fama debido a la calidad de las felaciones que ofrecían. Por ello, el sexo oral fue bautizado como “hacer un francés”.

La buena práctica de las meretrices de la época popularizó la expresión con la que hoy, gran parte de las parejas, mantiene viva la llama de la pasión. Además de coches, alta costura y elegantes joyas, la clase alta contaba con servicios de prostitución de gran nivel.

En un principio, la expresión se refería únicamente al sexo oral aplicado a ellos. Pero el cambio de los tiempos, abarcó igualmente el placer proporcionado a la mujer a través del cunnilingus. Sigue leyendo y descubre cómo hacerlo.



¿Cómo hacer un francés?

para recuperar el deseo hace falta pasar a la acción.

Hay quienes opinan que se trata de “una buena forma de brindar sexo oral”, puesto que combina la felación, con el placer abocado a ella, el cunnilingus. Interés y ganas son los principales ingredientes para disfrutar de un buen francés.

Sin embargo, no hay que dejar de lado la salud de ambos. Por ello, es esencial informarse bien sobre las barreras bucales y demás precauciones a tener en cuenta para que así tanto tú como tu pareja puedan disfrutar en la cama de una forma saludable. Dicho esto, continuemos con el paso a paso.

¿Qué debes hacer?

  • Para tener sexo sin penetración, “calentar motores” y hacer un francés inolvidable, el 69 es la postura ideal, ya que ambos están acostados en posiciones inversas. Mientras la cabeza de la mujer está a la altura de la zona íntima del hombre, la cabeza de él se encuentra justo al alcance de la vagina de ella. ¡Disfrute simultáneo!
  • Cuando están en este posición, la mujer toma el pene con contundencia y lame desde la base, recorriéndolo entero. A su vez, el hombre le estimula la vagina con sus manos. De este modo se van excitando poco a poco.
  • Esta acción se debe acompañar con besos suficientemente húmedos. La saliva en el francés ayuda a la lubricación.
  • La mujer introduce el pene en su boca hasta donde más cómodo le resulte. A su vez, combina la succión con algunos movimientos de su lengua. Mientras, el hombre desliza su boca eróticamente por la entrepierna, el monte de Venus y los labios vaginales, hasta llegar al clítoris.
  • Se acarician y besan con suavidad, aumentando el goce poco a poco. El placer se potencia con la ayuda de las manos. Ella hace presiones en el pene y él introduce uno o dos dedos en su vagina.
  • Ambos amantes deben incrementar la intensidad de los movimientos. Lo harán, hasta conseguir llegar al momento máximo de la relación. Un orgasmo mutuo, será el mayor premio que puede proporcionar un buen francés.


Consejos para potenciar el placer

Pareja en la cama a punto de besarse
La postura ideal para hacer un francés inolvidable es el 69.

Para deleitar a la pareja con un buen francés es importante dejar el punto álgido del placer para el final. Debes tomarte tu tiempo y empezar por besar su cuerpo poco a poco. De esta manera, cuando llegues a la zona íntima, esta se encontrará mucho más excitada.

Aunque el pene es la zona a la que se le tiene que dedicar el mayor tiempo, resulta de mucha ayuda que la mujer no se concentre solo en ese punto. Además, es aconsejable acariciar y tocar los testículos, el perineo y la ingle, con la lengua.

Por otro lado, es importante mantener el contacto visual siempre que sea posible, ya que esto intensifica la excitación. También, ayuda a tener una idea de cómo lo están pasando ambos y pistas sobre cómo continuar. En la cama, el acompañamiento de las acciones con palabras y gemidos genera un gran placer.

Por ello vale la pena compaginarlos. Si ambos están de acuerdo, el hecho de “hablar sucio” también puede ser un buen complemento a la hora de probar ciertas prácticas. Ahora que sabes cómo “hacer un francés”, ¡anímate a incluirlo en tus próximos encuentros! No te arrepentirás.

Erotismo y geografía

Como dato curioso, la geografía juega su papel en los nombres del placer. La “p ostura del a lemán” es común , no por el nombre sino por lo que implica: la mujer está acostada boca arriba y él sobre ella. También se conoce como “el m isionero”.

La “ postura e spañola” o “cubana” emplea las mamas para estimular el sexo masculino mientras que la variante I taliana, usa una axila . Por otro lado, l a masturbación en pareja se conoce con la expresión “ s exo s ueco” .

El “sexo ruso” por su parte es la masturbación masculina con la entrepierna o los mulos de la pareja. También se llama así al masaje con aceites en la zona genital.

El “sexo griego” alude a un tipo de penetración propia de las relaciones homosexuales masculinas al parecer común entre los miembros de la antigua aristocracia griega . En resumidas cuentas y por extensión, a la penetración anal en hombre o mujer se le llama “hacer un griego”.

Finalmente, “h acer un i nglés” incluye una relación erótica donde intervienen objetos sexuales como vendajes, látigos, esposas, y roles de dominancia y sumisión.


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