Hepatitis alcohólica: síntomas, causas y tratamientos

La hepatitis alcohólica se relaciona con el desarrollo de esteatosis hepática y cirrosis.
Hepatitis alcohólica: síntomas, causas y tratamientos
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 25 mayo, 2023

El alcohol es una droga legal en la mayoría de países y también la más consumida en todo el mundo. A menudo, tendemos a subestimar el impacto negativo que tiene sobre el organismo o, incluso, lo desconocemos. Por ejemplo, pocos conocen en qué consiste la hepatitis alcohólica.

La hepatitis alcohólica es una patología que se caracteriza por la inflamación del hígado a consecuencia de beber alcohol. Es una lesión que cursa de manera asintomática pero que, a la larga, puede provocar daños irreversibles en el hígado e, incluso, asociarse a cáncer hepático.

El hecho de que sea asintomática hace casi imposible poder calcular la prevalencia de esta enfermedad. No obstante, se sabe que casi el 35 % de las personas con dependencia al alcohol la padecen. A continuación te explicaremos todo lo que debes saber sobre la hepatitis alcohólica.

¿En qué consiste la hepatitis alcohólica?

La hepatitis alcohólica, como hemos mencionado, consiste en la inflamación del hígado. Se produce, generalmente, por un consumo prolongado y diario de alcohol. Esta inflamación produce daños en el órgano que pueden llegar a ser irreversibles si no se detiene el hábito de ingestión de esta sustancia.

Los científicos estiman que, para que estas lesiones aparezcan, se debe beber una cantidad diaria de alcohol que varía según el sexo. Es decir, los hombres que beben entre 30 y 60 gramos de alcohol al día durante 10 años seguramente desarrollarán esta patología.

En el caso de las mujeres, con ingerir entre 20 y 40 gramos al día es suficiente. Esta diferencia se debe a que las mujeres tienen una menor tolerancia al alcohol que los hombres, ya que poseen una menor capacidad para metabolizarlo en su organismo.

No obstante, hay que tener en cuenta que el riesgo es relativo. Si se ingieren más gramos de alcohol, aunque sea en un menor periodo de tiempo, el riesgo aumenta notablemente. Lo cierto es que entre un 15 y 40 % de las personas con hepatitis alcohólica progresan a una enfermedad hepática avanzada.

Hepatitis D

¿Cuáles son sus síntomas?

La hepatitis alcohólica puede ser sintomática o no, dependiendo del grado de afectación del hígado. Muchas personas cursan de manera asintomática y esta lesión solo puede detectarse a través de análisis sanguíneos.

Sin embargo, cuando la enfermedad aparece como sintomática, es frecuente que se produzca ictericia. Esto consiste en la coloración amarillenta de la piel debido a que se acumula bilirrubina en la sangre. Otros síntomas comunes son las náuseas y vómitos o la pérdida de apetito.

Esto conlleva que, a menudo, las personas que padecen este trastorno estén desnutridas. Además, el alcohol en sí mismo hace que el apetito disminuya, por lo que ambos factores se potencian mutuamente. Otro signo común es la sensación de debilidad y cansancio.

El problema es que, cuando la hepatitis alcohólica avanza, se puede producir un fallo hepático. También se relaciona con la esteatosis hepática, la cirrosis e, incluso, un mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado.

¿Cómo se diagnostica y se trata la hepatitis alcohólica?

Para diagnosticar la hepatitis alcohólica, es necesario que el médico sepa con exactitud cuánto alcohol consume dicha persona diariamente. Además, suelen realizarse diferentes pruebas como análisis de sangre, ecografía del hígado u otras pruebas de imagen.

El tratamiento consiste principalmente en dejar de beber. Si esto no es suficiente, en algunos casos se pueden utilizan corticoesteroides para reducir la inflamación o, incluso, puede ser necesario el trasplante hepático.

Hepatitis.


El alcohol es una droga muy dañina

Lo que debemos tener presente es que el alcohol es una droga muy dañina para el organismo. Además, al tratarse de una droga socialmente aceptada, tendemos a restarle importancia a su efecto. No obstante, hay que intentar prevenir patologías como la hepatitis alcohólica.

Para ello, si bebes alcohol, trata de hacerlo con moderación. Además, si tienes hepatitis C, recuerda que la combinación con el alcohol aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad hepática más grave. Por último, es importante saber que existen muchas terapias y formas de eliminar la dependencia a esta sustancia.


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