
En general, para la mayoría de los adultos, la erupción de los primeros dientes del bebé es un motivo de celebración; sin embargo, a veces los síntomas y manifestaciones con los que viene acompañado son fuente de incomodidad. Los primeros…
La ictericia en el recién nacido no tiene por qué estar asociada a una enfermedad grave, lo habitual es que sea un proceso normal.
En los primeros días de vida de un bebé, los miedos y dudas de sus padres son tan amplios que cualquier síntoma o signo no conocido puede generar angustia. La ictericia en el recién nacido se considera un proceso normal, aunque precisa de una supervisión para que no llegue a cuadros extremos.
En este artículo puedes encontrar información adecuada para conocer los motivos de la ictericia en el recién nacido, además de algunos consejos sobre cómo actuar para prevenir que el cuadro se agrave.
Se define ictericia como una coloración amarillenta en la piel y en las mucosas. Su causa es la bilirrubina, una sustancia que aparece cuando el glóbulo rojo es degradado. La forma de conocer los valores exactos de la misma es mediante analítica de sangre.
Pero la coloración amarillenta en el bebé no se considera una situación grave si los niveles de bilirrubina no son extremadamente elevados. Cuando los niveles son muy altos en sangre, hablamos de hiperbilirrubinemia y precisa del control y seguimiento hospitalario.
Tras dos o tres días del nacimiento, es normal ver una coloración amarilla en la piel del recién nacido. El hígado es el órgano encargado de eliminar el exceso de bilirrubina, pero le cuesta un poco comenzar a funcionar tras el nacimiento.
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Una vez que sabemos que la ictericia en el recién nacido no tiene por qué ser una afectación grave, debemos conocer cómo actuar para reducir al máximo que se agrave esta situación. Para ello, existen cuidados básicos que todos los padres pueden realizar:
Como hemos comentado previamente, lo más frecuente es ver una ictericia en el recién nacido que no esté asociada a situaciones graves. Pero es importante que conozcamos ciertos signos que necesitan una valoración médica:
Cuando la bilirrubina en sangre supera valores extremos, puede depositarse en las células encefálicas, alterando el metabolismo y la función de las neuronas. Esta situación se denomina kernicterus.
Para evitar esta situación, se debe solicitar una consulta con el pediatra cuando se detecte una coloración amarillenta del bebé pasada una semana de vida.
El pediatra realizará las pruebas oportunas para valorar los niveles de bilirrubina y, si los valores se encuentran cerca de parámetros extremos, prescribirá el ingreso hospitalario y un tratamiento con fototerapia y cuidados en la unidad de neonatología.
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Un recién nacido que precisa fototerapia, necesitará un ingreso hospitalario durante varios días. Hoy en día, en la mayoría de los hospitales se permite que los padres puedan estar las 24 horas del día con sus hijos, aunque se recomienda que el descanso lo hagan en su hogar.
El personal de enfermería de las unidades de neonatología está preparado para realizar los cuidados básicos que precisan los recién nacidos con hiperbilirrubinemia. Es importante seguir las recomendaciones del personal especializado.
Si está realizando lactancia materna, se recomienda que no se retire. Conviene seguir las indicaciones de los profesionales del hospital en relación a la alimentación del recién nacido.
La piel del recién nacido presenta cambios durante los primeros días de vida y la ictericia es uno de los más frecuentes. Es preciso recibir una adecuada información sobre los cuidados básicos de cada una de las alteraciones frecuentes.