Aunque puedan pedir ayuda ante algún problema, las personas emocionalmente inmaduras terminarán haciendo caso omiso a tus consejos, ya que no les interesa obtener el aprendizaje, sino la solución.
La inmadurez no tiene una vigencia, por lo que te encontrarás con personas emocionalmente inmaduras en todo momento y de todas las edades. En general, pensaríamos que no tienen por qué afectarnos, pero esto no es así.
La inmadurez emocional se presenta cuando una persona adulta tiene emociones o se comporta sin asumir sus responsabilidades y de forma infantil.
El problema de lidiar con ellos es que se fácilmente se convierten en una carga emocional y económica para otros. ¿Crees que ya estás lidiando con una o algunas personas emocionalmente inmaduras? Revisa sus características y, si es el caso, actúa para evitar que te compliquen la vida.
Cómo identificar a las personas emocionalmente inmaduras
1. Son dependientes
Las personas emocionalmente inmaduras carecen de independencia. Con ellos, es común encontrar que a una edad madura siguen dependiendo de sus seres queridos para cumplir con sus obligaciones.
Se puede entender que siendo una persona adulta debas cuidar a tus padres o pareja, pero una persona madura no es una carga para los demás.
Sabrás que convives con una persona de este tipo si siempre que hay un problema, culpa a los demás o a las circunstancias. Son incapaces de aceptar que tienen responsabilidad sobre lo que pasa en sus vidas.
El simple hecho de trabajar no representa una causa de madurez emocional en todos los casos. Sin embargo, el interés por generar ingresos propios y el uso dado a los ingresos es un factor importante en el desarrollo del individuo.
Aquellos que gastan sin pensar en el mañana, que no se fijan prioridades y esperan soluciones mágicas para los problemas económicos son personas emocionalmente inmaduras.
El problema más grave es que todo el tiempo estarán en la cuerda floja con respecto a sus finanzas.
3. Son poco empáticos
Las personas emocionalmente inmaduras son incapaces de ponerse en el lugar de los demás y de entenderlos. Esto significa que tienen problemas para comprender que otros tienen dificultades y que también requieren apoyo.
Si tienes a una persona de este tipo a tu lado, es posible que hayas notado que desaparece siempre que necesitas de su ayuda.
Pero, eso sí, en cuanto él o ella necesita algo de ti, aparece y lo pide esperando que tu respuesta sea positiva.
Estas situaciones te harán enojar y drenarán tu energía. Sin embargo, es recomendable que evites enojarte todo el tiempo, pues no cambiarás su actitud. Lo mejor es, simplemente, darle ayuda cuando así lo desees y alejarte cuando no sea así.
4. Sus prioridades tienen una organización poco saludable
Las personas emocionalmente inmaduras suelen poner en primer lugar la diversión, las salidas, el consumo de alcohol y cualquier cosa que les resulte divertida antes que la familia, el trabajo y sus responsabilidades.
El problema con este desorden de prioridades es que tanto su salud física como la fortaleza de sus relaciones se ven afectadas.
5. Suelen pasar por encima de la gente para sentirse fuertes
Las personas emocionalmente inmaduras suelen tener problemas para confiar en sí mismos. Para tratar de obtener esa seguridad que les falta, suelen buscar la forma hacer sentir mal o inferiores a los demás.
Por lo regular, cuanto peor se sienta la otra persona, mejor se sienten las personas inmaduras.
Pueden usar la intimidación, los apodos o cualquier otro comportamiento que afecte a su interlocutor.
6. Tienen miedo al compromiso
Este miedo no solo se refiere a los aspectos de pareja. Implica huir de cualquier situación en la que deban tomar el control de su vida, como mudarse a vivir solos o buscar empleo.
Es importante resaltar que no solo las personas emocionalmente inmaduras le tienen miedo al compromiso: todos tenemos temor a realizar grandes cambios en la vida.
La diferencia radica en que las personas con madurez emocional dan el paso porque saben que es importante alcanzar sus metas de forma personal.
Aquellos que no han madurado emocionalmente no entienden lo importante que es tomar este tipo de decisiones.
Es decir, reaccionan de forma extrema ante las emociones que la vida diaria nos hace experimentar. Las tristezas las llevan al máximo, al igual que sus alegrías y rabias. No modulan su tono de voz ante ninguna de estas situaciones. Solo se limitan a vivir la experiencia sin tratar de obtener un aprendizaje.
Son dramáticos y les encanta, de una forma inconsciente, ser el centro de atención.
Cuando se enojan pueden ser muy groseros y volátiles.
Esta combinaciones de emociones suele drenar la energía de quienes les rodean.
8. Se niegan a escuchar la opinión de cualquier otra persona
Aunque las personas emocionalmente inmaduras siempre buscan que los demás solucionen sus problemas, ignoran sus opiniones. Esto se debe a su falta de empatía.
Si convives con una de estas personas es importante entender que de nada sirve que te esfuerces por hacerle ver sus errores. No los verá porque, simplemente, no le interesa.
¿Qué hacer con las personas emocionalmente inmaduras?
Por suerte, hay muchas terapias psicológicas que se pueden seguir para adquirir una mayor madurez emocional. La solución no es simplemente dejarlos que se sigan equivocando una y otra vez. Siempre se puede, al menos, plantear una alternativa.
Asimismo, si la actitud de una persona emocionalmente inmadura te está afectando más de la cuenta o te está haciendo daño, lo mejor es rodearte de personas que no afecten negativamente tu paz.
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