La capacidad motora en los niños: 10 tips para estimularla

El desarrollo de la motricidad gruesa y de la fina forma parte del desarrollo psicomotor del niño. En la actualidad, muchas de estas habilidades se ven afectada por el uso a tempranas edades de la tecnología.
La capacidad motora en los niños: 10 tips para estimularla
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

La motricidad es la capacidad para desarrollar diversos movimientos y gestos. La capacidad motora en los niños tiene dos tipos de destrezas: la motricidad gruesa y la motricidad fina.

Como en todos los hitos de desarrollo, cada pequeño tiene su ritmo de crecimiento. Estarán aquellos que muy rápidamente aprendan a sentarse, a ponerse de pie, a saltar y a correr; otros, por su parte, dominarán los movimientos más simples, mientras que los más complejos pueden demorar un poco más en lograrlos.

A ello se le suman los días de sedentarismo infantil que vivimos en el presente. Los niños del siglo XXI están cada vez más lejos de pasar tardes montando en bicicleta o practicando algún deporte, pues pasan mucha parte de su tiempo libre frente al ordenador o la tablet. Ante esto, la capacidad motora en los niños de hoy se está viendo gravemente comprometida.

La capacidad motora en los niños: ¿qué incluye exactamente?

Niños creativos con instrumentos.

Como hemos dicho, entre las destrezas en la capacidad motora en los niños se incluyen las de motricidad gruesa y las de motricidad fina, como evidencia este estudio publicado en la Revista chilena de pediatría. Las destrezas de motricidad gruesa engloban movimientos complejos como lanzar, patear o saltar, entre otros.

Entre tanto, las destrezas de motricidad fina hacen referencia a las actividades que requieren la coordinación entre el ojo y la mano, así como la coordinación de los músculos cortos. Estos son los que permiten realizar realizar actividades como recortar figuras, ensartar cuentas o agarrar el lápiz para dibujar.

El desarrollo de la capacidad motora en los niños será diferente en cada caso. Los pequeños desarrollan sus habilidades motrices finas y gruesas a distinta velocidad. Los niños tienden a ser ligeramente más fuertes que las niñas, mientras que estas suelen tener una mayor coordinación en los músculos cortos.

¿Por qué es importante la motricidad gruesa?

Muchos pequeños logran sentarse y caminar sin problemas. Sin embargo, a medida que crecen, se detectan problemas en otras actividades como saltar y mantener el equilibrio usando solo un pie.

Es muy probable que los padres no vean estos síntomas tan sutiles. Generalmente, se notan en la escuela porque el niño queda rezagado en el parque o es un poco torpe en las actividades deportivas escolares.

Evidentemente los niños pueden ser felices aunque no sean tan buenos jugando a la pelota o a la rayuela. Sin embargo, las habilidades motoras gruesas son importantes porque les ayudan a controlar sus cuerpos. Y así lo evidencia este trabajo publicado en Salud Uninorte.

¿Por qué es importante la motricidad fina?

Alcanzar, agarrar y mover objetos y usar herramientas como lápices, pinceles o tijeras es posible gracias a la motricidad fina. A medida que los niños usan mejor sus manos, la coordinación entre manos y ojos mejora. La motricidad fina les permite aprender habilidades como dibujar y escribir, que son necesarias en la escuela. Desarrollar esas habilidades ayuda a los chicos a ser más independientes y a entender cómo funciona su cuerpo.

Debido al uso de teléfonos móviles y tablets desde edades cada vez más tempranas, la motricidad fina no está siendo estimulada adecuadamente. Esto influye negativamente en el desarrollo de diversas competencias físicas y mentales, que son vitales para el futuro, como evidencia esta investigación llevada a cabo por profesionales de la Universidad Estatal de Milagro, Ecuador.

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¿Cómo estimular la capacidad motora en los niños?

El niño que no ha desarrollado su motricidad gruesa, además de no sentirse seguro en el parque o entre los amigos de la escuela, puede ver disminuida su autoestima, lo que podría desanimarlo a ser una persona activa en el futuro.

De igual forma ocurre con el desarrollo de la motricidad fina. Si su desarrollo se hace más lento, se daña la autoestima del niño. Si, por el contrario, el niño va aprendiendo a modificar el mundo que le rodea, su autoestima también se desarrolla.

Por este motivo, antes de dejar que los pequeños dediquen todo su tiempo libre delante de ordenadores, teléfonos móviles o tablets, es mejor estimular la capacidad motora en los niños. Te dejamos algunos ejercicios para distintas edades.

1. Dar palmadas

Este juego es para niños de aproximadamente 1 año. Para llevarlo a cabo, sienta al pequeño en tu regazo mirándote. Da palmadas con las manos lentamente mientras cantas y lleva el ritmo: palmas, palmitas…” y di el nombre del niño. Entonces, le haces cosquillas suavemente para que se ría. Luego, agarras las manos del niño y repite la canción mientras le ayudas a dar palmadas. Repite las cosquillas.

Mientras jugáis, ve reduciendo poco a poco la ayuda que le prestas a tu hijo. Pasa de las manos a las muñecas, luego, a sujetar suavemente el antebrazo. Para finalizar, solamente toca las manos para indicarle que debe empezar a tocar las palmas.

2. Levantar torres

Para los niños de 1 año, formar torres es de los juegos más divertidos. Ubica cubos o piezas encajables grandes para que el pequeño pueda superponerlas y elevar las torres.

Así como levantan las torres, también se divertirán derrumbándolas. Si jugáis en el suelo y el niño ya se mantiene levantado, es posible que no solo coordine manos y ojos para armar la torre, sino que quizás se atreva a derruirla con los pies, aunque todavía no tenga equilibrio.

3. Abrir y cerrar envases para estimular la capacidad motora en los niños

Cuando el niño ya tiene 2 años, debería ser capaz de abrir y cerrar envases a presión. A partir de los 3 años, tiene que tener la capacidad abrir y cerrar envases de rosca. Busca envase de distintos tamaños y tapas más o menos exigentes.

  • Mientras el niño es pequeño, llena los envases con algodones o pelotas de colores de distintos tamaños que llamen su atención. Pídele que abra y cierre los envases.
  • También puedes invitar al pequeño a que llene o vacíe el contenido de los envases. A medida que el crece, puedes usar cuentas o semillas más pequeñas para estimular el agarre de pinza con el índice y el pulgar.

4. A guardar

Desde los 2 años, mientras enseñas a tus hijos a guardar los juguetes después de una jornada de juegos, puedes aprovechar para desarrollar la capacidad motora en los niños mientras ruedan, empujan o trasladan los juguetes. Durante el tiempo que estéis recogiendo los juguetes, puedes cantar las estrofas “A guardar, a guardar, vamos a todos a guardar. Por aquí, por allá, vamos todos a guardar”.

5. Utiliza las escaleras

A partir de los 3 años, un niño debería tener la capacidad de subir escaleras alternando los pies y puede bajar las escaleras al colocar ambos pies en cada escalón. Cada vez que os topéis con una escalera, usadla. Haz de la experiencia un juego; canta mientras subís o bajáis, contad los escalones… A partir de los 4 años, el niño ya debería alternar los pies mientras baja.

6. Escalar

Las habilidades para escalar aparecen a los 2 años, aproximadamente. Los niños pueden escalar juguetes, muebles, a mamá y papá, entre otras cosas. Si en el parque hay juegos para escalar, anímalo a usarlos.

En casa también puedes invitarlo a subir una escalera plegable. Basta con que estés bien atento a su lado para evitar caídas. Escalar es un gran ejercicio que les gusta mucho, pero del que generalmente se cohíben por el miedo que les trasmitimos los padres.

7. Jugar a la rayuela o el avión

Juega con los niños.

Cuando el niño llega a los 3 años, debería ser capaz mantener el equilibrio en un pie durante periodos cortos. A los 4 años, aproximadamente, ya tendría que mantener el equilibrio con un pie durante 15 segundos y saltar en un pie.

Enséñale a jugar a la rayuela o el avión. Este juego no solo permite desarrollar la motricidad gruesa, sino también la fina mientras lanzan la piedra y apuntan al cuadrado. Primero le costará mantener el equilibrio mientras recoge la piedra, pero luego será más habilidoso. Además, le sirve para socializar con otros niños.

8. Caminar, correr y trotar para estimular la capacidad motora

Un niño de 3 años puede girar en las esquinas cuando corre. A los 4 años, puede caminar hacia adelante y atrás y corre sin problemas. Todos los juegos que impliquen correr le encantarán.

También es buen momento para aprender a trotar y saltar la cuerda, ya que utilizará sus habilidades más desarrolladas para controlar el movimiento de su cuerpo mientras practica estas actividades.

9. Caminos de plastilina

A partir de los 4 años, puedes marcar un camino con lápiz o cinta adhesiva sobre una hoja de papel y pedirle a tu hijo que marque los caminos con plastilina de colores. Solo tiene que amasar y hacer rollos de plastilina, sobreponerlos en los caminos marcados y presionar.

10. Gotas de colores

Los niños de 5 años pueden apretar goteros para pasar gotas de líquido de un envase a otro. Coloca varios frascos con agua y prepara goteros con tintes de distintos colores.

Pídele a tu hijo que coloque cinco gotas de tinta azul en el primer envase, 3 gotas de tinta roja en el segundo y, así, sucesivamente. También puedes pedirle distintas combinaciones de números de gotas y colores.

Respecto a la capacidad motora en los niños…

El desarrollo de la motricidad fina y de la gruesa muchas veces se ve limitado por padres excesivamente sobreprotectores. Desde que el pequeño tiene 1 año y en la dinámica diaria, el niño puede ir desarrollando su capacidad motora. Aprender a comer y a vestirse solo son alguna de las actividades cotidianas que le permiten ir perfeccionando sus habilidades. Solo hace falta que mamá y papá dejen el espacio necesario para que sus hijos crezcan y se desarrollen.

No obstante, el uso de dispositivos electrónicos desde edades cada vez más tempranas no solo está afectando la capacidad motora en los niños sino que, además, es un factor determinante para el aumento de los índices de obesidad infantil. Dejemos a nuestros niños desarrollarse, que ya habrá tiempo de que se inicien en la tecnología.


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