La hidratación del bebé en verano

¿Cómo saber que cantidad de agua requiere un bebé? A pesar de que parece una tarea sencilla, no siempre lo es. Descubre más al respecto.
La hidratación del bebé en verano

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 julio, 2023

La hidratación del bebé en verano es similar a las necesidades de hidratación de los niños en general, pero registra a la vez algunas particularidades. Situaciones como los cuadros de diarrea y vómitos requieren de cuidados especiales y, por ende, una mayor ingesta de agua.

Las medidas que se deben tomar dependerán de la edad y de la alimentación del bebé. Si quieres saber cuáles son los aspectos a tener en cuenta y cómo distinguir a tiempo la deshidratación en los más pequeños de la casa, sigue leyendo.

La hidratación del bebé en verano y el cuidado de la piel

En primer lugar, una adecuada hidratación de la piel en bebés es importante para su cuidado.

De hecho, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) explica que esto previene la dermatitis atópica. Un cuadro que se caracteriza, entre otras cosas, por problemas de sequedad que derivan en lesiones y riesgos de infección.

La hidratación del bebé en situaciones normales

Cuando hace buen tiempo, la hidratación del bebé en verano está relacionada en parte con el tipo de alimentación. Los bebés menores de 6 meses que solo toman el pecho tienen cubiertas las necesidades de agua, tan solo será necesario amamantarlos con mayor frecuencia. No es necesario ofrecerles agua adicional, ya que el 80 % de la leche materna contiene el vital líquido.

Por su parte, quienes se alimentan con fórmula o papillas deben recibir una pequeña cantidad adicional en algunos casos. En los niños menores de 6 meses que solo tomen biberón las indicaciones serán las mismas que en el caso de la lactancia. Es decir, no se le deberá dar agua adicional siempre y cuando el biberón se haga con las concentraciones adecuadas.

A partir de los 6 meses de edad, quizás el médico te puede aconsejar iniciar la alimentación complementaria incorporando frutas y verduras. Aunque estos alimentos ya tengan agua en sí, la ingesta de esta también se aconsejará para que el pequeño adquiera el hábito, siempre y cuando la ingesta sea lejos de las tomas.

¿Cuánto es mucho? ¿Cuánto es poco?

A pesar de que parece una tarea sencilla conocer la cantidad necesaria de agua para que los bebés tengan una adecuada hidratación en verano, no siempre lo es. Por ende, la consulta al médico será vital para recibir una respuesta clara.

¿Cómo se determina? De acuerdo a una investigación realizada por Miguel Ángel Rodríguez – Weber y colaboradores:

Son necesarias consideraciones especiales para calcular los requerimientos de agua en los recién nacidos y lactantes; sin embargo, todas sus necesidades deben ser cubiertas con leche materna o sustitutos lácteos.

Asimismo, los autores destacan que los requerimientos hídricos se pueden calcular de acuerdo con las calorías consumidas (100 mL por cada 100 kcal) al peso. Otra forma de medir el agua necesaria es teniendo en cuenta el peso, los bebés requieren de 110 a 120 ml/kg/día. En esta línea, también advierten de que es necesaria una mayor ingesta cuanto más calor haga.

Además, en el caso de que los niños ya sean mayores; conviene tener en cuenta esta consideración cuando los infantes tienen una actividad física más intensa. Pero no se recomienda que esta necesidad sea cubierta con bebidas azucaradas o energéticas.

Algunos errores frecuentes relacionados con la ingesta de agua en el bebé

En recién nacidos, pueden presentarse complicaciones por una incorrecta preparación de la fórmula láctea. En este sentido, es importante aclarar cualquier duda; ya que una mala práctica conllevaría problemas de intoxicación o desnutrición.

Asimismo, cuando la fórmula se concentra más de lo especificado, genera deshidratación e hipernatremia; que corresponde al aumento de sodio en la sangre.

Señales para identificar una posible deshidratación en el bebé

Cuando existen manifestaciones de deshidratación en los bebés, su identificación precoz puede marcar la diferencia. Así, los especialistas advierten de los siguientes síntomas:

  • Inquietud, somnolencia o irritabilidad.
  • Piel fría o sudorosa.
  • Bajos niveles de energía. Por ende, el niño tiene debilidad y está adormecido.
  • Escasez o ausencia de lágrimas durante el llanto. Además, también en estos casos es de un tono más bajo de lo normal.
  • Mucosa de la boca o lengua seca.
  • Ojos hundidos, al igual que la zona blanda (fontanela) de la cabeza.
  • Disminución de la cantidad de orina; la cual está más concentrada.

Este problema puede acarrear consecuencias graves para el infante. Por este motivo, a la mínima sospecha de estos signos, se debe acudir a un especialista para que evalúe la situación.

La hidratación del bebé en verano y su desarrollo

La cantidad de agua que necesita el bebé no se debe ignorar, sobre todo en verano. Tan perjudicial es beber poca, como excederse en su suministro. En ambos casos, se pueden desarrollar daños potenciales.

Por lo tanto, consultar las necesidades de agua que vaya teniendo el bebé con el profesional médico es una tarea esencial. Es más, se sugiere no dejar de hacerlo nunca ante cualquier tipo de duda. El buen cuidado de los más pequeños es vital para su desarrollo.


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