La higiene íntima del recién nacido

Los genitales de los bebés deben tratarse con mucho cuidado y atención. Los padres deben superar los miedos y conocer cómo debe realizarse una óptima higiene íntima del bebé.
La higiene íntima del recién nacido
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

Son muchos los miedos y las dudas que rodean a los padres con la llegada de un bebé. Uno de los primeros temores al que nos enfrentamos, cuando el bebé llega a casa, es la hora del baño y la higiene íntima del recién nacido.

Los padres primerizos se sienten inseguros y ansiosos sobre cómo debe ser el cuidado de la zona íntima del bebé. No solo cuando se baña al bebé recién nacido, sino también cuando toca cambiar esos primeros pañales.

Los cuidados y la higiene íntima del recién nacido son sencillos. Evidentemente, hay que tener en cuenta la diferencia entre los niños y las niñas para lograr una limpieza adecuada. Son cuidados muy sencillos de aplicar tanto a la hora del baño como después de una deposición.

Sobre la higiene de la niña recién nacida

Madre sosteniendo a su bebé recién nacido.
Es habitual que en los primeros días aparezcan cambios en la zona íntima de la recién nacida.

Las niñas han estado expuestas a los estrógenos de la madre durante el embarazo. Cuando las niñas nacen, su vulva suele estar un poco inflamada y sus labios mayores serán de un tamaño mayor. Después de las primeras semanas de recién nacida, la vulva será más plana y rosada.

Los padres se asustan cuando además de ver así la vulva, observan un flujo vaginal en sus pequeñas hijas. Esto se debe a los niveles de estrógenos de la madre a los que ha estado expuesta.

Algunas niñas presentan un leve sangrado, como si tuvieran la menstruación. No hay de qué alarmarse, es normal y pasará a los pocos días. Para lograr la higiene íntima del recién nacido y, en este caso, del área genital de la niña es suficiente con utilizar suficiente agua y jabón neutro.

Los cuidados especiales a una niña

A las niñas se le debe cambiar con mayor frecuencia el pañal que a los niños. La limpieza debe comenzar por encima de su área genital. Hay que limpiar la parte baja del abdomen y los pliegues inguinales.

Hay que tener especial atención al realizar la higiene íntima desde la vulva hasta la zona anal. Es necesario evitar que se arrastren bacterias hasta la vagina y la uretra.

Si la niña ha evacuado, se puede entreabrir levemente los labios mayores de la vulva, para limpiar los restos de heces que hayan podido llegar hasta allí. Limpia cuidadosamente y sin presionar los repliegues de los labios menores. Esta es la forma adecuada para obtener una higiene íntima del recién nacido.

Sobre la higiene íntima del niño recién nacido

Madre cambiando el pañal a un bebé.
En caso de los niños, la retracción del prepucio es el punto de mayor cuidado.

Aunque con los niños no se corren los riesgos de arrastrar las bacterias de las heces, también hay que tener cuidado con su área íntima. El punto álgido que aterra a muchos padres es el tema de bajar o no el prepucio durante la higiene de la zona íntima.

En la mayoría de los niños es cuestión de tener paciencia y esperar a que el prepucio ceda en su debido momento. La pequeña abertura inicial de la piel que cubre el pene se irá expandiendo naturalmente. Llegado el día, el glande se descubrirá por completo.

Los cuidados especiales a un niño

La recomendación básica en el caso del niño recién nacido: cuando lo estés lavando no intentes retraer hacia abajo la piel del pene. Ni trates de retirar las secreciones de color blanco que se acumulan entre el glande y el prepucio.

Al intentar retraer la piel, intervienes en el proceso espontáneo de la fimosis fisiológica. Puedes provocar una parafimosis a tu bebé. Un dolor intenso e innecesario. Se debe limitar la higiene a los pliegues inguinales, los glúteos, la zona perineal separando bien los testículos y la parte externa del pene.

El prepucio se debe correr hacia atrás cuando ya ha cedido para remover la secreción blanquecina que allí se acumula. Recuerda no forzar ni aplicar presión sobre el pene al momento de retraer el prepucio para limpiarlo. Es un hábito que dominará por si mismo en lo que crezca.

Sobre el uso de toallas húmedas

Sea un niño o una niña quien acaba de llegar a tus brazos, es importante limitar el uso de las famosas toallitas húmedas. Aunque son una invención muy práctica, las sustancias químicas que se encuentran en las toallas húmedas pueden degradar la capa superior de la piel. Lo que puede generar irritaciones o dermatitis.

Una reciente investigación encontró una vinculación entre la piel del bebé y las alergias. El uso de las toallitas húmedas puede aumentar las posibilidades de que tu bebé desarrolle alergias infantiles, ya que aumenta la capacidad de absorción de las sustancias alérgenas.

Aunque como dijimos: son muy prácticas para lograr la higiene íntima del recién nacido cuando se está fuera del hogar. Entonces, la recomendación básica es que se restrinja su uso cuando no se tiene acceso a agua y jabón para limpiar al bebé o utilizar unas que sean naturales y no contengan sustancias químicas como alcohol y parabenos.

Recomendaciones finales

En la rutina diaria del bebé no hay que exagerar con el exceso de higiene. Hay que evitar tratar de arrastrar el unto sebáceo con el que nacen los bebés. Esta sustancia cerosa y espesa que cubre la piel del bebé mientras está en el saco amniótico irá desapareciendo poco a poco.

Para culminar la rutina de la higiene íntima del recién nacido, después de lavar bien el área con jabón neutro, hay que aclarar con suficiente agua. Después hay que secar bien la piel con un paño suave.

Es recomendable aplicar una crema protectora para evitar la molesta  pañalitis o dermatitis del pañal y otras irritaciones en el área genital, que son producto de la humedad que se acumula con los pañales desechables. El uso del talco en este área está complemente desaconsejado. También cambia constantemente el pañal para evitar infecciones o irritaciones que puedan alterar la delicada piel del bebé.


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