La personalidad anancástica: ¿Te identificas?

¿Sueles preocuparte de que todo salga perfecto y lleve un orden? ¿Te da coraje que las cosas estén hechas a medias e incluso que se cometan errores? ¿Eres obsesivo? No te pierdas este artículo y conoce más datos sobre la personalidad anancástica.
La personalidad anancástica: ¿Te identificas?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 julio, 2023

La personalidad anancástica puede evidenciarse a través de distintas señales, tales como: pasar mucho tiempo cuidando de que hasta el último objeto de la cocina esté en su lugar y que todo esté limpio, muy limpio; obsesionarte con que cada pliegue del vestido caiga donde debe hacerlo o que te moleste que aquellos con quienes te relacionas no sean tan cuidadosos como tú.

¿Te sientes identificado? Entonces es posible que también tú tengas una personalidad anancástica; pero no te preocupes, de una forma u otra, todas las personas son un poco obsesivos. El verdadero problema de este tipo de trastornos sería que no pudieras llevar con normalidad tu vida diaria, cuando dichos comportamientos no te dejan mantener una relación o ir a trabajar.

Si crees que presentas este tipo de personalidad, y afecta tu calidad de vida, debes consultar con un psicólogo. No intentes afrontar la situación con consejos o indicaciones (mucho menos medicaciones) de personas no capacitadas ni autorizadas para hacerlo.

¿Qué es personalidad anancástica?

Al parecer, hay un mito griego para explicar cada característica o particularidad del ser humano; y el caso de la personalidad anancástica no es la excepción. Se trata del mito de Ananké, esposa de Cronos, dios del tiempo, y a su vez madre de las Moiras. Según su etimología, dicho nombre deriva de anagke, que significa calamidad, necesidad o angustia.

En tal sentido, se considera que Ananké sería la personificación de la fatalidad o del destino. Y también de lo inevitable, ya que, en la creencia de los griegos, el destino del ser humano estaría trazado de antemano por los dioses, y no se podía escapar de ello.

Por lo común, la personalidad anancástica se conoce como el “síndrome del perfeccionista” y entra en los llamados trastornos de personalidad, específicamente dentro del espectro obsesivo-compulsivo. Al hablar de espectro, se reconoce que existen diferentes grados o niveles en los que cierto tipo de conductas pueden aparecer, o ser más o menos acusadas.

Para definirlo de una manera sencilla, en la personalidad anancástica se manifiesta una excesiva preocupación por el orden y la perfección, rayana en lo patológico, con una gran necesidad del control, tanto propio como de lo que se encuentra alrededor.

Causas de la personalidad anancástica

En cuanto a las causas, no hay un acuerdo con respecto a por qué se presenta o cómo es su proceso de desarrollo. Sin embargo, se considera que pueden confluir algunos factores biopsicosociales: forma de interacción, personalidad, manejo del estrés.

También puede surgir como respuesta a un ambiente exigente o controlador, con padres autoritarios; por lo que la persona se tornaría hiperresponsable y perfeccionista, para agradar o para evitar rechazo o castigo.

Por otra parte, la personalidad anancástica es más habitual en hombres que en mujeres. Sin embargo, en momentos en los que se sufre un estado de gran ansiedad o estrés, son las mujeres quienes pueden manifestar conductas como las que se verán a continuación.

Características de la personalidad anancástica

Según indican los estudios realizados al respecto, los siguientes son los rasgos que suelen definir a la personalidad anancástica.

La manía de la perfección

En este tipo de personalidad, es habitual que las personas lleguen a obsesionarse con cada tarea que hacen, buscando la perfección más absoluta en todos los aspecto de su vida, incluso al preparar alimentos. Algunos caen en lo que se conoce como ortorexia: la obsesión por la comida sana.

Hasta en el simple acto de ir de compras se nota esta necesidad. Así, en el supermercado leerán la composición de los alimentos, compararán precios y, por lo común, tardan mucho más tiempo que los demás en decidirse a comprar algo.

Inflexibilidad y rigurosidad

El hecho de que sean poco flexibles para cambiar la manera como realizan las cosas, no solo afecta su funcionamiento social e incluso laboral, sino también el hecho de aprender a hacer cosas nuevas o de una manera distinta a la habitual.

Toma de decisiones tortuosa

Por un lado, se toman bastante tiempo, como se señaló, para analizar las cuestiones. En segundo lugar, no siempre les agrada la expectativa de un cambio. Y tercero, les cuesta priorizar las cuestiones. De este modo, cualquier decisión se les hace difícil, sin importar si se trata de algo sencillo.

Sentimientos encontrados

En ocasiones, estas personas pueden tener reacciones de molestia, cuando algo no se hace o no es como esperan, o cuando no pueden tener el control. Sin embargo, no lo manifiestan de manera violenta, sino que se vuelven taciturnos y malhumorados.

Control de todo y de los otros

Otra característica destacable de la personalidad anancástica es que suelen ser perfiles algo controladores. Su exigencia con ellos mismos se extiende también a los demás, y de ahí que en ocasiones se muestren algo severos y duros.

Su búsqueda de la perfección, por tanto, no se limita solo a sí mismos, a sus tareas, acciones y modo de vestir. También esperan que los demás sean tan cuidadosos como ellos y, en vista de que las otras personas raras veces encajan en sus perspectivas, es frecuente que se sientan frustradas.

Sin términos medios ni satisfacción

La personalidad anancástica no tiene términos medios: las cosas, o están “muy bien hechas”, o simplemente no lo están. Al preparar una comida, por ejemplo, o cuando se peinan, o incluso cuando sus hijos les entregan una tarea del trabajo, piensan o dicen: “Podrías haberte esforzado más”.

Y casi nunca se sienten satisfechas cuando hacen algo. Puede decirse que su nivel de obsesión les impide ser felices; nada parece estar lo bastante bien para este tipo de personas.

Relación con los demás

De acuerdo con lo anterior, a la personalidad anancástica le cuesta mucho mantener relaciones afectivas sanas y estables. Suelen durar muy poco tiempo, ya que, por un lado, les cuesta ilusionarse o mantener la ilusión en pareja.

En este orden de ideas, se desencantan o decepcionan si ven que su compañero o compañera es descuidado; y por la otra parte, incomodan a menudo a las personas con sus exigencias. Tampoco son muy expresivos emocionalmente.

Fatalismo

Es importante señalar que este tipo de personalidad suele ser algo fatalista: piensan o perciben como si no pudieran encajar en este mundo tan complejo y con tantos matices que escapan a su control.

Inseguridad

A pesar de todo lo anterior, en los estudios sobre el tema se señala que el rasgo clave de la personalidad anancástica es la inseguridad; y sería precisamente por esta razón que buscan el orden.

Responsabilidad y equidad

Cabe señalar que tienen un alto sentido de la justicia, de lo que está bien y lo que está mal, aunque esto lo establecen según sus propios esquemas y de una manera tanto rigurosa como inflexible.

También son personas muy responsables, atentas y educadas. No obstante, su trato es tan delicado que puede llegar a extrañar a quienes están a su alrededor.

¿Cómo saber si tienes una personalidad anancástica?

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Es posible que, llegado este punto, te hayas preocupado al identificarte con alguno de los rasgos antes descritos. No obstante, antes de hacer conclusiones precipitadas, es importante que tengas en cuenta los siguientes puntos:
  • Es normal ser exigentes contigo mismo y con los demás. Eso solo significa que quieres hacer las cosas bien. Sin embargo, ya es otro asunto si esta necesidad de perfección se aplica a todas las cosas, sin excepción, por nimias que sean (como el sitio donde colocas los zapatos al acostarte).
  • Todos pueden tener algunos rasgos obsesivos: poner la cuchara al lado del plato o cuidar de que el vaso esté a una distancia óptima mientras comemos. Sin embargo, hay personas que podrían frustrarse y angustiarse, o dedicar horas a resolver estos asuntos, olvidando que deben ir al trabajo, o que tienen una cita.
  • Es importante saber también que este tipo de comportamientos se pueden disparar en situaciones de estrés o ansiedad. Por tanto, si esto es algo que haces solo en determinadas circunstancias, pero no siempre, entonces no es tu caso.
obsesion

Consecuencias y posibles complicaciones

En algunas investigaciones se señala que el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (TPOC), se denomina también trastorno de personalidad anancástico según la guía de Clasificación internacional de enfermedades (CIE-10).

No obstante, en otras fuentes se sostiene que hay una continuidad entre la personalidad anancástica y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), pero son conceptos diferentes, pese a que tienden a coincidir en algunos rasgos.

De manera particular se afirma que las personalidades anancásticas pueden no vivir su situación de forma problemática. A diferencia de los pacientes con TOC, en los que hay más tendencia a sufrir, incluso por pensamientos que los llevan a creer en cosas no reales.

Ahora bien, el hecho de tener una personalidad anancástica podría afectar desde el punto de vista de la relación con los demás, en las diversas esferas de funcionamiento: en lo social, afectivo, familiar y laboral.

Y en la relación consigo mismos, se manifiestan sentimientos de irritabilidad, angustia, frustración, que pueden derivar en ansiedad o depresión, entre otros problemas. Aunque esto varía mucho de una persona a otra, en cuanto a intensidad y gravedad.

Diagnóstico y tratamiento

Todo lo comentado anteriormente no debe interpretarse como un manual para autodiagnosticar, este o cualquier otro trastorno. El único que puede hacer un diagnóstico y recomendar tratamiento es un profesional de la salud mental.

Ahora bien, esta diagnosis suele hacerse cuando la persona es adulta. Pocas veces se observan rasgos anancásticos en la infancia o adolescencia. De hecho, los síntomas más acusados se manifiestan después de los 40 años.

Por otra parte, para poder llegar a esta conclusión, y considerarlo un trastorno, tienen que percibirse durante al menos un año varios de los rasgos antes enunciados: preocupación excesiva por los detalles, perfeccionismo, dificultad para las decisiones y para las relaciones, rigidez e inflexibilidad, entre otros.

En cuanto al tratamiento, en los estudios se detalla que en los pacientes del espectro obsesivo-compulsivo las i ntervenciones con terapia de esquemas ha resultado eficaz, así como terapias combinadas con algunos fármacos, como escitalopram y fluoxetina, sobre todo si hay tendencias depresivas.

Cuándo buscar ayuda

Si la persona siente que estas conductas entorpecen su funcionamiento y su vida laboral, social o afectiva, o tienen algún familiar en esta situación, es conveniente buscar ayuda profesional.

Cuando la excesiva atención a detalles aumenta la frustración y la infelicidad, hasta el punto de no poder realizar sus actividades cotidianas, se necesita tratamiento. Por lo general, los episodios críticos suelen resolverse con terapia psicológica y tratamiento farmacológico.


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