Cómo limpiar el hígado y la vesícula biliar naturalmente

Hay varios mitos en torno a la limpieza del hígado y la vesícula biliar. Te contamos cómo funcionan estos órganos y qué hacer para cuidar su salud.
Cómo limpiar el hígado y la vesícula biliar naturalmente
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Hasta hace algunos años, los métodos para «limpiar el hígado y la vesícula biliar» abundaban en la web. Dada la creencia de que estos órganos acumulaban desechos, muchas personas sentían la necesidad de adoptar regímenes o consumir suplementos con características detox. Por supuesto, actualmente las cosas han cambiado.

Para entender lo que sucede, hay que explicar brevemente cómo funciona tanto el hígado como la vesícula. En primer lugar, el hígado cumple alrededor de 500 funciones, entre las que se destacan la filtración y eliminación de toxinas, la regulación de algunas hormonas y el metabolismo.

Por su parte, la vesícula biliar — ubicada justo debajo del hígado—  almacena bilis, que es el líquido que apoya la digestión de las grasas. Aun así, no es un órgano imprescindible, pues la bilis puede llegar al intestino delgado por otras vías. Con estos conceptos claros, veamos lo que hay que saber sobre su limpieza o desintoxicación.

Limpiar el hígado y la vesícula biliar naturalmente: ¿es posible?

El argumento sobre los métodos para limpiar el hígado y la vesícula biliar es que ambos órganos acumulan toxinas debido a su exposición a los contaminantes del ambiente, la mala alimentación, el consumo de alcohol, entre otros factores. Y aunque es cierto que esto compromete su salud, hay dudas sobre la efectividad de las limpiezas.

Siempre y cuando esté en óptimas condiciones, el hígado tiene la función natural de filtrar los desechos del cuerpo para su posterior eliminación. Asimismo, emplea la bilis almacenada en la vesícula para optimizar el proceso de digestión.

Por ahora no existen evidencias de que los métodos populares para limpiar estos órganos ayuden cuando ya hay un estado de enfermedad. Así pues, si se desarrollan cálculos biliares o síntomas como las digestiones pesadas, la ictericia, los gases, las náuseas, entre otros, lo mejor es consultar al médico.

Una vez establecido el diagnóstico, el profesional determinará cuál es el mejor tratamiento para mejorar o recuperar la salud de estos órganos. Asimismo, es probable que sugiera cambios en la dieta y en el estilo de vida. 

Paciente fallo hepático
El hígado y la vesícula biliar desempeñan un papel importante en la eliminación de desechos y la digestión. Por eso, conviene promover su salud.


Los métodos para limpiar el hígado y la vesícula biliar pueden ser perjudiciales

Un artículo divulgado a través de la Clínica Mayo expone que es común la implementación de remedios para limpiar el hígado y la vesícula. Los defensores de estos métodos señalan que su consumo ayuda a eliminar cálculos, desechos y metales pesados.

Por ejemplo, en el caso de la vesícula, suele sugerirse una combinación de aceite de oliva con zumo de limón, jugo de frutas o diversas hierbas. Se dice que estos preparados desintegran los cálculos y mejoran la digestión. No obstante, no hay pruebas de su seguridad y eficacia.

En cierta medida, el aceite de oliva tiene un efecto laxante, pero esto no es garantía de que pueda eliminar las piedras biliares. Dicho esto, hay que considerar que adoptar estos regímenes implica varios riesgos para la salud. Algunos efectos secundarios son los siguientes:

  • Náuseas y vómitos.
  • Diarrea.
  • Dolor abdominal.
  • Fatiga.
  • Deficiencias nutricionales.
  • Dolores de cabeza.

En casos más graves, los métodos de limpieza influyen en el daño hepático, sobre todo cuando se emplean hierbas y suplementos comerciales sin supervisión médica.

Hábitos para cuidar la salud del hígado y la vesícula biliar naturalmente

Siempre y cuando el cuerpo esté en un estado de bienestar, el hígado y la vesícula se encargan de cumplir sus funciones de desintoxicación y digestión de forma autónoma. No es necesario impulsar estos procesos a través de métodos específicos.

Así las cosas, la mejor opción es adoptar hábitos saludables que promuevan su salud y buen funcionamiento. Por supuesto, también conviene alejarse de las posibles fuentes de toxinas. Veamos algunas recomendaciones:

  • Incrementar el consumo de frutas y verduras, en especial las que aportan vitamina C, polifenoles y otros antioxidantes. Los cítricos, los vegetales crucíferos, el ajo y la cebolla son buenas opciones.
  • Limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, azucaradas y con abundante contenido de sodio. Por ejemplo, las carnes embutidas, las harinas refinadas, las golosinas, las bebidas comerciales, los cereales de supermercado, etcétera.
  • Priorizar el consumo de granos integrales, como la avena, el arroz integral, el pan de centeno, etcétera.
  • Consumir fuentes de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, como el aceite de oliva virgen extra, el aguacate, los pescados grasos, los frutos secos y semillas, el aceite de lino, entre otros.
  • Incrementar el consumo de agua, pues este líquido interviene de forma especial en las funciones del hígado y la vesícula.
  • Evitar la exposición directa a sustancias químicas agresivas, como las que tienen los insecticidas, los productos de limpieza, los químicos industriales, entre otros. Para ello, conviene emplear efectos de protección como guantes, mascarillas y gafas.
  • Tener precaución con la automedicación. Incluso los analgésicos de venta libre como el paracetamol se asocian a daños en el hígado. Lo mismo ocurre con algunos antibióticos, fármacos para el colesterol y antidepresivos. Siempre hay que tomarlos bajo supervisión del médico.
  • Evitar el consumo de alcohol, tabaco o cualquier tipo de drogas. Sus compuestos tóxicos generan daños a nivel hepático, muchos de los cuales son irreversibles.
Limpiar el hígado
Una alimentación abundante en frutas y verduras es beneficiosa para la salud hepática y biliar.


¿Qué hay que recordar?

Para limpiar el hígado y la vesícula biliar naturalmente no hay que adoptar medidas específicas, mucho menos estrictas. Si ambos órganos mantienen su buen estado de salud, se encargan por sí mismos de eliminar las toxinas que filtran en el organismo.

Por lo anterior, en lugar de probar métodos detox estrictos, lo mejor es mejorar de forma permanente la buena alimentación y el estilo de vida. Alejarse de malos hábitos y de fuentes de toxinas evita que sus funciones se vean comprometidas. Si hay signos de enfermedad, la mejor opción es acudir al especialista.


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