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El consumo de alimentos crudos sin cocinar puede provocar infección por listeria. Por esta razón, las embarazadas deben siempre procurar cocinar los alimentos y optar por lácteos pasteurizados.
La listeriosis es una infección bacteriana causada por la bacteria Listeria monocytogenes. Aunque es poco habitual en personas sanas, en grupos de riesgo como embarazadas y personas con sistema inmune debilitado puede llegar a ser muy grave.
En este artículo, te contamos todo lo que debes saber sobre listeriosis y embarazo.
La infección por listeria o literiosis es una enfermedad transmitida por los alimentos. Se trata de la infección por una bacteria que habita normalmente en la naturaleza y que puede hacer que los animales sean portadores, además de contaminar verduras y hortalizas.
Por estas razones, la listeria puede hallarse en:
Sin embargo, la cocción y la pasteurización pueden acabar con la bacteria, por lo que se recomienda a los grupos de riesgo cocer las carnes y verduras y evitar el consumo de leche, quesos u otros lácteos no pasteurizados.
Por otra parte, debemos tener en cuenta también que la listeria puede aparecer incluso una vez cocinados los productos. En efecto, puede aparecer e infectarlos después de la cocción y antes de ser envasados o consumidos. Por eso, los alimentos listos para su consumo (salchichas, carnes frías, fiambres), pueden ser también potencialmente peligrosos.
Además, esta bacteria es capaz de sobrevivir a la congelación y la refrigeración, y puede contagiarse de la madre al feto, siendo altamente peligrosa para éste. Por esta razón, es indispensable que la madre mantenga ciertas medidas a fin de evitar infectarse.
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La listeriosis es una de las enfermedades de transmisión alimentaria más graves, aunque afortunadamente es rara (según la OMS, de 0,1 a 10 casos anuales). No obstante, a pesar del reducido número de casos, tiene una alta tasa de mortalidad. Por esta razón, su prevención es de suma importancia.
Existen dos tipos de literiosis:
En cuanto a sus respectivos periodos de incubación, en ambos casos suele ser de una a dos semanas. No obstante, puede incluso extenderse a tres meses, de modo que puede llegar a ser realmente difícil detectar la infección a tiempo.
La listeriosis es especialmente peligrosa durante el embarazo, y no solo para la madre. En efecto, puede contagiarse la infección al feto, que es especialmente vulnerable. De este modo, puede provocar:
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Como mencionamos anteriormente, los síntomas suelen aparecer después de haber consumido el producto contaminado. Así, días después, entre los síntomas podrán observarse:
La infección puede aparecer durante cualquier momento del embarazo. Sin embargo, es más normal que aparezca durante el último trimestre, puesto que el sistema inmunológico de la madre puede encontrarse levemente debilitado.
En relación al tratamiento, es mejor iniciarlo cuanto antes. En este sentido, si se presentan los síntomas, debe acudirse inmediatamente al médico que, mediante un sencillo análisis de sangre, podrá determinar si se padece infección por listeria. A partir de ahí, el tratamiento consiste en antibióticos que, además, ayudarán a prevenir la infección del feto.
En general, la OMS propone 5 claves para la inocuidad de los alimentos:
En el caso de la listeria, puesto que puede encontrarse presente en alimentos no cocinados y no pasteurizados, las medidas de prevención vendrán encaminadas a evitar el consumo de este tipo de productos.
Así, además de las medidas anteriores, las mujeres embarazadas deben:
En definitiva, la listeriosis es una infección rara, pero no por ello debemos dejar de aplicar ciertas medidas para evitarla. Además, en el caso de embarazadas, se debe tener especial cuidado, pues los efectos sobre el feto podrían llegar a ser mortales.
Deben mantenerse correctas medidas de higiene y evitar carnes y pescados procesados, lácteos no pasteurizados y alimentos crudos (especialmente carnes, verduras y hortalizas). Por último, nada más observar los síntomas, la embarazada debe acudir al médico para iniciar cuanto antes un tratamiento.