Los 8 fetiches sexuales más comunes
La mayoría de las personas tienen fetiches sexuales que no siempre expresan de manera abierta. A pesar de que lo asociado a la sexualidad hoy se aborda con menos pudor que en el pasado, para muchos sigue siendo un tabú hablar de sus preferencias a la hora de tener sexo. ¿Te sientes identificado?
Es importante saber que no hay razones para avergonzarse por desear o sentirse excitado por ciertas acciones, objetos o partes del cuerpo en particular. El fetichismo erótico es una forma de arriesgarse, de salir de la rutina sexual y de alcanzar la plenitud solo o con la pareja. A continuación, te contamos cuáles son los fetiches más comunes.
¿Qué son los fetiches sexuales?
Los fetiches sexuales son fijaciones sexuales hacia partes específicas del cuerpo, objetos u otros. En función de esto, se clasifican en tres categorías: medios, forma y animación. En el primer caso, se experimenta fetiche por un material particular, como el cuero, el látex, la seda, entre otros.
El fetiche de formas tiene como estimulante sexual la forma del objeto; por ejemplo, los tacones de aguja, la ropa interior en lencería o las botas altas. Entre tanto, los fetiches animados son aquellos referidos a partes del cuerpo, como los pies, el cabello, los senos, etcétera.
Siempre y cuando se den en el marco del placer y el bienestar, estos sirven como estímulo para incrementar la excitación y el disfrute sexual. Sin embargo, como lo expone una publicación en Medical Journal Armed Forces India, se pueden presentar de forma patológica cuando provocan angustia excesiva y dificultades a nivel personal, social y laboral.
En este caso, las fantasías, los impulsos sexuales y las conductas son obsesivas, incontrolables y afectan la calidad de vida tanto a nivel sexual como en otros ámbitos. De hecho, figura en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales-5 (DSM-5) como trastorno fetichista y se incluye en la lista de parafilias.
Hoy nos vamos a centrar en los fetiches sexuales más comunes. Aquellos que no se catalogan como patológicos, que no requieren un abordaje profesional y que hacen de los encuentros de muchas personas algo más apasionante.
Los fetiches sexuales más comunes
En un principio, hablar de los fetiches sexuales puede ser intimidante. Incluso, hay quienes experimentan sentimientos de vergüenza o culpa por tener dichas preferencias. Para afrontar esto, hay que partir de la idea de que integrarlos en el sexo abarca consentimiento, buena comunicación y compromiso.
Es necesario darse tiempo con la pareja para hablar de manera abierta sobre el tema, de modo que ambos puedan expresar sus opiniones y deseos. Crear un ambiente de confianza y complicidad es determinante para convertirlos en una gran experiencia. ¡Tenlo en cuenta!
1. Piercings y tatuajes
La excitación sexual por los piercings y tatuajes se conoce como «estigmatofilia». Se trata de uno de los fetiches sexuales más comunes, sobre todo en la población joven. A menudo, estos se localizan en zonas del cuerpo como los labios, la lengua, el ombligo, los pezones y la zona genital.
El Dr. Mark D. Griffiths, en diferentes investigaciones, expone que es uno de los comportamientos sexuales menos investigados. Aun así, es de los más frecuentes. Las personas atraídas por estos elementos pueden sentirse excitadas con tan solo verlos en la otra persona. A veces, las sensaciones se experimentan al tener contacto con la piel.
2. Cabello
El fetichismo por el cabello, conocido como «tricofilia», es la excitación sexual que se experimenta al tener contacto con el cabello humano. Y no solo aplica para la melena, sino también para el vello del pecho, las axilas o el púbico.
En una publicación de la revista Healthline, la Dra. Gail Saltz, detalla que un fetiche por el cabello puede involucrar cualquier tipo de color, textura o aspecto. Asimismo, implica cualquier interacción con este, como tocarlo o acicalarlo.
Se puede manifestar de diferentes formas en cada persona; la sensación de placer puede experimentarse por halar el cabello, cortarlo o simplemente con verlo. Siempre y cuando no lastime a otras personas o no sea la principal fuente de estimulación erótica, se considera normal.
3. Pies
Conocido como «podofilia», el fetiche por los pies es la excitación sexual al ver, oler, acariciar, besar o lamer los pies de la pareja. Asimismo, abarca el estímulo sexual que experimentan algunas personas al ver vídeos de pies, tomar fotos de los pies de la pareja o estimular los genitales con los pies.
Una publicación en Sexual + Being: Sexual Health estima que hasta un 5 % de las personas experimentan un fetiche por los pies. Hay dos posibles hipótesis que intentan explicar esta preferencia; la primera es un vínculo neurológico entre los genitales y los pies. La otra sugiere experiencias en la primera infancia.
«Si una de tus primeras experiencias sexuales involucra a una mujer mayor que usa tacones sexys, o si la persona que te gusta mueve los dedos de los pies frente a ti durante la verdad o el reto, esto puede llevarte a sexualizar los pies y desarrollar un fetiche» —cita la fuente mencionada.
4. Zapatos
Uno de los fetiches sexuales inanimados más comunes del mundo es el que se conoce como «retifismo». Tal y como lo detalla un artículo compartido en Psychology Dictionary es la excitación sexual que se consigue por el contacto o la masturbación con los zapatos. Tiene relación con el fetichismo por los pies.
La atracción erótica por los zapatos abarca zapatillas, botas, sandalias o tacones (altocalcifilia).
Esta tendencia suele observarse con más regularidad en los hombres, ya sea porque les gusta observar a la persona que lleva los zapatos, o bien, porque le excita contemplar los zapatos en sí. Aun así, también puede presentarse en las mujeres.
Por lo general, los zapatos tienen determinadas características en cuanto a material, forma y texturas. Suelen ser de textiles de cuero o látex; además, suelen ser altos o con detalles que destacan los pies. De ahí que se agrupe dentro de los fetiches de pies.
5. Elementos de látex o cuero
En el fetichismo de látex o de cuero el deseo sexual gira en torno a prendas o elementos elaborados en este material. Ya sea que las vista la pareja o que solo se genere contacto con la ropa o los accesorios, la persona experimenta excitación sexual con estos materiales en particular.
Este fetiche tiene una estrecha relación con el «bondage», es decir, la práctica en la que se disfruta inmovilizar o ser inmovilizado durante el encuentro íntimo para incrementar el placer. A su vez, abarca prácticas de dominación y sadomasoquismo.
Involucra prendas como chaquetas, chalecos, botas, chaparreras, arneses, entre otros elementos. En el caso del fetichismo de látex, sus practicantes se hacen llamar rubberistas.
6. Ropa interior
Algunas personas experimentan excitación sexual al usar, observar, manipular u oler la ropa interior propia o de la pareja. Es lo que se conoce como fetichismo de ropa interior, que puede presentarse tanto en hombres como en mujeres.
Con frecuencia, se trata de prendas de lencería, con transparencias y ciertas formas y colores. Abarca desde bragas, hasta sostenes, ligueros, medias, entre otros.
Como dato curioso, una investigación compartida a través de Plos One reveló que las mujeres quieren usar ropa interior sexy para sentirse sexys, deseadas, excitadas y preparadas para el acto sexual con sus parejas.
7. Hablar sucio
Esta práctica también se conoce como «dirty talk» y es una forma de excitación sexual en la que cobra relevancia el sentido auditivo. En concreto, se trata de usar lenguaje sugerente o explícito durante el acto sexual con el fin de incrementar las sensaciones propias y de la pareja.
Involucra no solo frases, sino gemidos y susurros. Siempre que sea consensuado puede incluir palabras fuertes, preguntas, súplicas, órdenes, entre muchas otras cosas. Todo depende del nivel de confianza y comunicación de la pareja.
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8. Juego de impacto
Este fetiche sexual también tiene relación con las prácticas de bondage y sadomasoquismo. Involucra a una pareja, que es la persona que recibe el impacto. Consiste en dar azotes, latigazos o flagelaciones, sea con la mano abierta o un elemento particular (látigos, cinturones, etcétera).
Es importante llevarlo a cabo con cuidado, pues solo debe abarcar zonas del cuerpo protegidas por grasa y músculo. Hay que evitar zonas como los riñones, la cabeza, las articulaciones y el coxis.
Las formas menos comunes de esta práctica abarcan puñetazos y bofetadas.
¿Qué hay que recordar sobre los fetiches sexuales?
Los fetiches sexuales suelen ser preferencias hacia objetos, prácticas o partes concretas del cuerpo que incrementan la excitación durante el sexo. A menudo, son inofensivos y suponen una forma interesante de romper con la rutina sexual.
No obstante, no hay que ignorar que también se pueden dar de forma patológica. Por ejemplo, cuando son la única vía para sentir placer sexual, cuando se convierten en algo obsesivo o que genera intensa ansiedad, o cuando interfieren en la vida cotidiana. De ser así, se requiere intervención profesional para su abordaje.
Hay que tener en cuenta que este tipo de preferencias son muy personales y pueden diferir con las de la pareja. La comunicación, la confianza y el respeto son determinantes para convertirlos en una buena experiencia.
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