Los distintos tratamientos para la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es una de las enfermedades actuales con mayor prevalencia. Se desarrolla con mayor frecuencia a partir de los 40 años, pero puede aparecer a todas las edades.
Los distintos tratamientos para la hipertensión arterial
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 06 julio, 2023

La hipertensión arterial es un trastorno que se produce cuando la presión del flujo sanguíneo de las arterias se eleva con respecto a los valores de referencia. Esta irregularidad entraña serios riesgos cardiovasculares.

En primera instancia, como indica un artículo especializado de Manual MSD, se produce un fenómeno compensatorio en el corazón. Precisamente, el músculo cardíaco se hipertrofia y aumenta su fuerza de bombeo para compensar este aumento de la presión.

Sin embargo, este sobreesfuerzo del corazón no se acompaña de un aumento en el riego sanguíneo, por lo que aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca y de angina de pecho.

Por otra parte, la alta presión que sufren los vasos sanguíneos los hace más susceptibles a la aparición de trombosis (taponamiento de los vasos) o arteroesclerosis (acumulación de placas de colesterol en los vasos). Este tipo de trastornos en los vasos sanguíneos pueden tener consecuencias graves, como por ejemplo infartos de miocardio o ictus (infarto cerebral).

Por último, en los casos más graves, la hipertensión arterial puede acabar en una dilatación del vaso (aneurisma) o incluso en una ruptura del mismo. ¿Qué medidas se pueden tomar para prevenir estos problemas?

Tratamientos para la hipertensión arterial

En líneas generales, el tratamiento para las personas que sufren de hipertensión arterial consiste más o menos en mantener un estilo de vida saludable y seguir las pautas del médico en lo que respecta a ingestión de fármacos. Veamos esto con más detalle a continuación.

Cambios en el estilo de vida

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Como primera medida para implementar en los casos de hipertensión arterial, el médico recomendará introducir ciertas modificaciones en el estilo de vida que ayudarán a normalizar los valores de presión arterial y mejorarán la eficacia de los fármacos antihipertensivos.

En este tipo de tratamientos, el factor determinante suele ser el grado de compromiso del paciente a la hora de seguir o no las pautas dadas. Algunas de ellas son:

  • Reducción de peso: sobre todo en el caso de pacientes obesos, es necesario seguir una dieta hipocalórica. Como indica la Organización Mundial de la Salud, la obesidad está directamente relacionada con las enfermedades cardiovasculares.
  • Reducción de la ingesta de sal: la reducción de la sal tiene un marcado efecto en la reducción de la presión arterial, ya que uno de los efectos de su consumo es la vasoconstricción, es decir, la reducción del diámetro de los vasos sanguíneos, como indica un artículo publicado por la Revista Chilena de Pediatría en 2009.
  • Práctica de ejercicio regular. La realización de ejercicio moderado de forma regular produce una disminución de la presión arterial, así como una reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Esto se confirma, entre muchos otros estudios, en una investigación publicada por Current Opinion in Cardiology en 2001.
  • Tabaquismo: se recomienda fuertemente dejar de fumar. Como explica una publicación de MedlinePlus, el tabaco produce un aumento de la presión arterial.

Tratamiento farmacológico

Primeramente, se debe tener en cuenta que el tratamiento farmacológico no debe emplearse como un sustituto de otro tipo de tratamientos alternativos, sino como una medida de ayuda complementaria.

La ingesta de medicamentos está especialmente indicada en personas de grupos de riesgo, ya sea por presentar hipertensión arterial o por padecer otro tipo de patologías añadidas como diabetes, colesterol u obesidad.

En la mayoría de los casos de hipertensión no se administra un único tipo de fármaco, sino que se trata de dar con la combinación óptima de varios.

Fármacos para la hipertensión arterial.

Según una publicación del sitio médico Manual MSD, algunos de estos fármacos son:

  • Diuréticos: este tipo de fármacos ayuda a la eliminación de sales por medio de la orina. Esta disminución de la cantidad de sal en sangre ayudará a disminuir la presión arterial.
  • Betabloqueadores: su función es impedir la hipertrofia del músculo cardíaco. Disminuyen la frecuencia cardíaca y la fuerza de bombeo del corazón.
  • Inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA): producen una vasodilatación porque relajan la musculatura de los vasos sanguíneos. Así, al aumentar el diámetro de los vasos sanguíneos, consiguen disminuir la presión arterial.
  • Antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA): funcionan de forma similar a los IECA.
  • Bloqueantes de los canales de calcio: impiden que el ión calcio entre en las células. La entrada de calcio produce una vasoconstricción, de forma que, al impedirla, el efecto conseguido será el opuesto.
  • Vasodilatadores: su efecto general es producir una relajación en los vasos sanguíneos que reduzca la presión arterial.
  • Inhibidores de renina: reducen los niveles de la enzima renina, que es producida por los riñones y participa en ciertos procesos químicos que producen un aumento de la presión arterial.

Los efectos de estos fármacos varían mucho entre pacientes, ya que dependen en gran medida del metabolismo de la persona que los consuma. En ocasiones, el médico puede recomendar la toma de varios de estos medicamentos en dosis bajas antes que de uno solo en altas cantidades.

¡Cuídate para prevenir la hipertensión arterial!

En definitiva, controlarse la presión en casa, mantener buenos hábitos alimenticios, beber suficiente agua a lo largo del día y evitar la ingesta de alcohol y de sodio son medidas claves en el tratamiento de la hipertensión arterial.

Se trata de cuidados que todas las personas deberían tomar. Desde luego que los pacientes de riesgo deben modificar sus hábitos cuanto antes, además de la indispensable consulta con el médico, pero llevar una vida saludable también ayudará a cualquier persona a prevenir problemas futuros que puedan comprometer seriamente la salud.


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