Medicamentos que pueden aumentar el nivel de azúcar

Hay algunos fármacos que elevan el azúcar en la sangre. Por lo tanto, las personas que viven con diabetes deben estar atentas para limitar su uso o evitarlo por completo.
Medicamentos que pueden aumentar el nivel de azúcar
Franciele Rohor de Souza

Revisado y aprobado por la farmacéutica Franciele Rohor de Souza.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 enero, 2024

El tratamiento de la diabetes implica el uso de ciertos fármacos. Sin embargo, las personas que viven con la enfermedad pueden requerir de otros para abordar problemas añadidos, como un resfriado, por ejemplo. En esos casos, hay que estar atentos a los medicamentos capaces de aumentar el azúcar en la sangre, ya que podrían complicar el control de la glucemia.

Los desequilibrios de los niveles de azúcar pueden ser momentáneos o crónicos. En el primer caso, el riesgo es una hiperglucemia que conduzca a cetoacidosis. Por su parte, los cambios a largo plazo contribuyen a acelerar las complicaciones de la diabetes, como el fallo renal o la retinopatía diabética.

El asesoramiento por parte de un médico es clave para gestionar el uso de los medicamentos que aumentan el nivel de azúcar. Algunos se deben tomar sí o sí, por lo que será necesario ajustar la dosis de los antidiabéticos. Otros, en cambio, se podrían reemplazar, a criterio del profesional de la salud. Veamos más en detalle.

1. Corticosteroides

Los glucocorticoides son los que, en general, más pueden afectar el control de la glucemia. Son medicamentos muy utilizados en el tratamiento de enfermedades habituales, como el asma, las dermatitis, las alergias estacionales, la conjuntivitis y los traumatismos.

De acuerdo con información publicada en Endocrinology and Metabolism, estos fármacos son capaces de iniciar un cuadro de diabetes en personas que no tenían la enfermedad. Sobre todo, cuando se emplean dosis medias o altas.

Una persona con diabetes, que necesite usar corticosteroides por cualquier razón, debe hacerlo siempre bajo supervisión médica y regulando la dosis. También deberá limitar el tiempo de empleo, si se trata de una patología aguda.

Algunos de los corticosteroides capaces de incrementar los niveles de glucemia son los siguientes:



2. Inhibidores de la proteasa para el tratamiento del SIDA

Algunos inhibidores de la proteasa, que son antirretrovirales que interfieren con la replicación del VIH, han sido asociados con el aumento de los niveles de glucemia. En específico, causarían resistencia a la insulina.

Estos fármacos afectan el metabolismo de los azúcares y de las grasas. Por lo tanto, no solo entorpecen el funcionamiento de la insulina, sino que también contribuyen a la lipodistrofia, que es la redistribución anormal de los lípidos en el cuerpo.

No todos los inhibidores de la proteasa tienen el mismo impacto. Los más asociados la hiperglucemia son los siguientes:

  • Atazanavir
  • Darunavir
  • Saquinavir

Por lo tanto, una persona portadora de VIH y diagnosticada con diabetes, tendrá que ser evaluada con cuidado. El esquema de terapia antirretroviral tendrá que adaptarse a esta realidad y se intentará reemplazar los inhibidores de la proteasa por otros.

3. Anticonceptivos hormonales

La indicación de anticonceptivos hormonales tiene ciertas restricciones en pacientes que viven con diabetes. No se trata de una prohibición absoluta, pero se deben considerar sus efectos secundarios.

De acuerdo con una minirevisión científica, tanto los estrógenos como la progesterona son culpables de aumentar el azúcar en algunas mujeres. En parte, porque se incrementa la resistencia a la insulina en los tejidos periféricos del cuerpo.

De todos modos, expertos del Reino Unido consideran que una mujer con diabetes, sin complicaciones, puede elegir un método anticonceptivo hormonal. Distinta es la situación cuando hay una diabetes sin control o ya aparecieron complicaciones. En dichos casos, el médico tratante deberá asesorar y evaluar si es posible una anticoncepción no hormonal.

4. Diuréticos tiazídicos

La hipertensión arterial es muy frecuente entre las personas que viven con diabetes. Por lo tanto, se impone tratar ambas condiciones.

Para ello, los diuréticos son una opción habitual. Pero una variedad de estos fármacos, conocidos como tiazídicos, serían capaces de aumentar el riesgo de hiperglucemia, tanto por un efecto directo en el metabolismo como por el riesgo de deshidratación.

Una investigación estableció que estos fármacos encierran mayor riesgo cuando la persona con diabetes tiene sobrepeso. Por ello, el beneficio podría superar a los problemas si se trata de un paciente con peso normal y una glucemia equilibrada.

Los diuréticos tiazídicos de este grupo, sobre los que se debería poner mayor atención, son los siguientes:

5. Estatinas

Las estatinas, usadas para el tratamiento de la hipercolesterolemia, producen hiperglucemias. Sobre todo, los investigadores han hallado que el efecto secundario es más notorio con rosuvastatina y atorvastatina (consideradas de alta intensidad).

No sucede lo mismo con otras estatinas, como pitavastatina. De todos modos, su empleo es necesario en muchos casos, ya que reducen el riesgo cardiovascular en pacientes que, con diabetes e hipertensión arterial, se encuentran con más posibilidades de experimentar un evento cardíaco.

6. Betabetabloqueantes no selectivos

Los betabloqueantes son una clase de medicamentos que se indican para la hipertensión arterial, la insuficiencia cardíaca y las arritmias, entre otras condiciones. Sin embargo, pueden tener efectos secundarios relacionados con la glucemia.

En particular, sucede con los betabloqueantes llamados no selectivos, que actúan sobre los receptores beta 1 y beta 2. Al contrario, los que tienen mayor afinidad por los beta 1, son menos propensos a afectar la glucemia.

Por ende, los fármacos a considerar de cuidado son los siguientes:

  • Sotalol
  • Nadolol
  • Pindolol
  • Propanolol

7. Antipsicóticos

Los antipsicóticos típicos o de primera generación, como el haloperidol, se asocian con un mayor riesgo de hiperglucemia. De igual forma, los de segunda generación también son capaces de aumentar la concentración de grasas y azúcares en la sangre al inicio del tratamiento. Tal es el caso de clorpromacina, olanzapina y quetiapina.

Un artículo de revisión del 2019 afirma que la olanzapina es uno de los antipsicóticos que produce mayor riesgo de obesidad, dislipidemia y diabetes. Por lo tanto, la combinación de una enfermedad de salud mental con diabetes debe ser abordada por un equipo multidisciplinario que incluya psiquiatras y endocrinologos en conjunto.

8. Levotiroxina

Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), el uso de levotiroxina en pacientes con diabetes puede generar desequilibrios en los niveles de azúcar en la sangre. El medicamento afecta el metabolismo general y, por lo tanto, cambia la sensibilidad a la insulina.

La asociación entre problemas de la glándula tiroides y diabetes es relativamente frecuente. Esto implica una especial atención a la hora de abordar el tratamiento de ambas condiciones. Lo cual no significa evitar la levotiroxina, sino emplearla en dosis adecuadas. De hecho, la corrección de los parámetros tiroideos redunda en una menor resistencia a la insulina.

9. Quinolonas

Las quinolonas son un grupo de antibióticos utilizados en el manejo de un amplio espectro de infecciones genitourinarias, respiratorias, cutáneas y gastrointestinales. Ciprofloxacina, levofloxacina y moxifloxacina se asocian a incrementos en los valores de glucemia, pero de modo ocasional, por lo que no deberían considerarse culpables del efecto en cualquier persona.

Los mecanismos por los cuales estos antibióticos generan la hiperglucemia no están claros, como establece una publicación de Primary Care Diabetes. Además, en algunos casos, se han reportado hipoglucemias, por lo que el panorama es más confuso.

¿Qué excipientes de los medicamentos aumentan los niveles de azúcar en la sangre?

Los excipientes son sustancias que se incluyen en los medicamentos, junto al principio activo, para cambiar el sabor o lograr estabilidad de la presentación comercial. También afectan la durabilidad.

El azúcar y sus derivados se encuentran con frecuencia entre los excipientes. Las suspensiones y los jarabes, por ejemplo, contienen proporciones más abundantes de ellos, en comparación con los comprimidos.

El azúcar invertido, la galactosa y la sacarosa deben detallarse en la etiqueta cuando forman parte del medicamento. Las leyes de los diferentes países limitan su presencia a un cierto porcentaje, pero es posible que una persona acumule de distintas fuentes si se encuentra medicado, por ejemplo, con dos antibióticos al mismo tiempo.

Algunos edulcorantes se usan entre los excipientes, en reemplazo del azúcar, para dar sabor sin afectar la glucemia. Es el caso de la sacarina, el aspartamo o el sorbitol. Si bien su consumo es posible en personas con diabetes, el uso a largo plazo ha generado controversias, en especial tras la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre su seguridad.

Finalmente, hay excipientes con alto índice glucémico. Es la situación de la dextrosa y la maltodextrina. Ambas pueden aparecer en comprimidos como aglutinantes o rellenos.



¿Cómo evitar que los medicamentos suban mis niveles de azúcar?

En primera instancia, nunca deberíamos tomar un fármaco que no sea recetado por un profesional de la salud. Automedicarse incrementa el riesgo de efectos adversos.

Ahora bien, tras obtener una receta, es buena idea revisar la etiqueta del medicamento adquirido. Allí podemos analizar el contenido de azúcares y edulcorantes. Ante la duda, conviene reconsultar al médico tratante.

Siempre será preferible que una persona con diabetes opte por comprimidos y no por formas líquidas, como los jarabes. Estas últimas tienden a contener más azúcar.

Por último, hay que coordinar con el profesional los horarios de las comidas y su cercanía con la toma de un medicamento. De este modo, será posible combinar o no ciertos alimentos con determinados fármacos para reducir los picos de azúcar.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.