Mi novio y yo somos muy diferentes: ¿puede funcionar esta relación?

Salir con una persona igual que tú no tiene por qué aportarte más felicidad. Lo diferente puede ser mucho más divertido si se le da una oportunidad. Te damos las claves en el siguiente artículo.
Mi novio y yo somos muy diferentes: ¿puede funcionar esta relación?
Isbelia Esther Farías López

Revisado y aprobado por la filósofa Isbelia Esther Farías López.

Última actualización: 25 mayo, 2023

“Somos muy diferentes. ¿Funcionará lo nuestro?”. Seguro que has tenido esta conversación más de una vez. Algunas, con tus amigos; otras, con tu pareja; de forma continua, contigo mismo.

Las diferencias extremas en una relación pueden ser peligrosas, es cierto, pero también muy enriquecedoras. Nadie quiere a su lado a alguien exactamente igual, que le diga que sí a todo y que no tenga opinión propia.

Por eso, en este artículo vamos a darte las claves principales para que lo vuestro funcione.

“Somos muy diferentes, pero nos queremos”

Ciertamente, hay muchas personas que, aunque parezcan completamente distintas, como el agua y el aceite, pueden llegar a complementarse y convivir en perfecta armonía.

Así pues, las diferencias no siempre tienen por qué ser un inconveniente o un sinónimo de problemas. Pero, ¿cómo hay que actuar para fortalecer una relación de estas características?

1. Respetar los espacios ajenos

Cuando hablamos de espacios, se incluyen no solo lugares geográficos, sino también el tiempo y el lugar donde seguir con vuestras actividades. Quizás no tengáis demasiados intereses comunes o hobbies similares, pero eso es lo que os hace individuos independientes.

Para que la unión sea positiva lo fundamental es aceptaros mutuamente tal y como sois. Intentar que el compañero cambie es el peor de los errores y seguramente no termine bien.

2. Plantear un objetivo común

“Somos muy diferentes y caminamos hacia el mismo lado”, debe ser la consigna para que funcione. Nadie dice que sea sencillo, ni tan fácil como idealizan las películas. Pero si os queréis y os respetáis, puede funcionar perfectamente.

Cuando las diferencias se hablan, se ayuda a crear una relación equilibrada y saludable. Se trata de fijar expectativas comunes con respecto al futuro que planeáis juntos.

3. Las discusiones no siempre son consecuencia de las personalidades opuestas

Hay quienes no lo piensan dos veces y atribuyen rápidamente cualquier discusión a las diferencias que existen entre las personalidades de la pareja. Dan por sentado que no se pueden entender porque tienen creencias, ideas y perspectivas distintas.

Así, al hacer hincapié en las diferencias, se olvida que estas no necesariamente tienen por qué crear brechas, sino aportar contraste y variedad de pensamiento (lo cual puede ser muy positivo).

Hay muchas parejas con personalidades opuestas que, en realidad, tienen las mismas discusiones que cualquier otra pareja. Puede que sean muy diferentes, pero eso no tiene por qué ser la principal razón por la que la relación no vaya bien encaminada.

4. Uno debe mantener la cabeza fría en ciertos momentos

Si ambos sois demasiado orgullosos y no aceptáis jamás la visión del otro,  no habrá mucho que hacer. Si queréis que la relación funcione, uno de los dos tendrá que ser capaz de salir de su zona de confort. Es la forma más sana de frenar los nervios y calmar los ánimos cuando las cosas se salen de control.

Este rol se irá alternando, según la situación. Si os conocéis lo suficiente, sabréis en qué temas se puede esperar un cambio de actitud del compañero.

5. El sexo siempre importa

Las relaciones sexuales en la pareja son clave para mantener la unidad y la complicidad del noviazgo. Encontrar puntos en común, lugares y posiciones en las que ambos disfrutéis es importante.

En el sexo podéis explorar vuestras diferencias y convertirlas, de hecho, en aliadas. Es un terreno destinado al placer, por lo que todo lo demás pasa a un segundo plano.

6. Los hijos lo cambian todo

Frente a la llegada de los hijos, seguramente haya que revisar el contrato de convivencia y colocar o modificar algunas normas. Prever las maneras de tomar decisiones cuando no penséis igual, basándoos en lo mejor para los niños.

Cuando hay pequeños de por medio, no hay orgullo que valga. Debéis comportaros con madurez y diligencia, por lo menos, en lo que se refiere a ellos.

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“Somos muy diferentes y crecemos cada día como personas”

Las diferencias en la pareja no son un impedimento cuando existe amor de verdad. En algunos momentos, incluso agradeceréis esa diversidad, porque os hará la vida un poco más divertida.

Que funcione o no, depende de la capacidad de aceptar al otro. Es decir, del valor de entregarse a una convivencia basada en el diálogo y el respeto por lo ajeno.

Ser felices en una relación es una elección de vida que requiere de un crecimiento emocional. Quien esté dispuesto de verdad, siempre saldrá ganando.


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