Olor vaginal: ¿por qué mi flujo huele mal?

El mal olor vaginal responde a un desequilibrio en el pH de la zona, por lo que el objetivo que se debe perseguir es volver a estabilizarlo.
Olor vaginal: ¿por qué mi flujo huele mal?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 08 abril, 2022

Uno de los síntomas que genera preocupación en la mujer es el mal olor vaginal. Aunque en algún momento se llega a padecer, lo cierto es que su aparición produce sentimientos de inseguridad y dificultades en el ámbito sexual.

En este artículo te queremos repasar sus causas principales y algunas recomendaciones que contribuirían a solicitar de forma temprana apoyo médico. Y, por supuesto, te invitamos a controlarlo para que no cause mayor incomodidad a la hora de hacer vida normal.

Un síntoma silencioso

La vagina tiene un ligero olor que no suele percibirse con facilidad. Sin embargo, cuando su pH sufre algún tipo de desequilibrio, este es un poco más fuerte y puede sentirse a varios centímetros de distancia.

Además, el síntoma no solo es vergonzoso para quien lo padece; sino que también puede venir acompañado de otras molestias propias de las infecciones vaginales.

Por este motivo, aunque sea posible neutralizarlo con baños y productos de uso externo, es primordial conocer a qué se debe para darle un tratamiento completo y eficaz. A continuación, te invitamos a averiguar un poco más sobre él.

¿A qué se debe el mal olor vaginal?

En condiciones normales, la vagina produce un tipo de secreción que mantiene húmeda la zona. De este modo, se evitan desequilibrios en su pH natural. Estas liberan un olor suave, descrito como el olor láctico del yogur por la presencia de lactobacilos (bacterias naturales) en la flora que protegen el órgano contra infecciones.

Lo cierto es que el olor puede variar en cada una, en función de su actividad hormonal y del momento del ciclo menstrual que está atravesando. Pero lo que no es normal es percibir un olor fuerte y desagradable (como a “pescado”); ya que estas alteraciones pueden ser un síntoma de infección.

Hay varios factores que son capaces de alterar el pH vaginal. No obstante, según explica un estudio realizado por el Institute for Quality and Efficiency in Health Care, en general los olores desagradables ocurren como efecto secundario de infecciones por bacterias o levaduras.

Causas del mal olor vaginal

Parte de las personas que lo sufren relacionan el mal olor vaginal con una higiene íntima deficiente. Sin embargo, aunque es una de las posibles causas, este molesto síntoma se puede producir también por:

  • Cáncer vaginal.
  • Fístula rectovaginal.
  • Vaginosis bacteriana.
  • Cáncer de cuello uterino.
  • Consumo de algunos alimentos.
  • Enfermedades de transmisión sexual (ETS).
  • Uso de prendas demasiado ajustadas o húmedas.
  • Uso de productos durante las relaciones sexuales.
  • Infecciones por hongos, como la Candida albicans; la cual es la principal causa según establece el Centro de Control y Prevención de Enfermedades.
  • Descontrol en el crecimiento de las bacterias de la flora vaginal.
  • Uso excesivo de jabones y perfumes para la zona íntima.
  • Escasa frecuencia de cambio de las toallas íntimas o tampones.

¿Cómo controlar el mal olor del flujo vaginal?

Para controlar las anormalidades del flujo vaginal, sobre todo en caso de mal olor, ten en cuenta una serie de recomendaciones.

Mejorar la higiene íntima

Como primera medida, es fundamental garantizar una correcta higiene íntima. Por esta razón, se hace indispensable utilizar jabones neutros, a ser posible, sin perfumes; ya que estos ayudan a mantener en equilibrio la flora bacteriana de la zona.

Otras recomendaciones para la higiene después del sexo
Es conveniente lavar la zona íntima con productos que respeten su pH natural.

Por otro lado, el personal de MayoClinic señala que entre las cosas que es recomendable evitar se encuentran las siguientes:

  • No utilizar duchas vaginales de forma excesiva dado que, aunque quitan el olor de momento, pueden empeorar la condición que origina este síntoma.
  • No es necesario aplicarse desodorantes íntimos ni ningún otro producto perfumado. En su caso, solo se debería usar el medicamento que paute el ginecólogo.

Utilizar ropa interior de algodón

La ropa interior de materiales sintéticos no facilita la transpiración. Con lo cual, crea con facilidad un ambiente húmedo ideal para la proliferación de microorganismos y malos olores.

Para prevenir o no sufrir más por este síntoma, lo ideal es utilizar prendas de algodón y de la talla adecuada. El encaje, la seda y otros materiales son bonitos, pero no son lo mejor para el día a día.

Consumir probióticos

El consumo regular de alimentos probióticos, como el kéfir o el yogur natural, le brinda al organismo un plus de cultivos vivos. De este modo, crearás una barrera protectora contra los agentes infecciosos que producen enfermedades en esta zona.

Yogur natural para combatir el mal olor vaginal

Estos promueven el equilibrio de la flora vaginal y refuerzan los mecanismos de defensa que impiden el crecimiento de levaduras y bacterias. Por lo que es conveniente consumirlos a diario.

No obstante, según explica una investigación avalada en 2019 por la Revista Salud de la Mujer, este método es preventivo y no actuaría como solución al problema. Además, son necesarias más investigaciones para comprobar su eficacia al 100 %.

¿Qué hacer si percibes un olor vaginal desagradable?

¿Tienes mal olor vaginal persistente? ¿Notas que los fluidos vaginales son más espesos o abundantes? En caso de padecer estos síntomas, consulta al médico para determinar a qué infección o enfermedad se deben.

También hay algunos remedios naturales que ayudan a restablecer el pH natural de la zona. No obstante, antes de hacer uso de ellos, asegúrate de que estén respaldados por equipos científicos de calidad. Y con previa aprobación y consulta de la persona que te conduzca el tratamiento.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.