¿Tu pareja te ama o te utiliza?

En el momento en el que surge la duda de si tu pareja te ama o te utiliza, deben saltar todas tus alarmas. En este artículo te hablamos sobre distintos casos en los que esto aplica.

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Raquel Lemos Rodríguez

Última actualización: 11 julio, 2023

¿Te preguntas si tu pareja te ama o te utiliza? Si es así, hay algo que no va bien en tu relación. Cuando a uno le surgen ciertas ideas en la cabeza suele ser, casi siempre, porque ha visto o sentido algo fuera de lo normal.

Es cierto que a veces puede deberse a una malinterpretación o a un malentendido pero, no obstante, mantente alerta. Debes primar tu bienestar por encima del de la otra persona.

La línea que separa el amor de utilizar al otro es muy fina, en ocasiones. Por eso, en este artículo te brindamos las claves necesarias para que aprendas a reconocer a este tipo de personas.

Profundicemos.

¿Te ama o te utiliza para conseguir amor?

En algunas ocasiones, una pareja puede utilizarte para conseguir amor. Mediante la manipulación, el chantaje emocional o el victimismo, evitará a toda costa que rompas con ella para así no hacer frente a su miedo a la soledad.

Esto suele suceder cuando hay una fuerte dependencia emocional. En estos casos, es necesario que te plantees si el otro está contigo porque te quiere o porque teme estar solo. 

Otras veces, puede que tu pareja te utilice para fines específicos. Hay quienes usan al nuevo compañero sentimental para dar celos al anterior, para conseguir recompensas económicas o, incluso, para obtener un trabajo.

Es importante que aprendas a reconocer a esta clase de individuos, porque pueden llegar a ser peligrosos. Se acercarán a ti pensando que pueden manipularte o que eres una persona con una personalidad débil. Mantente alerta y aléjate de ellos lo máximo posible.

No me ama, me hace daño

Existen otros motivos que pueden llevarte a pensar si realmente tu pareja te ama o te utiliza. Estos están relacionados con los ataques físicos y verbales, así como con las microagresiones.

Hay gente que no sabe amar o que lo hace de una manera nociva. En este grupo entrarían aquellos que utilizan a otros como si fueran objetos, o los maltratadores.

Alguien que maltrata a su pareja, por ejemplo, busca sentirse superior, autoritario, ejercer un poder y gozar de la sensación se someter a otra persona. Esta es una conducta dañina que mina la autoestima y la integridad de quién la padece.

Ante una situación de violencia de género o doméstica, es importante pedir ayuda. Habla con tu familia y con tus amigos pero, sobre todo, no te aísles. Es lo que busca el individuo maltratador: dejarte sin apoyos.

Relaciones en las que el amor no está presente

Si te planteas que no sabes si tu pareja te ama o te utiliza, es por algo. Por lo general, el ser humano es capaz de detectar cuando algo no va bien, aunque no quiera darse cuenta al principio.

Puede que tu pareja, simplemente, ya no esté enamorada, pero siga contigo porque tú la mantienes. También, puede que haya decidido no romper la relación por el miedo a no ver más a sus hijos. En estos casos, es importante sincerarse.

Si no existe amor, pero sí respeto, es posible mantener la buena relación. Podéis divorciaros o separaros y seguir siendo un apoyo para el otro, tanto a nivel familiar (compartís hijos), como económico (ayudar al otro a buscar trabajo para que pueda mantenerse solo).

No te quedes con quien no te respeta

A excepción del caso anterior, en el que la “utilización” no tiene por qué estar basado en malas intenciones, si crees que tu pareja te está usando, toma cartas en el asunto. No mereces que te traten así.

Eres un ser humano y como tal, necesitas ser amado de una forma real, sin segundas intenciones. Aunque ames a la otra persona, piensa bien, ¿de verdad querrías esto para tu mejor amigo o amiga?¿para tu hermano o hermana?

A veces, observar las cosas desde fuera ayuda a poner perspectiva ante una situación complicada. Lo que está claro es que, sea como sea, esa persona está pensando en ella misma y no en el daño que te puede hacer. Así que sólo está en tu mano impedir que siga adelante con sus planes.