
“No tengo ganas de hacer nada, ¿qué puedo hacer?”, quizá te has cuestionado esto es más de una ocasión. Por ello, en esta oportunidad, hemos decidido reflexionar sobre este tema contigo. En una primera instancia, si no tienes deseo de…
Para abordar los trastornos del sueño, es importante tener en cuenta los factores que están contribuyendo a ellos. Es necesario hacer un cambio de conducta y de hábitos inadecuados.
¿Por qué tengo sueño pero no puedo dormir? Si has vivido esta experiencia, has vivido alguno de los trastornos del sueño. Vamos a conocerlos mejor en este artículo.
El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuente en la población general. Consiste en una reducción de la capacidad para dormir. Puede manifestarse de diversos modos que dan lugar a diferentes tipos de insomnio.
Según el origen del trastorno del sueño, el insomnio se clasifica de la siguiente forma:
En este tipo de insomnio no se puede encontrar una causa clara responsable del trastorno del sueño. Un 10 % de la población sufre este trastorno. Este tipo de insomnio también lo podemos subdividir en diferentes tipos en función de la manifestación y origen del problema:
Es el insomnio en el que hay una causa clara. Además de tratarlo, hay que tener en cuenta la causa que lo origina, los trastornos que lo acompañan e, incluso, sus consecuencias.
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El insomnio agudo es el que dura menos de 1 mes. Es el más frecuente y generalizado en la población. Suele estar asociado a factores estresantes, que son los que lo desencadenan.
Algunos de estos factores son los cambios bruscos de horario y los problemas familiares, laborales o personales. El sueño vuelve a normalizarse cuando la fuente de estrés desaparece.
Este insomnio tiene una duración que oscila entre 1 y 3 meses. En ocasiones, está relacionado con acontecimientos vitales estresantes.
Generalmente, las situaciones que lo originan son más duraderas en el tiempo. Entre ellas se encuentran la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental o una enfermedad grave.
Además, el afectado tiene que hacer frente a otro tipo de problemas como puede ser la ansiedad, el estrés y el estado de ánimo bajo.
La persona que lo sufre tiene dificultades para iniciar o mantener el sueño. Esta situación repercute en su funcionamiento durante el día.
Estos problemas para iniciar el sueño o para tener un sueño sin interrupciones durante la noche, suceden durante más de 3 veces por semana y se prolongan durante al menos 3 meses.
Las personas afectadas no solo sufren de un sueño insuficiente o poco reparador sino que, además, presentan dificultades durante el día a nivel emocional, mental y físico.
Entre los trastornos del sueño, está el que presentan las personas con dificultades para quedarse dormidas al acostarse. Este tipo de insomnio inicial es más frecuente en personas jóvenes.
Además, suele aparecer ligado a problemas médicos, al consumo de sustancias o a problemas psicológicos o psiquiátricos como los trastornos de ansiedad.
Esta clase de insomnio se caracteriza por la dificultad para permanecer dormidos. Hace que el sueño se vea interrumpido y que la persona afectada se despierte muchas veces o durante periodos prolongados.
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El insomnio terminal se produce por la mañana y provoca madrugones indeseados. Normalmente, el último despertar tiene lugar como mínimo 2 horas antes de lo habitual. Una vez que esto ocurre, la persona afectada no puede volver a conciliar el sueño.
El insomnio terminal es el que acompaña típicamente al trastorno depresivo.
Para abordar los trastornos del sueño como el insomnio, es importante tener en cuenta los factores que están contribuyendo a ellos. Es necesario hacer un cambio de conducta y de hábitos inadecuados.
No obstante, también hay que modificar los pensamientos erróneos que aumentan la preocupación y reducir la elevada activación emocional.