
La sopa de ajo es un clásico de la gastronomía. Si nunca la has probado, ¿a qué esperas? A continuación te presentaremos diferentes recetas fáciles de sopa de ajo para que puedas escoger la que más se adapta a tus gustos.…
Combinar la versatilidad que te brinda el pollo con el tradicional sabor de la pasta para lasaña es simplemente delicioso. Aún más, cuando aprendas todos los secretos que esconde esta receta.
La gastronomía italiana es una de las preferidas a nivel mundial. Por ello, sus recetas se han popularizado bastante y se han creado diversas variantes que ofrecen una amplia gama de opciones para todos los gustos. La receta de la lasaña de pollo es una de estas variantes.
De acuerdo con información en Wikipedia, la lasaña es un tipo de pasta que se sirve en láminas, casi siempre intercaladas con algún tipo de carne, salsa bechamel y vegetales.
Nuestra preparación contiene elementos tradicionales. Sin embargo, hay ciertos detalles que te servirán para darle un giro de sabor al pollo. La idea es que tengas un plato diferente y rico en tu mesa.
El truco para hacer esta receta radica en que, al momento de hacer el relleno, debemos sazonar muy bien los ingredientes. No solo en la sazón que debe tener el pollo, sino en algunos acompañantes.
Para ello, debes tener en cuenta que el tipo de queso que se suele usar es la mozzarella. Sin embargo, también puedes optar por uno de sabor más fuerte.
Asimismo, el queso crema para el relleno de la lasaña de pollo es ideal. En especial por la consistencia que tiene (cremosa) y a la facilidad con la que se fusiona con otros ingredientes. Este dato es importante que lo recuerdes al momento de llevarlo al horno.
Además, al armar las distintas capas de la lasaña es importante que seas generoso con los ingredientes. Aunque tampoco exageres. Para hacer la receta aún más original, puedes aprovechar para armar las capas de una forma distinta. Esto lo dejamos a tu imaginación.
Usualmente la composición es la siguiente: lámina de pasta, queso, relleno de pollo, lámina de pasta y así sucesivamente. Sin embargo, puedes añadirle (entre el queso y el pollo) un poco de espinacas o un poco de jamón de pavo en tiras para hacerlo más sustancioso.
De todas maneras, si prefieres hacerlo de una manera tradicional, también estará bien. Solo debes seguir las indicaciones, paso a paso, que estamos por mostrarte.
Una vez claro que el secreto está en acomodar muy bien todos los ingredientes, hay que llevarlo a la práctica. Para este propósito necesitarás una bandeja resistente al calor y que sea lo suficientemente amplia para poder ajustar todos los ingredientes.
Por otro lado, si eres amante del queso te recomendamos que optes por el que más te guste una vez hayas probado la receta tradicional que te proponemos. Sin embargo, ten cuidado con los quesos fuertes: estos pueden opacar el resto de los sabores y estropear el conjunto.
Ahora bien, ¿es una comida pesada la lasaña? La verdad es que sí. Sin embargo, hay que tomar esto con pinzas. Es cierto que se trata de una preparación cargada de carbohidratos y muchas calorías. No obstante, si te comes una porción razonable, sin abusar, no debería haber problemas.
¿Quieres conocer más? Receta para preparar lasaña casera
Descubre: Pechugas de pollo envueltas en bacon con queso y setas
El pollo es uno de los tipos de carnes más recomendados para todo tipo de dietas. Si bien es importante moderar las porciones por plato, en general es un alimento muy nutritivo. Una publicación hecha en 2015 en la revista médica Food and Nutrition Research destaca que el pollo es una fuente de proteínas, grasas, vitaminas, minerales y casi nada de carbohidratos.
Asimismo, gracias a este aporte nutricional, su consumo mejora la calidad de la dieta y disminuye el riesgo de enfermedades como la obesidad, problemas cardíacos y diabetes tipo 2. Por supuesto, todo esto siempre y cuando se incluya dentro de una dieta balanceada.