
La saliva es fundamental en la cavidad oral, ya que mantiene húmedos los tejidos y ayuda a la limpieza de la boca. Por eso, cuando disminuye o cambia de consistencia, haciéndose por ejemplo más espesa, produce variaciones en el balance…
El adenoma hipofisario es relativamente común y se manifiesta con una frecuencia aproximada de 1 de cada 1000 adultos. En general, es un tumor benigno y de lento crecimiento
El adenoma hipofisario es un tumor benigno de crecimiento lento. Se origina en las células que forman la glándula hipófisis. Esta glándula regula la función de otras glándulas del cuerpo, por eso es tan importante.
El adenoma hipofisario es relativamente común y se manifiesta con una frecuencia aproximada de 1 de cada 1000 adultos. En general, es un tumor benigno y de lento crecimiento. Por otro lado, los carcinomas de hipófisis o tumores malignos son muy inusuales.
No hay distinción en cuanto a sexo, afectan por igual a hombres y mujeres. En cuanto a edad, existe una mayor incidencia entre los 30 y los 40 años.
Se desconocen las causas reales del adenoma hipofisiario, aunque, en algunos casos, se relaciona con una enfermedad genética llamada Síndrome de Neoplasia Endocrina Múltiple.
El principal síntoma que resulta de estos tumores es la alteración en la secreción de hormonas. Dependiendo de la incidencia del tumor en la hipófisis, éstos pueden producir demasiada cantidad de una o más hormonas.
Debido a la alteración en el sistema endocrino, los síntomas pueden ser:
Por otra parte, los síntomas que se producen cuando hay compresión de estructuras cerebrales debido a un tumor hipofisario grande pueden incluir:
Cuando estos síntomas se ponen de manifiesto de forma súbita y simultánea pueden ser graves. Además, pueden provocar un infarto de la hipófisis.
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Los adenomas hipofisarios se pueden clasificar según el tamaño de la siguiente forma:
Además, se pueden clasificar en función de si secretan ellos mismos hormonas o no. Siguiendo este criterio, pueden ser funcionales, si secretan hormonas por ellos mismos, y adenomas no funcionales, si no secretan hormonas.
Para el diagnóstico, es necesario realizar un examen físico, en el cual se analiza cualquier problema de visión doble y campo visual. Además, también se estudia la pérdida de la visión lateral o periférica y la capacidad de ver en ciertas áreas.
Después, se realiza un análisis de la función endocrina para buscar cualquier signo de exceso o irregularidad hormonal. Se miden parámetros como los niveles elevados de cortisol, síndrome de Cushing o demasiada hormona del crecimiento.
Los exámenes más relevantes que ayudan a confirmar el diagnóstico son el de campo visual y la TC y la RM cerebral.
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Las opciones terapéuticas actuales incluyen:
La cirugía endoscópica nasal consiste en introducir por las fosas nasales un endoscopio, que se desliza entre el cornete medio y el tabique nasal, hasta localizar el agujero esfenoidal. Este orificio se amplía para conseguir una apertura suficiente del seno esfenoidal y visualizar el suelo de la silla turca para extraer el tumor.
La complicación más grave es la ceguera, en caso de que se dañe seriamente el nervio óptico. Además, el tumor o su extirpación pueden causar desequilibrios hormonales de por vida y provocar diabetes insípida. Este tipo de diabetes se caracterizada por los síntomas de micción frecuente y sed extrema.