¿Sabías que el tomate cocinado es mucho mejor que el crudo? ¡Te lo explicamos!

Al contrario de lo que puede ocurrir con otras verduras, cuyos componentes son más efectivos en crudo, los antioxidantes del tomate potencian sus beneficios tras la cocción
¿Sabías que el tomate cocinado es mucho mejor que el crudo? ¡Te lo explicamos!
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 06 julio, 2023

Como ya sabes, el simple hecho de cocinar muchos de nuestros alimentos como es el caso del brócoli, ajo o cebolla hace que, debido a las altas temperaturas a las que se ven sometidos durante la cocción,  acaben perdiendo muchos de esos micronutrientes esenciales de los que disponen. Ahora bien, en el caso del tomate ocurre algo muy diferente.

No estamos diciendo en absoluto que “comer tomate crudo sea malo”. Sigue siendo recomendable y muy beneficioso, solo que, si lo cocinamos con aceite de oliva, potenciamos aún más sus propiedades.

Conoce todos los datos en este artículo y descubre además algunos de los errores que cometemos a la hora de consumir determinados alimentos.

1. El tomate, fuente natural de vitaminas

tomate

Podríamos decir que el tomate es parte esencial de nuestra dieta. Es la base de nuestras ensaladas, guisos y de la mayoría de salsas que consumimos junto a muchos de nuestros platos. ¿Conoces el refrescante gazpacho?

Nos encanta porque es bajo en calorías, dispone de un alto contenido en fibra, proteínas, vitaminas E, A, C, y potasio y es estupendo para ayudar a cuidar de nuestro corazón. Esto se debe a su alto contenido en licopeno, un antioxidante con capacidad cardioprotectora según la bibliografía científica.

Ahora bien, si pensabas que podrías aprovechar sus minerales, vitaminas y antioxidantes solo en su forma cruda, te equivocas, y esto es algo que nos ha descubierto un interesante trabajo titulado “Propiedades funcionales y beneficios para la salud del licopeno”y publicado en la revista “Nutrición Hospitalaria” .

Las conclusiones a las que llegaron son las siguientes:

  • El licopeno es uno de los antioxidantes más poderosos de la naturaleza, y está presente sobre todo en el tomate. Gracias a él combatimos el estrés oxidativo de las células, protegemos la mucosa de los intestinos, mejoramos las digestiones, potenciamos las funciones del hígado y cuidamos de nuestra salud cardíaca.
  • El licopeno es de los pocos antioxidantes que al ser sometidos a altas temperaturas durante su cocción, potencia sus beneficios en comparación a su estado crudo. Lo mejor, es cocinarlo con aceite de oliva, de este modo nos beneficiamos de sus virtudes naturales.
  • Si elegimos consumir tomate crudo, siempre será mejor combinarlo con grasas buenas como las presentes en el aceite de oliva, además de comérnoslo con piel y con todas sus pepitas.

Te recomendamos leer: Ideas para cultivar tomates en nuestra casa

Otras curiosidades sobre los alimentos distintos al tomate

Los alimentos que consumimos diariamiente encierran en ocasiones pequeños secretos y detalles que vale la pena conocer para beneficiarnos aún más de ellos. Estamos seguros de que estos datos no solo te van a interesar, sino que ¡te van a sorprender!

1. ¿Cortas las fresas con cuchillo? ¡Cuidado!

Las fresas tienen un suave efecto laxante, ideal para quienes sufren de estreñimiento.

En ocasiones, la forma en que cortamos o pelamos muchas de nuestras frutas, hace que perdamos parte de su vitamina C. ¿La razón? El contacto con el aire las oxida en pocos minutos y hace que estas pierdan sus propiedades, lo cual es una lástima.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), nos ofrece unas indicaciones sobre cómo cortar y conservar determinados alimentos, con el fin de que podamos aprovechar todos sus beneficios. En el caso de las fresas deberíamos hacer lo siguiente:

  • Lavar las fresas antes de su consumo y añadir sobre ellas un poco de jugo de limón.
  • Llévalas a la nevera en un recipiente hermético, y córtalas justo antes de consumirlas.

2. ¿Té con leche? No, gracias

Puede que seas toda una apasionada del té con leche, es una bebida deliciosa y viene muy bien a cualquier hora. Sin embargo, según una investigación publicada en European Heart Journal, antes de hacerlo debemos tener en cuenta la siguiente información:

  • El té dispone de potentes antioxidantes que cuidan de nuestro corazón, sin embargo, al introducir la leche esta virtud queda mermada.
  • La caseína presente en la leche disminuye los beneficios del té

3. ¿Sueles tirar el líquido de tus yogures? ¡No lo hagas!

yogurt

¿Quién no lo ha hecho alguna vez? Abrimos el yogur y de inmediato, casi sin pensar, desechamos esa agua que suele quedar en el interior del yogur. Bien, pues a partir de ahora recuerda que, si deseas cuidar mejor de tu salud y fortalecer tu sistema inmunológico, deberías consumirlo también por las siguientes razones:

  • Este líquido es un suero natural del propio yogur, rico en proteínas.
  • Es el agua que se obtienen en la propia fermentación de yogur y que está formado por sales minerales, calcio y fósforo.
  • Lo mejor es beberlo o mezclarlo con una cuchara en el propio yogur.
  • Recuerda que los yogures más saludables son los naturales y sin azúcar, perfectos para reparar nuestra flora bacteriana y mejorar así nuestras digestiones.
  • La literatura científica recomienda el consumo regular de yogures y leches fermentadas para mejorar la calidad de la microbiota.

¡Para tener en cuenta!

Los alimentos que consumimos diariamente disponen en ocasiones de pequeños secretos con los cuales podemos potenciar aún más sus beneficios para nuestra salud.

Recuerda por ejemplo que el agua resultante de muchas de nuestras cocciones son muy buenas para el organismo, como es el caso del agua de alcachofas o del brócoli.

No las deseches. Añade un poco de zumo de limón y consúmelas después de tus comidas. Y si no quieres bebértelas, una vez enfriada utilízala para regar tus macetas.


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