¿El sexo anal duele?

El sexo anal se define como la práctica sexual en la que se introduce el pene en el ano de la pareja para obtener placer. 
¿El sexo anal duele?
Isbelia Esther Farías López

Revisado y aprobado por la filósofa Isbelia Esther Farías López.

Última actualización: 27 enero, 2022

El sexo anal es una práctica que ha sido tabú durante siglos. Tanto así que a muchas personas aún les causa cierto temor, dada la escasa de información que tienen al respecto y sobre todo la idea de que puede resultar dolorosa.

Sin embargo, hay parejas que disfrutan de esta práctica en la intimidad y, además, de forma indolora. ¿Cómo lo logran? Muy simple, teniendo en cuenta algunas consideraciones y cuidados.

A continuación veremos si el sexo anal se trata de una actividad placentera, cómo puede llevarse a cabo de una manera saludable para disfrutar de un buen encuentro sexual y los riesgos que pueden correrse cuando no se tienen en cuenta ciertas medidas.

¿Puede haber placer en el sexo anal?

Prácticas que implican riesgo

El sexo anal puede resultar muy placentero, siempre y cuando se cumplan ciertas cuestiones. Al respecto, el Instituto de Sexualidad Humana de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, indica lo siguiente:

  • Hay que recurrir a los juegos previos y la estimulación para que el ano se vaya dilatando poco a poco. Usualmente, se recurre a la masturbación para excitar al compañero y, a su vez, conseguir que sus músculos se relajen. 
  • Utilizar lubricantes apropiados para la zona (a base de agua) para facilitar la penetración. Cabe destacar que la aplicación del lubricante puede ayudar a promover la excitación. La saliva no es recomendable en absoluto.
  • Elegir un ángulo de penetración apropiado (es decir, una postura cómoda, como puede ser la del perrito).
  • ¡Utilizar condón siempre! 
  • Introducir con suavidad y lentitud el pene en el ano.
  • No realizar movimientos bruscos.

En relación a la higiene

  • Por supuesto, la higiene es fundamental en todo momento: antes, durante y después. 
    • Es más que recomendable defecar antes de practicar sexo anal.
    • El ano del compañero debe estar limpio. La limpieza puede llevarse a cabo simplemente con agua y jabón.
    • Si se va a introducir los dedos para la estimulación, las manos de la persona no solo deben estar limpias, sino también con las uñas bien cortadas y aseadas para evitar rasguños y otras posibles lesiones al manipular la zona durante la estimulación.
  • NO penetrar la vagina durante el sexo anal ni tampoco después (a menos que se tomen las medidas de higiene adecuadas).
  • Hay ciertas prácticas que deben evitarse, ya que también suponen un alto riesgo de infección:
    • Fisting: es un práctica extrema en la que se busca el placer al dilatar el ano introduciendo todos los dedos, la mano y, finalmente, el puño.
    • Creampie: se trata de realizar la eyaculación en el ano. 
    • Anilingus: también conocido coloquialmente como “beso negro”, se trata de la introducción de los labios y la lengua en el ano para estimular a la pareja.

El dolor aparece cuando no hay cuidado

Si la práctica de sexo anal se realiza sin una estimulación previa y de forma brusca y acelerada, los músculos no estarán relajados y la fricción resultará dolorosa. Por lo tanto, se recomienda realizar juegos previos y luego, asegurarse de proceder a la penetración anal con delicadeza.

Está claro que el ano no lubrica de manera natural durante la relación sexual, como en el caso de la vagina. De ahí la importancia de utilizar un lubricante adecuado para esta zona y, además, realizar la penetración con cuidado, sin embestidas fuertes ni movimientos bruscos en general.

Para algunas parejas, en el sexo anal lo ideal es combinar la penetración con la masturbación. De esta forma se intensifica la sensación de placer, se promueve la relajación de los músculos y, claro, la dilatación del ano.

Los condones deben utilizarse en el sexo anal y vaginal.

Una vez más, hay que recordar que sin unos buenos cuidados, el sexo anal puede causar dolor y problemas a la salud, desde una fisura anal, desgarros, hemorragias, hasta el contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS). Por ende, quienes deseen disfrutar de esta práctica deben hacerlo siempre con precaución.

En caso de que uno de los miembros no se sienta cómodo con la práctica de sexo anal, no pasa nada. Siempre se puede conversar y ver si se está dispuesto a intentarlo una vez más, y en caso de que esté claro que no, pueden buscar otras opciones para disfrutar juntos en la cama. El sexo anal no es una obligación.


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