Síntomas y tratamiento de un lipoma maligno

Un lipoma maligno suele desarrollarse sin dolor aunque con ciertas complicaciones, por lo que es necesario un tratamiento rápido y eficaz.
Síntomas y tratamiento de un lipoma maligno
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

Un lipoma es un bulto constituido por células de grasa que suele aparecer entre la capa de la piel y la capa muscular. A pesar de que lo más normal es que no evolucione a ser un lipoma maligno (tumor), hay ocasiones en las que esto sí ocurre.

Suele formarse en las zonas de debajo de la piel de los hombros, la espalda o el cuello. También, hay situaciones en las que los lipomas aparecen en diferentes partes del cuerpo, condición que se denomina lipomatosis.

Por lo general, un lipoma no produce dolor, se mueve con facilidad al presionarlo con los dedos. Al ser un bulto, la gente lo puede confundir con cáncer, sin embargo, un lipoma no es cáncer, suele ser inofensivo y normalmente no necesita tratamiento.

Hay situaciones en las que este bulto molesta, es doloroso y crece. En esta situación se recomienda someterse a una operación y extirparlo. En cambio, cuando el lipoma es maligno se le denomina liposarcoma.En este caso, es un tipo de cáncer que se desarrolla en las células de reserva de grasas.

El sarcoma de partes blandas es el más fuerte y suele desarrollarse con más frecuencia en personas de 50 a 70 años de edad. En este artículo, hablaremos sobre los tipos de lipomas malignos, los síntomas que se presentan, cómo se diagnostica y cuál es el tratamiento.

Tipo de liposarcomas o lipomas malignos

Lipomas malignos

La causa por la que se desarrolla este tipo de cáncer no se conoce exactamente, pero su aparición podría tener un componente genético. Cuando se desarrolla un liposarcoma puede ser un tumor de alto grado o de bajo grado.

Un lipoma maligno de bajo grado es aquel que crece de manera lenta y no se propaga a otras áreas del cuerpo. En cuanto a los tumores de alto grado, son más grandes y sí se propagan normalmente a otras células.

El tipo de liposarcoma que se desarrollará dependerá del tipo de células que muten y que desarrollen el tumor. Distinguimos los siguientes tipos de lipomas malignos:

  • Bien diferenciado: es el tipo más común. Es un tumor que está compuesto casi en su totalidad por células del tejido adiposo, los adipocitos.
  • Mixoide: después del liposarcoma bien diferenciado, es el segundo más común. Este tipo de tumor se suele localizar en los músculos de la pierna.
  • Desdiferenciado: formado por un tumor graso y otro sin grasa. Este liposarcoma suele crecer nuevamente tras su extirpación y puede propagarse a otras zonas del cuerpo.
  • Mixto: es un tumor que está formado por más de un tipo de liposarcoma y suele crecer en el abdomen.
  • Pleomórfico: es un tipo raro de tumor. Suele aparecer en los músculos de las piernas y tiene muy poca o ninguna grasa.

Signos y síntomas de un lipoma maligno

Como se ha dicho, los liposarcomas suelen ser tumores que no cursan con dolor y son, normalmente, de crecimiento lento. Sin embargo, hay situaciones en las que el tumor crece y puede ejercer cierta presión en los nervios y vasos sanguíneos, lo que desencadena una situación dolorosa.

Dependiendo de la zona en la que se encuentre el tumor, los síntomas serán diferentes. Entre ellos podemos observar, si el tumor está localizado en alguna extremidad, una reducción de la movilidad de la misma.

Además, el paciente podrá experimentar dolor e inflamación en el área donde está localizado el tumor, dolor en el pecho y en el abdomen. Otros síntomas característicos de estos tumores son los siguientes:

  • Pérdida de peso.
  • Sangrado en las heces.
  • Estreñimiento o diarrea.
  • Dificultad para orinar y para tragar.
  • Tos y dificultad a la hora de hablar y de respirar.

¿Cómo se diagnostica un lipoma maligno?

Radiografía, manera de diagnosticar un lipoma maligno

Lo primero que se debe hacer es una palpación superficial del tumor. Si fuese un lipoma benigno, por lo general, no requeriría un examen especial, ya que el médico generalista o el dermatólogo son capaces de diferenciarlo al tacto y a la vista.

En el caso de que se dude en su diagnóstico, se podrían realizar diferentes técnicas. En primer lugar se encuentra la radiografía. Esta técnica se utiliza con el fin de tomar una imagen del tumor y el área que le rodea. Con la radiografía se muestra si el tumor ha dañado a los huesos y si se ha propagado a los pulmones.

La tomografía computarizada, también conocida como TAC, es otra técnica que se utiliza en el diagnóstico de un lipoma maligno. Es una máquina especial de rayos X. Otra técnica utilizada es la imagen por resonancia magnética. Esta máquina utiliza imanes fuertes y un ordenador para tomar imágenes del tumor y la zona de alrededor.

Además, está la tomografía por emisión de positrones, que sirve también para ver si el paciente padece de cáncer y si éste se ha propagado. Se inyecta un tinte en la vena para ayudar a las células a que se muestren con más claridad.

Por último, está la biopsia, en la cual se extrae una pequeña muestra de tejido del tumor para examinarla. Con el examen se consigue demostrar si el tumor es finalmente un lipoma maligno y de qué tipo es.

Biopsia de un lipoma.

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Tratamiento del lipoma maligno

Para tratar los liposarcomas disponemos de los siguientes procedimientos:

  • Quimioterapia: esta medicación tiene como objetivo matar a las células que forman el tumor. Se suele utilizar para reducir el tamaño del tumor antes de realizar una cirugía. También se puede administrar después para matar a cualquier célula cancerosa remanente.
  • Rayos: la radiación mata las células cancerígenas y previene la propagación del cáncer.
  • Cirugía: esta opción se elige en el caso de que sea necesario extirpar el tumor y el tejido de alrededor.

Aún con el tratamiento, el lipoma maligno podría reaparecer, propagarse o ser de peligro mortal. Por esto mismo, el control médico será fundamental para el paciente.


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