
El efecto de la cafeína en el sistema nervioso es un tema de discusión frecuente. El café es una sustancia presente y acompañante de la humanidad desde hace mucho tiempo. Tiene sus defensores y sus detractores, pero nadie puede negar…
El sodio es el ión intracelular más abundante en el ser humano. Cumple multitud de funciones y su regulación está estrechamente relacionada con la regulación de otros iones de vital importancia como el potasio.
El sodio es un mineral necesario en nuestro organismo para múltiples funciones. Está presente en muchos de los alimentos que ingerimos. De hecho, la principal fuente alimentaria es en forma de sal común (cloruro sódico), por lo que nunca falta en nuestra dieta.
El potencial de membrana celular es la base de las funciones del sodio en nuestro organismo, como por ejemplo:
Se trata de regular la concentración de las distintas moléculas dentro y fuera de las células para permitir que funcionen correctamente. Cuando en una célula hay mucha cantidad de una sustancia, la membrana no deja que entre más. Es decir, se hace impermeable al paso de esta sustancia, y si esta se consume, la membrana vuelve a permitir que entre. Aquí interviene también la bomba sodio-potasio, por lo que regula la permeabilidad de las células.
La bomba de sodio-potasio
Para entender la distribución del sodio en el organismo, la bomba de sodio-potasio es determinante. Es una proteína que se encuentra en la membrana de todas nuestras células. En nuestro organismo, las moléculas se mueven de una célula a otra o de un líquido a otro según sus concentraciones.
Por ejemplo, como hay más sodio fuera que dentro de las células, tiende a entrar en ellas para igualar las concentraciones. Este transporte es a través de la membrana y se denomina transporte a favor de gradiente electroquímico o de concentración. No consume energía, por lo que lo llamamos transporte pasivo.
La bomba de sodio-potasio utiliza energía para expulsar tres moléculas de sodio de la célula a la vez que introduce dos de potasio. De esta forma, la concentración de sodio en la célula se mantiene bajo. Esta distribución crea un gradiente electroquímico que se denomina potencial de membrana, y éste es fundamental para mantener la estructura celular.
La comunicación entre neuronas se hace gracias a la liberación de neurotransmisores, sustancias químicas que se transportan de unas neuronas a otras en un proceso llamado sinapsis.
Cuando se libera el neurotransmisor, va a producir un cambio en la membrana de la neurona, conocido como potencial de acción. Este cambio viene dado porque hay un movimiento de iones entre la célula y el espacio extracelular, donde intervienen principalmente el sodio y el potasio.
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Este mecanismo es similar al de la transmisión de impulsos nerviosos, pero en este caso la célula que recibe el impulso es una célula muscular o una glándula. La respuesta al potencial de acción en este caso será la contracción o relajación muscular en el primer caso, o una modificación de la secreción glandular en el segundo.
Ya hemos comentado que la cantidad de sodio está muy relacionada con el volumen sanguíneo. Cuando la tensión arterial está baja, hay que evitar que se pierdan agua y sodio. Esto se regula en el riñón gracias al sistema renina-angiotensina-aldosterona. Es un conjunto de hormonas que se activa si disminuye la tensión arterial.
Su activación produce la liberación de aldosterona, que abre unos canales de sodio localizados en el riñón. Esto provoca que aumente la reabsorción del mismo y, por lo tanto, de agua.
La consecuencia es un aumento del volumen sanguíneo y de la tensión arterial. De igual forma, cuando la tensión arterial está alta, la reabsorción de éstos en el riñón es menor, se eliminan en la orina y disminuye el volumen sanguíneo.
Las necesidades diarias de sodio en un adulto son 500 mg, según la Fundación Española del Corazón. En el caso de este mineral, suele ser más común un exceso que un defecto del mismo, ya que está presente en muchos de los alimentos que ingerimos.
Además de como parte de la sal común, lo contiene aditivos como el glutamato monosódico y diversos alimentos, como son:
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El sodio que ingerimos con los alimentos se absorbe en el intestino, sobre todo en el duodeno y yeyuno (los primeros tramos del intestino delgado). Además del sodio relacionado con la dieta, una parte importante procede de secreciones digestivas como la saliva, la bilis o los jugos pancreáticos.
La absorción es casi completa, solo se elimina con las heces un 0,5 % del catión. Esta absorción se hace de forma libre, por espacios que hay entre las células intestinales o enterocitos; o asociada a proteínas que permiten su transporte a través de la membrana.
Vamos a comentar a continuación los mecanismos de absorción en los distintos tramos del tubo digestivo:
Arrastre por solvencia. Este tipo de transporte tiene lugar en el duodeno y el yeyuno. La cantidad de agua en el tubo digestivo es mayor que en la sangre, por lo que ésta se absorbe por los espacios que existen en los enterocitos. Esta absorción de agua lleva ligada una absorción libre de sodio, que también pasa del tubo digestivo al torrente sanguíneo.