Taquipnea transitoria del recién nacido: ¿qué la causa?

La taquipnea transitoria del recién nacido es una condición relativamente normal. De todas formas, si se extiende por más de 48 horas es necesario sospechar de gravedad.
Taquipnea transitoria del recién nacido: ¿qué la causa?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 10 julio, 2023

La taquipnea transitoria del recién nacido (TTN, por las siglas en inglés de transient tachypnea of the newborn) es una condición benigna y autolimitada que se puede presentar en todos los niños recién nacidos. Se trata de un tipo de estrés respiratorio muy común en neonatos, pues afecta hasta al 7 % de todos ellos tras el parto.

Los bebés que presentan esta característica al nacer deben ser monitorizados, aunque la condición no suele durar más de 24 horas. De todas formas, en los casos más preocupantes se les puede administrar oxígeno adicional durante unos pocos días. Si quieres conocerlo todo sobre la taquipnea transitoria del recién nacido, sigue leyendo.

¿Qué es la taquipnea transitoria del recién nacido?

Como su propio nombre indica, este término hace referencia a un trastorno respiratorio que se observa poco después del parto en recién nacidos. La palabra ‘taquipnea’ está formada por las siguientes raíces griegas: takhys (veloz) y pnein (respirar/soplar).

Se considera que un neonato presenta taquipnea cuando su tasa respiratoria es mayor a las 60 respiraciones por minuto, tal y como indica el portal Stanford Childrens HealthEn condiciones normales se esperaría que un neonato respirase de 30 a 60 veces por minuto.

En personas adultas o en niños pequeños (más allá de las 48 horas tras el parto), la taquipnea suele ser un signo de enfermedad pulmonar. Respirar más es un acto involuntario compensatorio, ya que el organismo está tratando de evitar eventos como la hipoxemia (disminución de la presión parcial de oxígeno en la sangre), la hipercarbia (demasiado dióxido de carbono en sangre) o la acidosis.

Neonato con taquipnea.
Esta condición de los neonatos suele ser benigna. Solo en algunos casos se necesita suplemento de oxígeno.

¿Qué la provoca?

Este mecanismo trata de modular algo tan básico como la cantidad de oxígeno en sangre. Cuando ocurre como síntoma asociado a otros, en todos los casos se sospecha de una enfermedad cardiovascular, respiratoria, sistémica o metabólica, tal y como indican en Pediatrics in Review

Por fortuna, en el recién nacido la cuestión es distinta. La taquipnea transitoria puede parecer preocupante, pero se trata de un evento relativamente natural que afecta a un porcentaje considerable de neonatos.

Según fuentes ya citadas, la epidemiología de esta condición se reparte de la siguiente forma:

  • La TTN está presente en el 10 % de los bebés que nacen entre las 33 y 34 semanas.
  • Aquellos que nacen entre las 35 y 36 semanas reducen su riesgo a un 5 %.
  • La prevalencia es menor al 1 % en aquellos que nacen a término, es decir, a las 38 semanas o más.

Como puedes ver, la probabilidad de que un bebé sufra TTN es inversamente proporcional al tiempo que tarda en nacer. En aquellos bebés prematuros (34 semanas) este evento clínico es mucho más común, pero no disminuye su bienestar. Las tasas de supervivencia son del 98-100 %.

Aunque no se ha dilucidado del todo la causa de este evento clínico, se cree que se debe a la distensión de los espacios intersticiales por el líquido pulmonar durante la gestación. Antes del nacimiento, las hormonas ordenan al sistema pulmonar del bebé que excrete estos líquidos alveolares, pero en el momento del parto pueden quedar remanentes.

Tal y como indica la Asociación Española de Pediatría esto podría provocar que el aire alveolar quedase atrapado durante las primeras respiraciones y, consecuentemente, el descenso de la distensibilidad pulmonar. Para compensar estos mecanismos el cuerpo del bebé opta por respirar más rápido.

Síntomas asociados

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los síntomas de la TTN suelen aparecer de 1 a 2 horas tras el nacimiento. Algunos de los signos clínicos más destacables son los siguientes:

  • El bebé realiza más de 60 respiraciones por minuto.
  • Hay aleteo nasal, que corresponde a un ensanchamiento obvio de las fosas nasales al respirar.
  • Gruñidos evidencian la dificultad respiratoria.
  • Tiraje intercostal, subcostal o supraesternal. Los músculos del paciente tiran hacia adentro.
  • Taquicardia, cianosis (piel azul) y pecho en forma de barril por hiperinflación torácica.

Como hemos dicho con anterioridad, se estima que hasta el 10 % de los bebés pueden sufrir taquipnea transitoria neonatal. De todas formas, esto no significa que  vayan a presentar un tórax hinchado, piel azul o ritmos cardíacos desajustados. En la mayoría de los casos continúan su desarrollo favorable.

Diagnóstico de la taquipnea transitoria del recién nacido

A pesar de que la taquipnea transitoria del recién nacido sea una condición inocua en casi todos los casos, hay que tomar ciertas precauciones. Tal y como indica el portal KidsHealthes necesario realizar pruebas para descartar otras causas:

  • Radiografía de tórax: los médicos pueden ver si los pulmones del neonato contienen líquido o no. Además, también se pueden observar edemas, fracturas y otras patologías que también podrían desembocar en taquipnea.
  • Oximetría de pulso: esta prueba cuantifica la cantidad de oxígeno circulante en sangre. La medición es indirecta, así que no se necesita una muestra de sangre.
  • Conteo sanguíneo completo o cultivo sanguíneo: con estas pruebas se puede evidenciar o descartar una infección o patología grave subyacente.

En los casos en los que el bebé presente aletargamiento y otros signos, puede ser de utilidad una prueba de niveles de amoniaco en sangre. Si la taquipnea está presente por más de 4 días y se acompaña de cianosis, es necesario explorar el corazón mediante ecocardiografías.

Tratamiento de la taquipnea transitoria del recién nacido

Tal y como indica el portal StatPearlsen los centros médicos existe una regla de oro: si el bebé con taquipnea no muestra signos de mejoría a las 2 horas hay que trasladarlo a una unidad de cuidados neonatales más avanzados. El mismo protocolo se aplica si la respiración acelerada empeora con el tiempo o si la radiografía muestra resultados anormales.

1. Abordaje respiratorio

Una vez esté en la unidad de cuidados intensivos, el bebé puede requerir suplemento de oxígeno, sobre todo en caso de que la oximetría de pulso muestre signos de hipoxemia. Un aparato especial (oxygen hood) que rodea la cabeza del bebé es lo más adecuado, pero la cánula nasal y otras técnicas también se pueden usar.

La entubación endotraqueal es muy poco común en estos cuadros clínicos, pero puede hacerse necesaria en los casos graves. Por otro lado, la monitorización de la cantidad de oxígeno en sangre debe continuar hasta que la tasa respiratoria del neonato se normalice.

Máscara de oxígeno para recién nacido.
No siempre es necesario aplicar oxígeno externo en esta condición. Se reserva para los casos graves.

2. Tratamiento nutricional

Una tasa respiratoria superior a 80 por minuto hace que sea peligroso para el neonato consumir alimentos por la vía oral. Por ello, se requiere una nutrición intravenosa en las primeras etapas de los casos más graves de TTN.

3. Medicamentos

No existen medicamentos para tratar la taquipnea transitoria en recién nacidos, pues se trata de un evento fisiológico normal que no responde a una enfermedad. De todas formas, hay que considerar un posible protocolo antibiótico preventivo (gentamicina más ampicilina) en los casos graves.

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Una situación con buen desenlace

El pronóstico de la TTN es muy positivo en casi todos los casos. Como ya hemos dicho a lo largo de este espacio, los síntomas se resuelven por sí solos a las 48 horas como máximo, en la inmensa mayoría de neonatos.

De todas formas, una taquipnea transitoria del recién nacido es muy similar a otras entidades clínicas, así que es esencial realizar un diagnóstico diferencial. Hay que descartar neumonía, síndrome de distrés respiratorio, fallos metabólicos, cardiopatías congénitas e hipertensión pulmonar persistente.


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