Te quise, te quería, pero ya no te quiero

Hay que saber mantener viva una relación, pero también hay que saber romperla cuando ya no hay amor. Es doloroso, pero imprescindible para evitar un sufrimiento innecesario.
Te quise, te quería, pero ya no te quiero
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 06 julio, 2023

Toda relación tiene que estar en continuo movimiento, como los peces que nadan en el mar. Se mueven constantemente, saltan, brincan… pero cuando dejan de hacerlo, todo ha muerto. Si llega este momento es hora de decir: “se acabó el amor, ya no te quiero”.

El desamor se puede considerar una de las situaciones más dolorosas por las que casi todos hemos pasado alguna vez. Tan complicada es que, en muchas ocasiones, nos resistimos a soltar a esa persona que tan especial ha sido para nosotros.

Fuimos diseñados para establecer lazos

Las personas estamos diseñadas para establecer lazos entre nosotros: con nuestra familia, nuestros amigos, nuestra pareja, nuestros hijos… Por eso puede resultar tan hiriente que estos lazos un día se rompan aunque, a veces, no nos quede otra alternativa.

Pero hay algo de lo que continuamente nos olvidamos, y es que todas las relaciones están vivas. Esto quiere decir que cambian, aunque no siempre para mejor. Una nueva persona puede entrar en nuestra vida, podemos cambiar nuestra forma de pensar… Todo esto tendrá sus consecuencias.

Por eso, cuando llega el momento de decir “se acabó el amor, ya no te quiero”, el dolor, la rabia, la decepción y la sensación de abandono aparecen. Nos sentimos pequeños, nos sentimos heridos. Hemos roto algo en lo que creíamos.

A pesar de todo, a veces puede ser muy positivo romper con una relación cuya situación es ya insostenible. Luchar, en ocasiones, significa aguantar hasta que no podamos más, hasta que el sufrimiento sea tal que no nos quede otra opción que alejarnos.

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El corazón roto

Sentir como nuestro corazón se rompe es una de las metáforas más utilizadas para expresar el desamor. Un dolor físico y mental que provoca que la tristeza nos desborde y que mostremos inapetencia por la mayoría de actividades de nuestra vida.

¿Por qué es tan común esta sensación? ¿Por qué nos rompen tanto el corazón? Porque aún no logramos diferenciar entre estar enamorados y el amor en sí mismo. Aunque muchas personas confundan estos dos términos, distan mucho el uno del otro.

Lo primero es una atracción y un deseo que nos hace sentir esas mariposas en el estómago que con el tiempo emprenden el vuelo. Cuando lo hacen, es el momento de redefinir nuestra situación. ¿Nos decantaremos por el amor?

A veces, esta terrible confusión tiene como consecuencia que estemos al lado de una persona a la que ya no queremos. El enamoramiento es pasajero, es lo que nos hace vibrar. Cuando pasa, ese “ya no te quiero” se acentúa cada vez más.

Se acabó el amor: “ya no te quiero”

Decirle a alguien “ya no te quiero” es complicado, porque es posible que la otra persona no reaccione de forma positiva. A pesar de esto, ser sinceros será lo mejor que podamos hacer. No es fácil pero sí necesario.

Para ello, hacerlo cara a cara será algo imprescindible, además de expresarnos de forma clara. Esto nos evitará muchos problemas.

Lo normal es que aparezcan reproches, críticas y otros temas que te echará en cara fruto de la rabia y la decepción sentidas. Pero no empieces a hacer tú lo mismo: tu pareja está dolida y debes entender su forma de reaccionar.

Decir “ya no te quiero” requiere de mucho valor y es muy necesario que empatices con tu pareja en esos momentos. Así que no tengas miedo y busca siempre la forma más amable de poder intercambiar vuestras opiniones con respecto a la relación. Así favoreceréis el entendimiento y comprenderéis por qué no podéis seguir juntos.

¿Alguna vez has tenido que pasar por el mal trago de decir “ya no te quiero”? Es una situación complicada para los dos miembros de la pareja. Por eso, antes de llevarlo a cabo es necesaria una profunda reflexión.

Eso sí: no esperes mucho para comunicarle tu decisión, ya que cuanto más atrases este momento más difícil será. Las cosas importantes es mejor decirlas lo antes posible, sin titubear demasiado. Así evitaremos hacernos aún más daño.


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