Este artículo ha sido verificado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña el 11 junio, 2019
Debemos aprender a gestionar nuestros niveles de ansiedad para que no lleguen a ser una patología que pueda resultar perjudicial para nuestra salud mental e incluso física
La ansiedad es, sin duda, ese feroz caballo de batalla al que muchos vamos prendidos durante épocas muy prolongadas.
Ahora bien, cuando hablamos de esta dimensión psicológica, a menudo, la concebimos como un único constructo, cuando en realidad, existen diferentes grados, orígenes y situaciones personales.
Desde el campo psicológico los especialistas diferencian 7 tipos.
Ahora bien, en primer lugar, debemos tener claro un aspecto muy básico: la ansiedad es una emoción normal.
Gestionada de forma adecuada, es la que pone en marcha nuestros mecanismos psicológicos para hacer frente a esas situaciones de incertidumbre donde hemos de dar lo mejor de nosotros mismos.
No obstante, a menudo, el propio temor nos sobrepasa y el cerebro desata una serie de procesos donde perdemos por completo el control.
Estamos seguros de que conocer estos 7 tipos de ansiedad te será de ayuda.
Sin embargo, es importante recordar siempre que en el momento en que notemos que perdemos el control y que las circunstancias nos superan, necesitaremos la ayuda de un especialista.
1. Trastorno de ansiedad generalizada
El trastorno de ansiedad generalizada es el tipo más común de ansiedad. Afecta a millones de personas, y todos, en algún momento, podemos experimentar esta tensión mental, este nerviosismo que, a simple vista, no tiene un origen específico.
Es como vivir al filo de un abismo, en los bordes de una ventana ante la cual se abre la más profunda incertidumbre y el más angustioso vacío.
Podríamos decir que tiene varios disparadores: una entrevista de trabajo, tener que hablar con alguien, cambiar una rutina, hacer algo nuevo…
Sin embargo, más que un hecho concreto el trastorno de ansiedad generalizada tiene un problema de raíz: vivir eternamente preocupado.
Inquietud constante, irritación, nerviosismo o pérdida de control.
Fatiga, bajadas frecuentes de energía.
Músculos tensos, sobre todo en la espalda, cuello y hombros.
Dificultad para concentrarse en las tareas o actividades.
Obsesionarse con lo negativo, tener pensamientos catastróficos.
2. La fobia social
En este segundo tipo de ansiedad, el foco constante de malestar, inquietud y preocupación son, sin duda, los escenarios sociales.
En esta categoría entran aquellas personas a los que les desagrada los espacios con mucha gente, en especial, si tienen que llevar a cabo alguna tarea: hablar en público, hacer un debate, una presentación…
Incluso si tienen que ir a comprar o devolver una prenda de ropa.
Los síntomas serían los siguientes:
Sentimiento de temor e indefensión ante personas o situaciones desconocidas.
Obsesión por sentirse observado y juzgado.
Sudor frío, tartamudez y vacío en el estómago cuando nos presentan a alguien nuevo o estamos en un escenario que no controlamos ante diversas personas.
3. Trastorno de pánico
El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad muy debilitante. Hablamos de esos instantes en que tenemos la clara sensación de que vamos a morir, de que vamos a sufrir un ataque al corazón, un accidente o que alguien va a hacernos daño.
Hablamos, a su vez, de un trastorno que se retroalimenta: puesto que ya sabemos lo que es el trastorno y los ataques de pánico, desarrollamos miedo a volverlos a experimentar.
Los ataques de pánico son intensas sensaciones físicas y mentales que se desencadenan a raíz del estrés o por curioso que parezca, por nada en absoluto.
Es algo muy complejo que solo puede entender quien lo ha experimentado.
Todos sabemos lo que es la agorafobia: miedo a los grandes espacios, a salir más allá del umbral de ciertos límites conocidos o adentrarnos a lugares desconocidos.
Asimismo, hemos de tener claro que sufrir agorafobia no significa que no podamos salir de casa.
Muchas personas con este tipo de ansiedad lo hacen, pero se limitan a no salirse nunca de sus rutas personales: casa-trabajo-supermercado…
Cabe señalar también que a la agorafobia se le une también el trastorno del pánico. Al verse en un espacio abierto, experimentan los síntomas antes señalados.
5. Las fobias específicas
Todos tenemos algún tipo de fobia específica: miedo a las arañas, a los payasos, a los sonidos desagradables, los truenos, los cuchillos…
Estos temores se consideran normales, y lo son hasta que la mente empieza a obsesionarse con estos aspectos hasta que cambia la calidad de nuestras vidas.
Dejamos de salir a la calle por temor, por ejemplo, a encontrar arañas, a que llueva y caigan rayos, a que nos muerda un perro…
Estos serían los síntomas:
Miedo excesivo y constante hacia algo en concreto.
Sensación inmediata de amenaza o ataque.
Completa incapacidad para controlar los miedos, a pesar de saber que son irracionales.
Experimentar una restricción completa a nuestra rutina normal.
6. Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
En esta vida, nuestra seguridad nunca está garantizada, al igual que nunca lo está el que vayamos a ser respetados, amados o protegidos.
Los hechos traumáticos de una infancia dejan huella. También los accidentes, las agresiones, las pérdidas, ver algo impactante, así como todos esos eventos que nos cambian y nos hieren por dentro y por fuera.
Los síntomas, serían los siguientes:
Revivir el trauma: El síntoma más común del trastorno de estrés postraumático es revivir el trauma de forma constante.
A menudo, basta un desencadenante para que recordemos ese hecho del pasado y revivamos todo el sufrimiento.
La ansiedad por recurrencia es otro factor que conviene tener en cuenta. Ese hecho traumático puede suavizarse con el tiempo, pero nos ha cambiado de forma patente.
La ansiedad seguirá presente en muchos detalles, en muchos ámbitos cotidianos: insomnio, cansancio, dificultad para concentrarnos…
7. Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
El trastorno obsesivo compulsivo o TOC pueden ser un trastorno de ansiedad muy destructivo.
Las personas que lo vemos desde el exterior nunca llegamos a entender por qué alguien sigue una serie de rituales, de manías, de conductas repetitivas que, a simple vista, carecen de sentido…
También es importante saber diferenciar las compulsiones de las obsesiones, porque no son lo mismo. Estos serían los matices que las diferencian y que, sin duda, vale la pena conocer.
Obsesiones: Las obsesiones son preocupaciones que giran acerca de un pensamiento específico (casi siempre negativo) del que la persona no se puede desprender (me van a hacer daño, me van a abandonar…).
Compulsiones: Las compulsiones, por su parte, se basan en comportamientos. No son pensamientos, sino más bien la traducción de estos en una conducta que sirve como mecanismo para aliviar el miedo.
Cerrar 5 veces una cerradura me hace sentir más seguro, lavarme las manos muchas veces hará que no me infecte, pero también me dará más confianza en mí mismo…
Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia en el año 2004. Máster en Seguridad y Salud en el trabajo en 2005 y Máster en Mental System Management: neurocreatividad, innovación y sexto sentido en el 2016 (Universidad de Valencia). Número de colegiada CV14913. Realizó el curso Nutrición y obesidad: control de sobrepeso, ofrecido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudiante de Antropología Social y Cultural por la UNED.
Valeria Sabater ha trabajado en el área de la psicología social seleccionando y formando personal. A partir del 2008 ejerce como formadora de psicologíae inteligencia emocional en centros de secundaria y ofrece apoyo psicopedagógico a niños con problemas del desarrollo y aprendizaje. Además, es escritora y cuenta con diversos premios literarios.
¿Cómo prevenir el dolor físico? Practicar ejercicio físico frecuentemente, llevar una alimentación basada en alimentos no procesados, dormir suficientes horas, no exponerse al estrés y mantener un equilibrio emocional son las cosas que, sin duda, nos permiten llevar un estilo…
Una de las molestias más comunes que podemos experimentar en algún momento de nuestras vidas, por diversas razones, es el mal aliento. La incomodidad que puede producirnos es tal, que para hacerla desaparecer lo más pronto posible, procuramos poner en…
Los diferentes tipos masajes tienen innumerables aplicaciones que potencian nuestra salud y bienestar. Aunque pueden aplicarse con diferentes técnicas, en esta ocasión nos centraremos en el quiromasaje, es decir, aquel que se realiza con las manos sin utilizar ningún tipo…
La mejor manera de aplicar un correcto cuidado del colesterol es adoptando un estilo de vida saludable, que incluya una dieta sana, ejercicio regular y abandono del tabaco, principalmente. Cualquier persona puede llegar a tener el colesterol alto, pero todos…
Los motivos para dejar de fumar son incontables. En cambio, las razones para fumar son pocas. Generalmente, se trata de un hábito adquirido de forma inconsciente, que luego genera una dependencia física y psicológica difícil de romper. Una gran cantidad…
Desde muy pequeños, nos intentan enseñar lo importante que es mantener una higiene bucal adecuada. Nuestra sonrisa y nuestro aliento dicen mucho de nosotros. Pero, ¿alguna vez has oído hablar del limpiador lingual? Como bien sabéis, para poder tener realmente…