Trastornos por consumo de GHB
El ácido γ-hidroxibutírico (GHB), llamado indebidamente entre los consumidores éxtasis líquido, es un potente depresor del sistema nervioso central (SNC). Esta droga recreativa, análoga de ácido gamma aminobutírico (GABA), no especialmente conocida en comparación con otros estupefacientes.
El GHB se presenta como un líquido transparente. Suele tomarse mezclado con agua u otras bebidas, lo que dificulta el control de su consumo. Además, sus efectos son impredecibles, y varían mucho de una persona a otra. El riesgo por intoxicación o sobredosis resulta muy alto. Se catalogó e introdujo como droga de abuso en Europa en 1994.
El organismo produce GHB en pequeñas cantidades de manera natural, aunque todavía no está clara su función neurológica. Aunque en la actualidad su uso está limitado a algunos casos de narcolepsia, en un principio se utilizó como anestésico en medicina.
Se sabe que es un precursor inmediato del neurotransmisor GABA que regula el estado de vigilia, la actividad física y el sueño. También interacciona con receptores de otros neurotransmisores como los opioides, los dopaminérgicos, los de serotonina, los de glutamato y los colinérgicos.
Vías de administración y mecanismo de toxicidad
El GHB se presenta, generalmente, en forma líquida, incolora, inodora y ligeramente salada. Sin embargo, también podemos encontrar esta droga en forma de polvo.
A pesar de que se puede consumir por varias vías, la forma de uso más habitual es bebida. Los consumidores suelen mezclarlo con alcohol, y la dosis recreativa varía entre 1 o 2 gramos.
Por otra parte, el mecanismo de acción es complejo y comprende varias vías. Parece que el GHB actúa de forma fisiológica a través del receptor GHB, acoplado a la proteína G.
Además, cuando se administra de forma exógena actúa sobre otros receptores, lo que explica la depresión del nivel de conciencia, la principal manifestación observada en caso de sobredosis.
Toxicocinética del GHB
EL GHB es un ácido graso de cadena corta que se produce de forma endógena en los tejidos de los mamíferos. Es un precursor y metabolito del ácido gamma aminobutírico (GABA), el neurotransmisor inhibidor principal del SNC.
El GHB es hidrosoluble y se absorbe rápidamente en el tubo gastrointestinal, ya que atraviesa con facilidad la barrera hematoencefálica y placentaria. Alcanza un pico plasmático a los 30-60 minutos de haber sido consumido.
En cuanto a su metabolismo, sufre biotransformaciones a nivel plasmático y en las mitocondrias, hasta transformarse en semialdehído succínico y ácido gamma aminobutírico. Este último se degrada finalmente en el ciclo de Krebs. Una vez metabolizado, se elimina por la orina en pocas horas, (aproximadamente 2-5 % de la dosis administrada).
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Trastornos
Debido a que los efectos del GHB no son predecibles, no es posible garantizar cuál será la respuesta de los consumidores. Generalmente, quienes lo toman buscan obtener efectos excitantes, aunque se han visto casos en los que se produjeron, además:
- Alucinaciones y delirios.
- Estados de intensa euforia.
- Efectos anestésicos y somnolencia.
- Hipotonía muscular.
- Cefaleas y estados de confusión.
En los casos más graves, la intoxicación puede derivar en coma con grave depresión respiratoria, e incluso en muerte. También se pueden sufrir quemaduras del tubo digestivo debido a que la droga puede presentar un pH demasiado ácido dependiendo de cómo se sintetice.
El consumo de GHB está contraindicado en personas que padecen trastornos respiratorios o cardíacos, en casos de hiperprolactinemia, en pacientes epilépticos o que sufran convulsiones, y en aquellos que sufren el Síndrome de Cushing.
Cabe mencionar que junto con el flunitracepam y la ketamina, el GHB entra dentro de las llamadas date rape drugs (drogas de violación por cita). Este estupefaciente puede usarse para incapacitar a personas, normalmente al mezclarlo con alcohol, de forma que las posibles víctimas de una violación no podrían defenderse.
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Tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia
Se ha demostrado dependencia entre los consumidores a largo plazo e intensivos, posiblemente debida al consumo regular. La dependencia es la necesidad compulsiva de consumir la droga para volver a experimentar sus efectos o, en otras ocasiones, para evitar el malestar que provoca no consumirla.
Entre las conductas más marcadas de las personas dependientes destaca una marcada alteración del estado de ánimo. Pueden sufrir episodios de:
- Euforia.
- Delirios y agitación.
- Crisis de pánico.
- Alucinaciones.
- Depresiones que pueden conllevar un entorpecimiento de la expresividad a nivel físico y verbal.
Por otra parte, estos pacientes también pueden sufrir tolerancia y síndrome de abstinencia. La tolerancia se desarrolla cuando se administra la misma dosis que al principio, pero no surte los mismos efectos. Para tener los mismo efectos, sería necesario aumentar la dosis.
Por último, cuando los consumidores sufren un grado de adicción muy alto y dejan de tomar el GHB de manera brusca, pueden sufrir un conjunto de alteraciones tanto físicas como psíquicas que se denominan síndrome de abstinencia.
En resumen, el GHB es una sustancia que puede tener efectos adversos sobre las personas que la consumen. Es por eso que se recomienda evitar su consumo a toda costa, y tratar de sensibilizar sobre los riesgos que puede conllevar.
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