
En los países católicos, la figura de la madrina de bodas es conocida por todos, especialmente por su función simbólica durante la ceremonia. No obstante, seguro que has visto en muchas películas norteamericanas que la novia debe elegir una dama…
Aunque no lo creamos, no existe un único amor de nuestra vida. Podemos encontrar el amor varias veces, e igualmente podemos llegar a ser felices sin necesidad de una pareja
No es fácil dar con el amor de tu vida. Con esa persona capaz de encajar en tus vacíos, de limar tus esquinas y dar luz a tu existencia. Ahora bien, en ocasiones, el tiempo trae una dura realidad: hemos de dejarlo ir, porque solo respiramos infelicidad.
Las relaciones afectivas no son fáciles. A veces, ni siquiera el amor es suficiente. Y, por ello, acabamos sintiendo desde frustración hasta cierta desesperanza a la hora iniciar nuevos compromisos.
Ahora bien, hay que tener clara una cosa: el amor de tu vida no se centra solo en una persona. No hay un amor perfecto ni ideal. Las relaciones se construyen, de ahí que valga la pena encontrar a esa persona que de verdad sabe y merece estar en tu vida.
Cuando queremos a alguien lo damos todo, sin límites. Sabemos que, desde la psicología emocional y gurús de las relaciones como Walter Riso, nos recuerdan aquello de que “no debemos aferrarnos a nadie”, de “que primero somos nosotros y después nuestras parejas”...
Ahora bien, en la vida real, nos es muy complicado cumplir estos aspectos.
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El principal problema de encontrar al amor de tu vida es que focalizas muchos sueños, deseos y proyectos. Aspectos que pueden ir derribándose poco a poco en el caso de que nos demos cuenta de que la relación es insostenible y dolorosa.
Algo en lo que podríamos concluir es que el amor es ciego y que nos fijamos en las personas equivocadas. No es cierto. El ciego no es el amor, sino las ilusiones que construimos hacia esa pareja en concreto.
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Lo primero que vale la pena recordar es que hay que ir con cuidado con las altas expectativas. No idealices, no proyectes en la otra persona aspectos que no son reales. Éste es un error en el que caen muchas personas y que vale la pena tener en cuenta.
Es común que caigamos en la idea de que “hubo alguien perfecto”. Alguien que dejamos atrás y que hemos puesto en un pedestal, al que nadie puede igualarse. No lo hagas.
Basta con que sea buena persona y sepa reconocer todas tus grandezas, aceptando también tus defectos.
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Reflexionemos ahora sobre estas cuestiones que nos pueden dar una pista sobre si hemos encontrado o no la felicidad junto a una persona:
Recuerda que vivir anclado en el pasado hace que no puedas disfrutar el presente y el futuro. Todos hemos tenido experiencias que a veces desearíamos no haber vivido, pero gracias a ellas hoy somos como somos y estamos donde estamos. No hay que lamentarse, sino aprender y crecer.