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Los cólicos del bébé son un padecimiento que suele preocupar a muchos padres. Sin embargo, una buena parte de los bebés menores de 3 meses padecen este malestar. Aprende aquí cómo aliviar los cólicos de tu bebé.
Los cólicos del bebé o cólico del lactante es un conjunto de síntomas que se presentan en las primeras semanas de vida del bebé, hasta los 3 o 4 meses. Se caracterizan por períodos largos de llanto inconsolable, irritabilidad y nerviosismo, sin causa aparente.
Según los criterios diagnósticos de Wessel, se define el cólico del lactante como la regla del tres: «Llanto durante más de tres horas al día, más de tres días a la semana por un período de más de tres semanas».
Algunas investigaciones informan que la prevalencia de los cólicos del bebé es muy variable, oscila entre un 8% y un 40% de los infantes menores de tres meses. Sin embargo, existen métodos que pueden ayudar a reducir su incidencia en los pequeños.
De acuerdo con un artículo de una revista especializada en pediatría, las causas de los cólicos del bebé hasta ahora son desconocidas. A nivel físico, se asocian con aerofagia excesiva (gases), digestión deficiente, fermentación de hidratos de carbono por bacterias en el colon, alergia a la proteína de la leche, entre otros aspectos.
No obstante, también hay relación entre este padecimiento y la dinámica familiar. Problemas entre los padres, estrés, ansiedad, tabaquismo y dificultades en el embarazo, igualmente, modifican el estado físico y anímico del bebé, causándole dolor.
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Además del llanto intenso y repentino, los cólicos del bebé pueden presentar los siguientes síntomas:
Es lógico que te desesperes un poco o te pongas nerviosa cuando el bebé no deja de llorar. Sin embargo, en lugar de angustiarte, es preferible que guardes la calma para transmitirle al bebé serenidad a fin de que se relaje con tus palabras y actitud.
Respira profundo y ten en mente que los cólicos del bebé son una alteración benigna que desaparecerá en los próximos meses, en cuanto su organismo haya madurado.
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Algunos bebés son sensibles a la música y al movimiento. Puedes cantarle alguna canción de cuna o bien reproducir música relajante, mientras lo paseas con movimientos rítmicos.
Muchas madres alimentan a su pequeño desde lo que les dicta su instinto. No obstante, si el bebé no succiona de manera adecuada, tragará aire. Como resultado de ello, tendrá cólicos. Es importante asegurarse de introducir todo el pezón en la boca del pequeño (casi toda la areola).
Asimismo, se recomienda que el bebé descanse por breves lapsos de tiempo mientras come, lo cual le permitirá asimilar de mejor manera el alimento. En caso de alimentarlo con biberón, opta por los modelos anticólicos. Igualmente, vigila la inclinación del recipiente para evitar la succión de aire y que el bebé se sienta mal.
Acomodar la cabeza del bebé sobre tu hombro, en postura erecta, le permitirá alinearse para estimular la expulsión de gas. También, puedes acomodarlo sobre tus piernas, boca abajo, y darle unas suaves palmadas en su espalda.
Los bebés adoran el contacto físico, pues es una de las formas que tienen para comunicarse. Los masajes los relajan y los ayudan a disminuir la frecuencia de los cólicos, además de que favorecen la movilidad intestinal.
Por otra parte, no se recomiendan los masajes durante el llanto sino en otros momentos, tales como a la hora de cambiar el pañal o durante el baño. Para esto, debes acariciar suavemente su abdomen en forma de círculos en dirección de las agujas del reloj, durante unos 3 a 5 minutos.
Otro ejercicio que te ayudará a calmar los cólicos de tu bebé es un juego de flexiones con sus piernas. Estando boca arriba, lleva suavemente sus piernas al abdomen y estíralas durante 4 series de 15 flexiones.
Después, realiza este mismo ejercicio con cada pierna por 4 series de 15 flexiones cada una. Verás que el movimiento intestinal de tu pequeño se activará y se reducirán los cólicos.
El uso de la manzanilla con moderación durante la lactancia tiene un riesgo muy bajo. Cuenta con propiedades antiespasmódicas, digestivas, antiinflamatorias y sedantes, por lo que es una fórmula muy eficaz para tratar los cólicos del bebé.
Tiene efectos sedativos y tranquilizantes. También tiene propiedades antigás y espasmolíticas. Gracias a estas propiedades y a su bajo nivel de toxicidad es recomendado para tratar los cólicos infantiles.
Esta hierba es buena para tratar problemas digestivos como indigestión, dolor de estómago y diarrea. También, tiene efectos tranquilizantes contra la ansiedad y los mareos.
Aliviar los cólicos de un bebé puede ser agotador y exige mucha paciencia. Sin embargo, como padres, debemos ser conscientes de que los cólicos en los pequeños no son una enfermedad, sino un trastorno sin repercusiones graves para su salud.
Simplemente, el bebé desconoce el funcionamiento de su cuerpo y se asusta. Por ello, la comprensión y la serenidad son vitales para cuidar del pequeño durante esta etapa. En ocasiones, el llanto del bebé no se debe a los cólicos, sino a otras causas.
Por esta razón, procura visitar a un pediatra para que pueda examinar a tu bebé directamente y evitar complicaciones.