Vulvitis: síntomas y recomendaciones

La vulvitis es simplemente una inflamación de la vulva, los dobleces de piel suave afuera de la vagina.
Vulvitis: síntomas y recomendaciones
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 25 enero, 2022

La vulvitis es un síntoma que puede experimentarse por diversas razones, como por ejemplo, el uso de papeles higiénicos de colores o con aroma y el uso de jabones perfumados o baños de burbujas. Por esto mismo, no se puede afirmar que tiene una única causa en concreto, sino más bien varias.

Tal y como su nombre lo indica, consiste en la inflamación de la vulva, pero este no es el único síntoma con el que puede cursar. En realidad, puede cursar con otras molestias, como picazón, cambios en el flujo vaginal, entre otros.

Dado que se trata de un síntoma y no una enfermedad como tal, el tratamiento dependerá de la causa específica de la irritación. En algunos casos, la vulvitis puede llegar a resolverse sola, sin necesidad de tratamiento. Veamos más al respecto a continuación.

¿Qué hay que tener en cuenta?

Cualquier mujer que ha alcanzado la pubertad puede padecer la vulvitis en algún momento de su vida. Sobre todo si es propensa a sufrir de alergias o infecciones, o tiene sensibilidad. Por otra parte, este síntoma se presenta rara vez en niñas que aún no se han desarrollado y en mujeres posmenopáusicas, aunque sí se han registrado algunos casos.

Según sea la causa de la vulvitis y los síntomas que la acompañen, el tratamiento vendrá a ser uno u otro. Cabe destacar que, dado que se trata de un síntoma común de varias afecciones, no siempre se experimenta de la misma forma. De allí que no se pueda aplicar un tratamiento general para todos los casos.

Hay que tener en cuenta que hay casos de vulvitis leve, que se resuelven sin necesidad de tratamiento alguno, sino simplemente con la práctica de buenos hábitos de vida y una higiene íntima adecuada.

¿Cómo se manifiesta la vulvitis?

La vulvitis se puede manifestar a través de diversas molestias, como el picor y la irritación.

La vulvitis se manifiesta principalmente a través de comezón constante, h inchazón y enrojecimiento de los labios genitales y otras partes de la vulva. 

Como indica el Manual MSD, en algunos casos, estos síntomas pueden ir acompañados por ampollas llenas de un de líquido transparente (cuando la vulva está particularmente irritada) y en los casos de  vulvitis crónica, pueden presentarse parches escamosos, gruesos, blancuzcos o dolorosos en la vulva.

¿Cuáles son sus causas?

Como ya mencionábamos anteriormente, la vulvitis no tiene una única causa, sino más bien varias. De acuerdo con los expertos, algunas de las más comunes suelen ser las siguientes:

  • Uso de espermicidas.
  • Baños de espuma con agua caliente.
  • Exceso de higiene (lavados constantes).
  • Infecciones (vaginosis bacteriana, candidiasis, etcétera).
  • Uso de productos de higiene perfumados, no aptos para la zona íntima (geles, jabones, desodorantes, talcos, etcétera) y papel higiénico de colores o con aroma.
  • Llevar puesto durante periodos de tiempo prolongados ropa interior húmeda o trajes de baño. Por otra parte, llevar prendas de ropa demasiado ajustadas también pueden causar vulvitis.
  • Uso de ropa interior de tela sintética (sin una entrepierna hecha de algodón).
  • Lavar la ropa interior con detergentes, suavizantes y productos que contengan agentes irritantes.
  • Uso de champúes y acondicionadores para el cabello para realizar la higiene íntima.

Así, por ejemplo, una mujer puede presentar vulvitis por haberse dejado puesto por demasiado tiempo un traje de baño húmedo y luego no haberse ido a duchar.

Montar a caballo o en bicicleta también puede causar vulvitis, dada la fricción y el calor que estas actividades generan en la zona íntima. Por otra parte, cuando se tiene contacto directo con el agua de las piscinas es posible que se presente este molesto síntoma.

¿Cómo evitar esta molestia?

Si la vulvitis se presenta acompañada de otros síntomas, es importante acudir al médico cuanto antes para recibir un tratamiento adecuado.

No es recomendable dejar pasar por alto las molestias, así como tampoco intentar automedicarse. De hacerlo así, las molestias podrían agravarse, así como causar otras complicaciones. La automedicación también podría ocultar parcialmente ciertos síntomas y eso podría dificultar un diagnóstico acertado del problema.

Visitas al ginecólogo

Tanto para la prevención como para el tratamiento de este problema, el médico puede indicarte lo siguiente:

  • Utiliza productos de higiene adecuados.
  • Lava y seca bien tu ropa interior antes de usarla.
  • No utilices detergentes y productos agresivos para lavar tu ropa interior. Es preferible que utilices jabones suaves o neutros.
  • Dúchate después de haber hecho ejercicio. Asimismo, evita “reciclar” la ropa que usaste para entrenar.
  • Después de haber entrenado o haber ido a nadar, cámbiate en la brevedad posible la ropa, pues cuanto más tiempo permanezcas con la ropa interior o el traje de baño húmedo, más probabilidades habrá que la flora vaginal se desequilibre por exceso de humedad.
  • Trata de dormir sin ropa interior para permitir una buena ventilación y transpiración de la zona íntima.
  • Utiliza métodos anticonceptivos siempre, para prevenir tanto ITS como ETS. Y mantén una buena higiene antes y después del sexo.
  • Evita utilizar ropa interior que no sea de algodón y otras fibras naturales, ya que otros materiales pueden impedir la correcta transpiración de la zona.
  • Evita el uso de prendas de ropa ajustadas (ropa interior, pantalones, leggins y afines) y sobre todo por períodos de tiempo prolongados, porque esto puede provocar mayor calor, humedad y falta de ventilación en la zona.
Mujer con ropa interior de algodón para mantener su salud vaginal.

¿Qué más puedes hacer?

Además de todas estas pautas, lo ideal es que sigas siempre todas las indicaciones de tu médico en caso de que te haya pautado un tratamiento en específico. Y si tienes dudas sobre acerca de alguna medida en concreto, no dudes en resolverla con el profesional cuanto antes.

Por último, una vez que te hayas recuperado, recuerda que es conveniente que vayas al ginecólogo periódicamente para mantener el control de tu salud sexual y reproductiva. ¡Un chequeo nunca está de más!


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