Amores en la edad madura: cuando dos almas sabias se encuentran

Los amores en la edad madura no tienen nada que envidiar a los más jóvenes: la pasión, la sinceridad y la sensatez de los años crean relaciones fuertes y estables.
Amores en la edad madura: cuando dos almas sabias se encuentran
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 09 julio, 2023

Los amores en la edad madura pueden parecer, a simple vista, iguales que cualquier otros. Sin embargo, para quienes los viven, suponen la culminación de la vida, el reencuentro de uno mismo en otra persona con la cual se encaja en mente y corazón.

Lo más curioso de los amores de madurez es que surgen sin que nadie lo espere. Es común que muchas personas hayan pasado por varios fracasos afectivos. Posiblemente, incluso hayan valorado la idea de poner una cerradura a su corazón para dejar de sufrir.

Sin embargo, como ocurre en muchos casos, cuando no se espera nada, todo llega. De pronto acontece ese encuentro casual, esa conversación sin importancia que, poco a poco, va conectando mundos, universos enteros.

Te invitamos a ahondar hoy en el tema de los amores maduros.

Amores en la edad madura: los más tranquilos, los más sabios

Pareja paseando en un parque

Hay que dejar claro un importante aspecto: es posible que la edad madura la marque un determinado número de décadas vividas.

Sin embargo, la madurez de alma, mente y corazón no la señalan las arrugas, sino el aprendizaje obtenido y la sabia valoración que se haya hecho de ello.

Por esto, hay quienes llegados los 40 o 50 pueden mostrar la irresponsabilidad e inmadurez de un adolescente. Los cambios de humor, el agobio y los comportamientos irracionales no suelen ser buenos aliados cuando se busca una pareja estable.

No obstante, hay gente que, en cambio, culmina la edad madura con ese equilibrio interior donde todo lo hecho queda asumido.

En esta posición, se mira el futuro con aplomo, optimismo y serenidad, además de con muchas ganas de seguir experimentando.

Veamos más detalles a continuación.

Dos almas que conectan con sus equipajes particulares

Las personas son todo lo vivido, lo sentido, valorado y perdido. Por ello, a la hora de iniciar una nueva relación no sirve de nada olvidar lo experimentado ayer. Tampoco se puede borrar el recuerdo de las relaciones de antaño para centrarse en la actual. La memoria no olvida, sino que transforma e integra.

De ahí, que los amores en la edad madura se conviertan en esas relaciones sabias y plenas en las que la pareja acepta todo su pasado. Este les ha servido para saber qué desean en el presente y qué no están dispuestos a soportar.

  • Son dos personas que se encuentran con sus triunfos y con sus heridas personales. A su vez, comprenden que para ser pareja no hace falta coincidir en todo, sino respetar las diferencias.
  • Los amores en la edad madura tienen equipajes particulares. No obstante, lejos de esconderlos, pueden hablar de ellos con la complicidad de dos personas que se entienden y que, a su vez, respetan el pasado de cada uno.

La madurez de disfrutar del presente con plenitud

Puede que ya no dispongan de la juventud de los 20 años, pero tampoco la desean. Las parejas que han encontrado la felicidad en la edad madura saben y entienden que están en el mejor momento de sus vidas. Llegado este punto, no añoran el pasado ni temen al futuro.

  • No hay mejor forma de disfrutar del presente que a través de un amor que ilusiona. Es como encontrar lo que siempre se había soñado y, por ello, se vive en plenitud el “aquí y ahora”, fortaleciendo así la autoestima.
Pareja de adultos que representa el amor maduro

Un amor hecho a medida

Cuando se llega a la madurez, se ha pasado ya por muchos ciclos. Así, uno puede haberse casado o no, tenido hijos o no, afrontado un divorcio o no. Por eso, después de todas esas vivencias, cada uno ya se conoce bastante bien a sí mismo.

Se dispone, a su vez, de una gran tranquilidad personal porque, al fin y al cabo, los años suman. Por ello, se cuenta con un valor añadido que podrá hacer que las relaciones, los amores en la edad madura, se vivan de otra forma.

La eterna juventud reside también en la capacidad de amar

Ser joven de corazón es una virtud que hay que trabajar cada día, empezando, sin duda, por amarse a uno mismo.

  • A su vez, si se da el paso y se decide iniciar una nueva relación llegada la edad adulta, esa inyección de juventud invadirá por dentro, llenando al enamorado de revoltosa ilusión, pasión, ganas, proyectos y emociones muy vivificantes.
  • El amor no tiene edad, ni raza, ni color. Pocas cosas son tan universales como esas almas que se iluminan estando una al lado de la otra para iniciar un camino en común.

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Bien es cierto que con los años la inteligencia y la reflexión acaban caracterizando a la mayoría de las personas. Sin embargo, todo el mundo dispone de ese interruptor sin edad llamado amor.

Esa dimensión no se busca, se encuentra de manera casual y merece la pena luchar por ella cada día.


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