El valor de aceptar los errores cometidos

Aceptar que todos cometemos errores es un paso fundamental para aprender de ellos y crecer
El valor de aceptar los errores cometidos
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 06 julio, 2023

Hablemos hoy de aceptar los errores. Hay quien no aprende de ellos y hay quien ni los ve y pasa toda su vida repitiéndolos, en un ciclo infinito de infelicidad inconsciente y problemas emocionales.

No reconocer un error es como negarse a asumir un aprendizaje, porque la vida es simplemente eso: un pequeño paseo en el cual vivir en paz, amar y aprender de los errores. Entender el valor de aceptarlos es fundamental para crecer y avanzar.

Tus errores, mis errores

Todas las personas solemos tener una habilidad realmente especial: somos capaces de ver los errores ajenos, pero no los propios. Seguro que te habrá ocurrido alguna vez. Esos momentos en que algún amigo o compañero de trabajo, o incluso tu pareja, te señala todo aquello que haces mal, pero sin reconocer nunca que también ellos cometen errores. Y si se lo haces ver es posible que no reaccionen demasiado bien.

Cómo lidiar con personas que no aceptan sus errores

Quien sólo se fija en el comportamiento ajeno sin observar el propio carece de habilidades emocionales, carece de empatía y de respeto hacia sí mismo y los demás.

Las personas que identifican sus propios errores y los aceptan actúan con humildad e integridad, valores que todos deberíamos aprender a desarrollar y trasmitir a los demás.

  • Si alguien cercano tiene por costumbre señalarte los errores, no caigas tú también en la trampa de señalarle los suyos por venganza. Al hacerlo entramos en un círculo vicioso sin sentido. Lo mejor es argumentar y defenderte. “Puede que lo que haya hecho sea para ti un error, pero para mí no lo es por estas razones”. “Sí, es verdad, me he equivocado. Lo reconozco y lo asumo, a partir de ahora lo haré mejor. ¿Eres tú capaz de hacer lo mismo?”.
  • Si te ves obligada a señalar un error a otra persona, indícaselo de forma que pueda aprender, que pueda reconocer el fallo y entender qué hacer para mejorar. Esto es especialmente importante en la educación de los niños: señalar un error no debe ser un castigo, sino una oportunidad para aprender.

Reconocer el error para aprender y avanzar

Todos cometemos errores, es parte de la vida. No haberlos cometidos significa no haberse aventurado nunca fuera de la zona de confort. Arriesgarse, lanzarse a esa aventura, a ese proyecto, o incluso a esa relación con la incertidumbre de si saldrá bien implica estar abiertos a equivocarnos y aceptar los errores.

¿Es malo cometer errores? En absoluto. No por ello somos personas imperfectas, sino al contrario: somos seres en proceso de aprendizaje, de mejora. Todos tenemos la obligación y el derecho de cometer errores, aprender de ellos y crecer.

¿Por qué nos cuesta tanto aceptar los errores?

Pero sabemos que no siempre es fácil aceptar los errores. ¿Te has parado alguna vez a pensar por qué nos cuesta tanto reconocerlos?

  • A menudo los errores nos ponen en evidencia, y no sólo ante nosotros mismos. Sentimos que decepcionamos a los demás. Pero nunca te fijes en otros. Los demás no viven tu vida. Tú eres la protagonista de tu historia y eres tú quien va a tener que asumir ese fallo. Y deberás hacerlo para poder avanzar y mejorar.
  • A veces los errores nos hacen creer que no somos capaces, o que no somos lo bastante hábiles, o inteligentes, o intuitivos. Si piensas esto estarás de nuevo equivocada. Nadie viene a este mundo sabiendo exactamente cómo tener una vida perfecta. En absoluto. No hay niño que pueda aprender a caminar sin antes haberse caído, nadie ha aprendido a nadar sin antes haber tragado un poco de agua… Así que, ¿por qué ser tan exigente contigo misma? Eso afecta a tu autoestima y te impide avanzar.

Aprender es un proceso que dura toda la vida, y para aprender hay que aceptar los errores. Asúmelos y aprende a superarlos. Verás como, día a día, conduces con más seguridad el timón de tu vida.


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