Este artículo ha sido verificado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña el 6 abril, 2019
La persona simpática tiene una visión de la vida que le permite verla sin prejuicios. Es aquella que te mira a los ojos y sabe escuchar cuando lo necesitas
¿Te consideras una persona simpática? Si es así, debes saber que las personas que gozan de una especial simpatía suelen actuar de una forma bastante diferenciada.
Seguro que has estado en contacto con individuos que despiertan algo especial en ti que no sabes nombrar. Cuando están cerca te hacen sentir bien, feliz.
Esto es lo que provoca una persona simpática.
¿Quieres saber si eres tú una de ellas?
Las personas simpáticas sonríen siempre
No importa lo mal que lo puedan estar pasando o lo negativo que esté siendo todo a su alrededor. Una persona simpática sonríe aunque por dentro esté totalmente destrozada.
Esto no significa que finja, sino que sabe que en las peores circunstancias es el positivismo el que nos permitirá seguir adelante.
Además, una sonrisa es la mejor carta de presentación que atraerá a las personas que están a tu alrededor.
Miran a los ojos
Mirar a los ojos indica sinceridad, pero sobre todo confianza. ¿Has interactuado alguna vez con alguien que no te miraba a los ojos? La situación se torna muy incómoda e incluso llegas a pensar que no te está prestando atención.
Una persona simpática sabe que la mirada es la clave para establecer una gran conexión emocional con los demás.
Además, esto genera empatía y simpatía al mismo tiempo.
Son extravertidas
Esto no quiere decir que no tengan vergüenza. Hay muchas situaciones que tiran de ellas hacia atrás, pero las combaten con valentía y creyéndose la frase de «¡yo puedo!».
Además de todo esto son muy abiertas, lo que las convierte en las mejores personas con las cuales iniciar una bonita amistad.
No juzgan y tienen una visión de la vida que invita a verla sin prejuicios y con mucho optimismo. Además, saben aceptar que se han equivocado y nunca imponen la visión que tienen sobre las cosas.
Son socialmente inteligentes
Como bien habrás podido intuir, una persona simpática no tiene problemas para iniciar conversaciones con individuos que no conoce y siempre cae bien a los demás.
Sin embargo, esto no quita que tenga que ser socialmente inteligente.
¿Qué quiere decir esto? Que saben alejarse de las personas más tóxicas o de aquellas con las que no existe lo que denominamos como feeling.
No podemos congeniar con todo el mundo y esto es muy importante para saber actuar de la mejor manera sin amargarnos la vida.
Saben escuchar
Una persona simpática goza del agradable hábito de saber escuchar a los demás. Una escucha atenta, sincera y preocupada hace que se convierta en una especie de consejera.
A todo el mundo le gusta ser escuchado y que parezca, al menos, que se preocupan por lo que nos ocurre.
El placer de escuchar tanto lo bueno como lo malo que le ocurre a las personas que te importan no se puede describir con palabras.
Son muy espontáneas
La espontaneidad no está bien vista en determinadas ocasiones, pero a veces resulta divertido ver cómo alguien no se deja guiar por determinadas convenciones.
Ser uno mismo y comportarse de forma natural no implica que querer llamar la atención, si te sale reír bien alto o decir algo no esperado. Simplemente, estás siendo tú.
Es verdad que no todo el mundo puede convertirse en una persona simpática. A veces, nos caracteriza ser bordes, enfadarnos demasiado o tener un carácter muy fuerte.
Cada uno de nosotros debe conocerse para poder aprovechar todo lo bueno que tiene y aprender de aquellos que son tan diferentes.
Por ejemplo, de las personas simpáticas podemos recoger el gran optimismo que les ayuda a infundir ánimos a los que más quieren.
También, el hecho de reirnos, aunque estemos en lo más hondo de un pozo. Tu fuerza jamás se dejará vencer, a menos que tú así lo quieras.
M. Csikszentmihalyi. Fluir: una psicología de la felicidad. Psicología. 2000.
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Graduada en Estudios de Gallego y Español por la Universidad de Vigo (2013). Máster en Lingüística Aplicada, Lenguas y Tecnologías (Universidad de Vigo, 2015). Título de Experto en Herramientas de Marketing de Google y Social Media Marketing (Universidad Rey Juan Carlos, 2017).
Raquel Lemos Rodríguez es redactora, correctora y ha sido editora responsable del equipo de traducción de la Editorial Voz y Alma. En la actualidad, colabora con diferentes empresas como redactora y con algunas editoriales como correctora. Además, realiza trabajos esporádicos relacionados con la gestión de redes sociales. Es profesora de letras en Avanza Formación. Está estudiando el Grado en Psicología en la UNED.
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